Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 05/07/2024 00:48
- 01/07/2024 19:57
El costarricense Ministerio de Salud, confirmó a finales del pasado junio, la segunda muerte en humanos por causa del Gusano Barrenador del Ganado (GBG), una emergencia zoosanitaria donde las medidas de control recaían en Panamá al fungir como última barrera de contención biológica y de protección para evitar que la mosca Cochliomyia hominivorax adulta se propagará en Centroamérica y Estados Unidos.
No obstante, el aparente relajamiento en las medidas de control y vigilancia desde 2019, la falta de una cepa nueva de la mosca, la movilización de reses de la provincia de Darién a otros puntos de país, así como otros factores pudieron incidir en que Panamá descuidara la vigilancia.
Cifras de la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (Copeg), revelan que hasta el 1 de junio habían 8.315 casos positivos de GBG en Panamá; sin embargo, la mosca tiene otros 2.014 casos en Costa Rica y Nicaragua otros 215 casos positivos.
Aunque la miasis cutánea por GBG en humanos no es común, debido a las muertes en Costa Rica y la presencia de la mosca, los ministerios de Salud de los países en mención invitan a las personas a cuidar sus heridas.
La Cochliomyia hominivorax adulta afecta a todo mamífero de sangre caliente, entre ellos, animales de cría, domésticos, silvestres y humanos, que tras aparecerse deposita de 200 a 300 huevos en las heridas, que al eclosionar la larva se alimenta del tejido vivo y provoca una gusanera o miasis cutánea.
En julio del año 2006, la Copeg inauguró en Panamá la planta productora de moscas estériles. La Copeg es grupo multidisciplinario de profesionales en materia de prevención del GBG que surgió en 1994, con el objetivo de planificar, diseñar, construir, equipar y operar la planta productora de moscas estériles, ubicada en Pacora, al este de la ciudad de Panamá.
En la actualidad, la planta produce unas 85 millones de pupas de moscas estériles por semana, las que son dispersas por vía aérea y terrestre. Son unos 18 vuelos semanales y 40 cámaras de liberación terrestre.
Este mes entrará en operación la quinta aeronave de la Copeg, para la dispersión tras la adaptación de un artefacto para la liberación.
Con la emergencia zoosanitaria, el radio de acción se encuentra en los tres países afectados, donde la mayoría de las moscas estériles son liberadas al sur de Nicaragua y en Costa Rica, retrasando su posible llegada a Estados Unidos.
Por su parte, la Copeg atiende a Panamá con cámaras de liberación en la región de Azuero —que comprende las provincias de Herrera y Los Santos, y la parte del suroriente de la provincia de Veraguas— y la otra parte de las moscas son dispersas entre las provincias de Chiriquí y Bocas del Toro.
La Copeg tiene además un plan de vigilancia en campo que incluye las visitas a fincas, aumento de los puestos de control de movilización de animales y un aumento de educación sanitaria a través de capacitaciones comunitarias, en escuelas y a productores promoviendo prácticas sanitarias adecuadas.
Para mejorar el control de las gusaneras, la Copeg trabaja de cerca con los productores y la población, a través de las buenas practicas pecuarias como: inspeccionar, revisar animales, curar las heridas, transportar solo animales sanos y reportar casos de gusaneras de manera inmediata.
Al cuestionar a Enrique Samudio, director de la Copeg sobre el balance de la situación, comentó a La Estrella de Panamá, que: “Hoy no estamos en el modo de hace algunos años que era prevención sino que ahora estamos en erradicación otra vez”, y aclaró que la dispersión no está sobre todo el país.
El representante de la Copeg afirmó que el presupuesto anual de la entidad ronda los $16 millones, y con la emergencia por la mosca han destinado unos millones adicionales.
Aunque tuvo reservas, Samudio reiteró que para erradicar la mosca en Panamá les tomará de dos a cuatro años.
La cantidad de años va acorde a la estimada por Paul Kaiser, quien ocupó la dirección de Copeg en Panamá (2005-2006) y en México fue subdirector de Screwworm (1995-2000), y quien inclusive estima que al país le tomará hasta cinco años volver a erradicar la mosca.
A Kaiser le preocupa la poca efectividad de la mosca estéril dispersa en la actualidad, pues considera que la cepa de la mosca que utilizan en la producción actual no cuenta con los valores necesarios para la erradicación del GBG.
Explicó que la cepa debe cambiarse entre cinco y seis años, ya que una nueva mosca requiere de muchas pruebas de laboratorio, mientras que colectarla primero requiere de 10 a 12 meses.
“En julio de 2023 se hizo la consulta y en ese momento, (Copeg) no había hecho nada todavía de una nueva búsqueda de cepa, la que debe ser buscada en campo en Panamá sería entre Darién y Colombia”. Y agregó: “ellos empezaron este año (2024) a buscar una nueva cepa, y sería entonces que esté lista para su desarrollo en el año 2025”.
Kaiser dijo que la prioridad es que la mosca no avance a Estados Unidos, así que los puntos focales de erradicación son Nicaragua y Costa Rica; mientras que en Honduras y El Salvador están atentos de detectarse algún caso. “México no está lista con moscas para combatir la proliferación y avance del gusano”, comentó.
“Esta situación es muy costosa para los ganaderos, ya que deben costear veterinarios”, afirmó.
A Kaiser también le preocupan los animales silvestres que podrían estar siendo afectados con las larvas del GBG, ya que estos solo están a expensas de las dispersión de una mosca efectiva.