La Niña y sus posibles implicaciones en las frutas exportables

Actualizado
  • 13/01/2025 00:06
Creado
  • 12/01/2025 18:24
La sandía, melón, zapallo para la exportación y consumo nacional son las más sensitivas al exceso de lluvias y humedad que provocará hasta abril próximo el fenómeno de La Niña

Hasta abril próximo, en medio de la temporada seca de 2025, los cultivos en Panamá estarán expuestos a una mayor frecuencia de días nublados y lluvias aisladas y de corta duración, lo que podría provocar excedentes de humedad y enfermedades fungosas producto del fenómeno de La Niña, un evento climático que se caracteriza por el enfriamiento de las aguas en el Pacífico ecuatorial, provocando lluvias y suprimiéndolas en el Caribe.

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) declaró el evento oficialmente, y el Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá (Imhpa) confirmó que se trata de un evento de intensidad débil, pero en el cual el proceso de evapotranspiración podría ser más lento de lo acostumbrado para la fecha, elevando la saturación de los suelos.

La declaración de ambos entidades tiene en alerta a las autoridades agropecuarias del país, ya que este evento climático viene retrasando la transición natural de la temporada lluviosa a la seca, que se debió dar en diciembre de 2024.

Abel Aparicio, director de Agricultura del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), comentó que hay cultivos más sensitivos que otros, donde en estos momentos se afectan tanto las producciones con fines de exportación como las de consumo local.

Aparicio destacó tres rubros en especial que se dan en la temporada seca y aunque no todos son de exportación, son muy sensitivos a lluvias fuera de temporada, como las cucurbitáceas, entre ellos, sandía, melón, zapallo y pepino, además del guandú y los diversos frijoles, para consumo nacional.

“Aparte de la pérdida de plántulas que se dan por el exceso de lluvias al inicio de la siembra [mayo-junio] se da una proliferación de plagas y enfermedades en estos cultivos, lo que incrementa la aplicación de plaguicidas, más controles, aumentando los costos de producción”, indicó Aparicio, a La Estrella de Panamá.

Explicó que en “el caso de parcelas que están próximas a la cosecha, el exceso de lluvia provoca una grieta —se daña la piel del fruto al agrietarse— y esto obviamente es una pérdida en la en la producción del fruto final. Entonces, en este grupo de cultivos -tanto para consumo nacional como para exportación-, por supuesto que las lluvias tienen una incidencia negativa”.

Las hectáreas con cucurbitáceas para la exportación y que podrían estar en riesgo por el excedente de lluvias y poco sol, según las siembras reportadas para el año agrícola 2024-2025, son: sandía, con 593 hectáreas; zapallo, con 150 hectáreas; melón, con 16 hectáreas.

“Hay situaciones que a través del manejo agronómico no se pueden controlar. Cuando hablamos de parcelas establecidas, por ejemplo, en etapa jóvenes de plántulas, el exceso de lluvias provoca una pérdida total de la parcela, y es muy difícil controlarlo”. Sin embargo, “cuando estos cultivos tienen una edad avanzada o adulta, el monitoreo y la aplicación preventiva de productos para controlar enfermedades fungosas bacterianas, es una práctica que ayuda a minimizar los efectos del exceso de lluvias”, explicó el director de Agricultura del MIDA.

Aparicio enfatizó en que “definitivamente, todo depende de la etapa del cultivo y de la intensidad de las lluvias, pero no podemos generalizar que tendremos efectos negativos por igual, ya que depende de la etapa del cultivo”.

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones