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La sequía del 2023 golpeó con fuerza la cosecha de café robusta en Capira
- 18/08/2024 01:00
- 17/08/2024 16:24
La cosecha 2023-2024 de café robusta de la finca Adriana Victoria del productor Gustavo González, en Tres Hermanas, de Capira, Panamá Oeste, pasó de 100 a 40 quintales, como consecuencia de la sequía que se dio en el 2023, por el fenómeno de El Niño.
“El 2023 fue un desastre porque la sequía se extendió por varios meses en el verano y eso nos trajo una reducción en la producción de más del 50% de lo que deberíamos haber cosechado. Fue un impacto tremendo”, relataba este productor, durante una gira a su finca.
“Acabamos de cerrar la cosecha 2023-2024 y fue un desastre por el tema del verano del año pasado. Lo que nos tiene bastante alentados es que las floraciones del 2024 han estado fuera de serie. Creo que ya llegamos entre seis a siete floraciones, cuando lo normal eran cuatro o cinco”, añadió.
El productor reconoció que no va a recuperar todo lo perdido porque las cifras fueron altas, ya que de 100 quintales que hacía en cosecha, ahora solo alcanza los 40 quintales.
“Este año la recuperación debe tratar de estabilizarse a un grado de recoger los 100 quintales, pero ya llevamos una pérdida de arrastre que nos va a tomar un par de años recuperarla”, lamentó.
González fue uno de los tantos productores que se vieron afectados con la extensión de la temporada seca del 2023, un año que según el Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá fue histórico, ya que se perfiló como uno de los más secos en 43 años para varias provincias, incluyendo Bocas del Toro, Coclé, Colón, Darién, Los Santos, Panamá, Panamá Oeste y Veraguas.
Estos acontecimientos, incluso, llevaron al gobierno a declarar un Estado de emergencia ambiental por las altas temperaturas, la evaporación y la falta de lluvias, que son el preámbulo a la llegada del fenómeno de El Niño, con lo que disminuiría la producción de agua para el consumo humano y la actividad agrícola a lo largo de todo el país.
González viene de Tres Hermanas, un sector que se caracteriza por ser muy lluvioso. Sin embargo, con las variaciones climáticas reconoció que ahora el clima “está enredado” y las plantas están tratando de responder a los efectos que les da el cambio climático.
Con la sequía del 2023, dijo, tuvo que dotar su finca con sistemas de regadío y ayudar a las plantas con algunos productos para que pudieran pasar el estrés del verano, de una manera un poco más suave, ya que el objetivo era que no perdieran su flor.
“El efecto de la sequía es sumamente dañino para el café, por eso es primordial que se mantenga la temporada lluviosa porque tiene un efecto negativo”, manifestó González. Por ejemplo, este productor explicó que una lluvia tiene la capacidad de hacer que la planta florezca y dé frutos. Por eso, “cada vez que la planta florece para nosotros es una alegría porque es café que viene”, destacó.
Noemi Quintero, investigadora socioeconómica del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Idiap), explicó que con el cambio climático los productores de café robusta “están pasando trabajo”, debido a que con las variaciones climáticas a veces tienen sol y lluvias espontáneas que generan floraciones, también espontáneas.
La especialista líder en desarrollo rural del Banco Interamericano de Desarrollo, en Panamá, Marion Le Pommellec, dijo que Panamá es más vulnerable a las variabilidades climáticas, ya que por su tipografía Centroamérica es un objetivo para los huracanes, que pueden generar más sequías.
“Lo que sabemos es que en Panamá el café necesita condiciones de lluvias y de temperatura para mantener un rendimiento, pero los cambios a raíz de las variabilidades climáticas harán daño al grano”, expresó.
El café robusta tiene presencia en Colón, Coclé, Herrera, Los Santos, partes de Veraguas y en toda la cuenca que colinda con Capira, en Panamá Oeste, según Quintero, quien, por el momento, ha detectado a 1,700 productores que cuentan con más de 3 mil hectáreas identificadas, con capacidades de producción entre nueve a 10 quintales cuando el café robusta tiene la capacidad de alcanzar los 75 quintales por hectárea.
Datos del Ministerio de Desarrollo Agropecuario constatan que para el año agrícola 2022-2023, la producción del café robusta alcanzó los 109,296 quintales, la superficie cosechadas por hectáreas fue de 10,455 y la superficies sembradas por hectáreas de 11,591 en provincias como Herrera, Veraguas, Coclé y Panamá Oeste, por mencionar algunos.
La investigadora del Idiap consideró que el café robusta se trabaja mucho en el país porque es un rubro muy beneficioso como agronegocio, ya que es rentable para el pequeño, mediano y gran productor.
González es uno de los más grandes productores de café robusta en Capira, con una finca que, tras seis años de existencia, tiene aproximadamente 10 hectáreas de café en alta densidad, que cuenta con más o menos de 2 mil plantones por hectáreas. En una parcela tiene la capacidad de llegar a 32 quintales por hectárea de grano.
Él entró a esta actividad luego de realizar una investigación de mercado, en la que descubrió la alta demanda que existía y las facilidades de venta. Su idea de negocio se basa en tener una zona de producción, procesamiento y venta.
Normalmente un productor si se queda en la etapa de vender solo su cosecha, anda por un 9% o 12% de rentabilidad, pero si llega a la etapa de procesamiento puede alcanza el 80%, recalcó este productor, quien resaltó que el rendimiento pico de producción de su finca llega a 32 quintales y medio de grano oro por hectárea.
La sequía todavía es un fenómeno moderado en Panamá, pero en Chile esta es una realidad desde hace 15 o 20 años. Desde su experiencia, Humberto Prieto del Instituto de Investigación Agropecuaria de Chile, sostiene que hay muchas políticas públicas de combate básico sobre cambio climático, que son una medida de contención del problema, pero no promueven una salida. Es ahí donde cree que entra el valor que tienen los investigadores en ir con pasos adelantados.
“No basta con ser conscientes y transmitir el problema. Ciertamente los científicos tenemos que generar herramientas para combatir el problema y esa es nuestra misión”, subrayó Prieto.
Panamá, a través del Idiap lleva adelante varios programas enfocados en mejorar la producción del café robusta, con apoyo de la ciencia. Entre los que se pueden mencionar, se encuentran la polinización en clones y la introducción de cambios biotecnológicos y biológicos en los sistemas productivos.
Con la polinización de clones del café robusta, el Idiap espera que dentro de dos a tres años puedan obtener información sobre los rendimientos obtenidos, cuáles fueron las mejores plantas y los mejores clones. Por ahora, todo está en proceso de estudio.
La investigadora socioeconómica del Idiap constató que estos proyectos responden a las proyecciones internacionales que hablan que con el cambio climático el café de altura va a ir desapareciendo y el que va a quedar es el de robusta, por su resistencia a plagas y enfermedades.