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Las medidas paramétricas, inevitables, aunque no resuelven por sí solas el déficit del IVM del SEBD
- 24/07/2024 00:00
- 23/07/2024 18:18
Todo mundo coincide en que el programa de pensiones Sistema Exclusivo de Beneficio Definido (SEBD), del fondo de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) merece ser preservado. Hasta ahí, todos estamos de acuerdo.
La sostenibilidad de los fondos de pensiones descansa sobre estimaciones actuariales, que analizan la gestión de resultados vinculados elementos tales como incertidumbre y riesgos, para lo cual se analizan variables económicas, financieras, demográficas, etc. Para realizar esa gestión, se utilizan herramientas de probabilidades estadísticas, entre otras.
Los análisis actuariales realizados por la Caja de Seguro Social (CSS), revisados por la Junta Técnica Actuarial que asesora a la Junta Directiva de la Caja, y examinados nuevamente por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) coinciden en lo que era obvio y previsible desde el momento que se constituyó la reforma del Sistema de Pensiones. Que la recaudación de un sistema cerrado a nuevo cotizantes, crearía en el tiempo un descalce entre cotizaciones y pensiones pagadas.
La transición de un sistema SEBD a un sistema Mixto de Capitalización individual requería del financiamiento del costo de transición, mismo que no fue incluido en los presupuestos sucesivos de la nación.
Este panorama necesariamente lleva a analizar las opciones a enfrentar el problema. Cómo financiar el déficit que causa el descalce entre ingresos y egresos. En general, nadie en su sano juicio desea soluciones que sean más costosas que el problema que se necesita resolver.
El problema surge cuando se asumen posiciones en que se pierde de vista el objetivo o resultado a obtener y la discusión se centra en el medio para lograr o por lo menos avanzar en la obtención del logro deseado. Así, tenemos dos posiciones cerradas.
Los que a toda costa demandan la aplicación de medidas paramétricas y los que obstinadamente se oponen. En el primer caso, argumentos válidos como el costo actuarial de no hacer nada es elevadísimo. En el segundo caso, la argumentación es que no existe el problema, que la fusión o retorno a las condiciones previas a la reforma de 2005 es la solución.
En el primer caso, se propone el ajuste paramétrico como el camino hacia la solución del problema. La sostenibilidad del sistema. Lo cierto es que cualquier ajuste paramétrico, alivia el déficit, pero no lo resuelve.
En el segundo caso, la fusión resuelve el problema inmediato que es el descalce de ingresos y egresos, permitiendo el acceso a reservas, y cuotas, del Mixto de Capitalización Individual. Pero hace el déficit actuarial mayor en pocos años.
¿Por otro lado, volver al sistema previo (Decreto Ley N ° 30 de 26 de diciembre de 1991 que modificaba la Ley 14 de 27 de agosto de 1954) implica acaso retornar a una densidad de cuotas de 180 en lugar de las 240 actuales? Eso definitivamente que agrava el problema por un lado y coloca como tope una jubilación máxima de hasta $1,000.00 mensuales.
Lo cierto es que los parámetros bajo los cuales se estructuran los fondos de pensiones, que trabajan con datos demográficos como la edad, la esperanza de vida, la fuerza laboral ocupada, etc., a medida que estos se modifican, necesariamente requieren ser revisados para ajustar la sostenibilidad de los mismos.
Es decir, la naturaleza misma de los fondos de pensiones demanda revisiones periódicas de las variables sobre las cuales se estructuran los mismos. Así, lo obvio es que la revisión periódica de los parámetros de edad, aportes, densidad de cuotas, tasa de reemplazo (monto de las pensiones) necesitan ser revisados.
Pero, de nuevo, ajustando las medidas paramétricas no se va a resolver el problema de la constitución del fondo para financiar el costo de transición. Ergo, se requiere introducir recursos frescos al sistema, a la vez que se revisan las medidas paramétricas, para ajustar la sostenibilidad del fondo al nuevo perfil demográfico. Y esos recursos necesariamente vendrán de los contribuyentes.
Hay otras variables a tomar en consideración. La estructura de los salarios y los mercados laborales, las expectativas de la población más joven, la deficiente calidad, y financiamiento, de los programas de salud, denominados Enfermedad y Maternidad (EyM) y los Riesgos Profesionales. Temas que ameritan su análisis e incorporación a una propuesta de solución integral.