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Fitch degrada la calificación crediticia de Panamá a ‘BB+’ estable; cierre de la mina y deuda inciden en la caída
- 29/03/2024 00:00
- 28/03/2024 18:37
Una de las principales repercusiones que traerá la rebaja de calificación que Fitch Ratings dio a Panamá, de “BBB-” a “BB+”, este jueves, es que al país y a sus habitantes le constará más cumplir con sus compromisos financieros al reducirse su capacidad adquisitiva, con el posible aumento de las tasas de interés.
La calificación considerada ‘estable’ se debió a los desafíos fiscales y de gobernanza que se han agravado por los acontecimientos que rodean el cierre de la mina más grande del país. Además, de los grandes déficits fiscales y el bajo rendimiento de los ingresos han impulsado algunos de los mayores aumentos de la deuda pública/ PIB e intereses/ ingresos entre pares desde 2019 antes de la pandemia.
Aunque la banca proyectaba que este año las tasas de interés se mantuvieran, luego de que la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos mantuvo los tipos de referencia en un 5,25%, la realidad podría cambiar con el reporte de Fitch, situación que podría agravarse de marcarse también la tendencia a la baja en las principales agencias internacionales como: Standard & Poor’s y Moody’s.
A mediados de 2023, Panamá aumentó la tasas de interés en un 6%. Las carteras que vieron reflejado ese porcentaje fueron los préstamos de automóvil, tarjetas de crédito y las hipoteca, entre otros.
Sin embargo, el país perdió su sitial entre los países con grado de inversión. Curiosamente, en 2022, Panamá se posicionó como el segundo receptor de inversión extranjera directa (IED) en Centroamérica, y entre los países con más entradas en América Latina y el Caribe, después de Costa Rica, con $2.513 millones, mientras que en 2021 totalizaron $1.761 millones, cifra que significó un incremento de 42,7% tras la fuerte caída en 2020 de -$2.477 millones, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El Gobierno Nacional a través del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) expresó su “desacuerdo” y deploró el “momento inusual” con la calificación dada por Fitch, porque “no refleja una correcta evaluación de la situación macroeconómica y social de Panamá, dándole mayor relevancia al cierre de la mina y consideraciones políticas”.
En su comunicado, el MEF dijo que “los fundamentos económicos (...) Se mantienen sólidos, con un robusto crecimiento económico, baja inflación, una reducción en el nivel del desempleo y el cumplimiento de las metas fiscales. Nuestra economía creció un 7.3% en 2023 y hemos cumplido con los límites fiscales decrecientes, establecidos en la Ley de Responsabilidad Social Fiscal desde el año 2020”.
El MEF hizo hincapié en que el propio informe de la calificadora destaca que “el desempeño de Panamá es mejor de lo esperado en los últimos años y plantea un alza. El escenario base de Fitch es que el crecimiento vuelva a 4.5% en 2025”.
“La economía de Panamá es altamente diversificada, basada en servicios, destacándose como un centro logístico global. La política anticíclica implementada por la República de Panamá desde 2020, consultada y avalada por el Fondo Monetario Internacional, favoreció el fuerte crecimiento económico, el empleo del país y la tasa de inflación más baja de América Latina y el Caribe, una de las más bajas del mundo, lo que permitió a Panamá contrarrestar choques externos, como los efectos de la pandemia, el conflicto bélico en Ucrania y de las altas tasas de interés de los mercados”, sentenció.
“Llama la atención que la calificadora Fitch Ratings haya tomado esta decisión de rebajar la calificación de Panamá, a solo 38 días de las elecciones generales del 5 de mayo. Esto es contrario a la posición usualmente adoptada por parte de las agencias de calificación de riesgo durante los períodos electorales”, señaló.
“Esta acción es particularmente inesperada, dado que desde el año 2006 a la fecha, en los períodos previos a elecciones, Fitch Ratings ha efectuado la última calificación con un promedio de 113 días antes de la fecha de las elecciones (en aquellos países de la región con una calificación de al menos ‘BB-’)”, dijo el MEF.
Además, destacó que Panamá mantiene su grado de inversión con las agencias calificadoras Moody’s Investors (’Baa3’) y Standard & Poor’s (’BBB’).
Previo a la reacción del MEF, el superintendente de Bancos de Panamá, Amauri Castillo, manifestó que “la banca se encuentra en una posición muy sólida, estable y sigue generando confianza. Obviamente, la rebaja por parte de una de las agencias calificadoras supone mayor presión en el costo de financiamiento en los mercados internacionales en adición al entorno macroeconómico desafiante y retador, como ya hemos advertido. El mercado ya nos percibe con mayor riesgo y así lo han demostrado las últimas incursiones del gobierno de Panamá en los mercados internacionales. Sin embargo, debemos ser muy enfáticos en aclarar que la calificación de grado de inversión la seguimos manteniendo como país por parte de las principales agencias internacionales como lo son: Standard & Poor’s y Moody’s.
Y agregó que “posiblemente, algunas calificaciones de bancos realizadas por Fitch sean revisadas a la baja por el tema de techo del riesgo país. Es muy probable que eso sé dé también”.
Por su parte, el exministro de Economía y Finanzas, Fernando Aramburú Porras, comentó que “la bajada era inevitable ante la caída en el mercado del valor de la deuda panameña. El problema es que ahora muchos inversionistas deben salir de los bonos de PTY y eso pondrá más presión en el mercado, además de otras consecuencias para la IED (Inversión Extranjera Directa), el reto aumenta”.
Para el financista, Felipe Chapman, la repercusión para los panameños es que se dará un “aumento de costos financieros o tasas de interés para todos”.
Por su parte, el analista de gestión de riesgo, Ernesto Bazán, explicó que la calificación de Fitch se tiene que entender como “el resultado de una política económica irresponsable, que gastó más de lo que podía gastar en rubros y, además, innecesarios, que terminaron ocasionando déficit fiscal y que el país adquiera más deuda”.
“La capacidad de pago que es lo que miden las calificadoras de riesgo se ha reducido y al reducirse la capacidad de pago, la calificación también bajó, pero el mensaje es claro: se ha reducido al nivel de los países que tienen el denominado grado especulativo”.
Las calificaciones de riesgo se dividen en dos rubros: en el grado de inversión y en el especulativo. En el primero, luego de que Panamá lo ha perdido, solo quedan Uruguay, Chile, México y Perú, únicos países con grado de inversión de Latinoamérica. Y, ahora, Panamá, forma parte del nivel especulativo junto a Guatemala, Costa Rica, República Dominicana, Paraguay, por ejemplo”, señaló Bazán, quien fungió como gerente país para Moody’s en Panamá (2007-2011) y de Fitch en Perú (1997-2006).
Para Bazán, entonces la calificación significa que como país, Panamá “no es tan buen pagador”.
La tasa de interés de los préstamos que recibe el país será más alta. Eso también le sucederá a los bancos, que prestarán a las personas y a las empresas a una tasa más alta.
“Al subir la cuota (tasa de interés) al panameño le quedará menos dinero para disponer en sus gastos fundamentales, de hogar y subsistencia. La capacidad adquisitiva de los panameños será reducida”, sentenció.
Advirtió que el próximo gobierno tendrá retos grandes, porque encontrará al país con déficit fiscal, que será necesario revertir, de lo contrario, la calificación seguirá disminuyendo y en ese caso, el país puede acercarse a una crisis profunda. “Si se reducen las fuentes de financiamiento, ya que habrá menos inversionistas pesados en realizar préstamos al país, y tiene menos capacidad de financiarse, (Panamá) podría llegar al momento en que al no poder financiarse y al depender de la deuda, tendrá problemas para cubrir sus gastos fundamentales de pagar planilla y de operación”.
La única ruta que destacó el experto es que Panamá debe “revertir el déficit fiscal. Si eso no se hace, las consecuencias para el país serán dramáticas”.
Raúl Moreira, economista y financista, y docente universitario, indicó a La Estrella de Panamá que la pérdida del grado de inversión de un país “siempre es mala noticia”, aún cuando de hecho Panamá ya está pagando intereses como si no tuviera grado de inversión.
Con respecto al panorama que se pinta, tras la decisión de Fitch de degradar la calificación de riesgo de Panamá, Moreira comentó que es de esperarse, en primer lugar, que las otras calificadoras de riesgo sigan a Fitch e igualmente degraden la calificación de riesgo de la deuda panameña.
“Esta medida en contra del riesgo país es probable que se refleje no solo en la calificación de instituciones estatales sino también de algunas del sector privado. La imagen del país se verá afectada nuevamente y algunos fondos de inversión podrían abandonar la deuda panameña”, vaticinó Moreira.
Para el economista, Víctor Cruz, la rebaja en la calificación de riesgo era esperada, ya que “la economía de Panamá venía en franco declive y, por ello, la rebaja apuntaba hacia un futuro, que ya llegó: la pérdida de un escalón inferior para mantenernos como país con grado de inversión.
“El desatinado planeamiento por el Gobierno Nacional del Presupuesto General del Estado, excesivamente apalancado con deuda, ha logrado que nuestro país pierda un elemento fundamental para atraer inversiones y conseguir créditos más baratos. Esta situación es un mensaje para quienes aspiran en mayo próximo a dirigir el país”.
Las calificadoras tienen dos variables, la calificación de riesgo de pago y la de perspectiva.
Aunque Cruz afirma que Panamá tiene buena imagen, el futuro manejo administrativo de la cosa pública es lo que determinará en la próxima evaluación de la calificadora, si esa estabilidad se mantiene o si simplemente pasa a negativa”.
En tanto, para Olmedo Estrada, también economista, la calificación dada por Fitch Ratings, aunque tiene un panorama estable, el país ya no está en el rango como grado de inversión, al perder la triple “B”, ya que con la doble “B”, no guarda ese sitial.
Ahora Panamá “refleja desafíos fiscales y de gobernanza que se han visto agravados con el cierre de la mina de cobre, los déficits fiscales y el bajo rendimiento de los ingresos, los que han impulsado el manejo de la deuda pública”, mencionó.
Esto —dijo— se ve reflejado según acusa la calificadora en el producto interno bruto (PIB), y los intereses han venido desmejorándose desde 2019 hasta la fecha y es lo que ha conducido a la rebaja de la calificación.
Por su parte, el experto internacional en proyectos de asesoría para empresas privadas, corporaciones multinacionales y consultor laboral René Quevedo profundizó en que aunque esta mala noticia ya se esperaba “complica las perspectivas para atraer inversión directa extranjera (IED) —que el cierre de la actividad minera aceleró— y se agrega a la crisis de liquidez que tenemos en el sector interno de la economía, debido a la deuda del gobierno con sus proveedores ($1.700 millones) y la menor cantidad de financiamiento al sector productivo, por parte de la banca nacional ($2.700 millones menos que en 2019), indicativo del deterioro en el clima para la inversión privada en el país”.
Quevedo enfatizó en que “la finalización abrupta de la operación minera aceleró el proceso, y era lógico que al eliminar 5% del PIB, 14% de la IED actualmente en el país y 21% de toda la IED que entró al país mientras tuvimos grado de inversión, habría serias repercusiones. Esta es la primera (repercusión)”.
En conclusión, Quevedo dijo que perder el grado de inversión tendrá cuatro efectos: 1. Aumento en las tasas de interés 2. Incremento de la deuda pública 3. Mayor costo de la financiación privada. 4. Menor IED a Panamá.