¿Qué nos falta para ser competitivos?

Actualizado
  • 12/03/2018 01:00
Creado
  • 12/03/2018 01:00
Integrar educación con innovación y desarrollo puede hacer que el crecimiento sea más sostenido

La economía panameña creció en 5.4% en el año 2017 de acuerdo con lo publicado por el Instituto de Estadística y Censo (INEC). Este crecimiento fue el resultado de un Producto Interno Bruto (PIB) que alcanzó la suma de un de $40,176.9 millones, reflejando un incremento de $2,042.7 millones al compararlo con el año anterior. Contamos con una economía que sigue creciendo a tasas que muchos países de la región latinoamericana desearían obtener, pero mostrando cierta desaceleración, y con una desocupación que se ha incrementado.

Es necesario que se aumente la productividad para lograr crecimientos porcentuales mayores y sustentables, que faciliten la reducción de la tasa de desocupación. Este crecimiento económico, que impacte en lo social mediante el aumento del bienestar de la población, necesita del desarrollo y de la innovación. Ser productivos y competitivos permite a un país consolidar mayores inversiones privadas, tanto locales como extranjeras, promoviendo a su vez, actividades más productivas que elevan los niveles de ingresos y la calidad de vida de los ciudadanos.

Panamá fue evaluada en el Índice Global de Competitividad (IGC)-2017 del Foro Económico Mundial, ubicándose entre los primeros 50 países más competitivos del mundo, y continúa en la etapa de transición de eficiencia hacia la innovación, es decir, ha pasado de la etapa de competitividad impulsada por la eficiencia y está en el proceso de alcanzar la última etapa de desarrollo de competitividad que está basada en la innovación y tecnología. De acuerdo con los resultados del IGC, una de las principales fortalezas de Panamá está en su estabilidad macroeconómica. También mostró alta competitividad en la sofisticación del mercado financiero, así como en el pilar que mide la calidad de la infraestructura. Las recientes calificaciones de grado de inversión ‘BBB' que le dio la agencia internacional Fitch Rating a Panamá, están respaldadas por su entorno macroeconómico tal como lo destaca el FEM, ya que muestra un ‘desempeño sólido y estable continuo', acompañado de un impulso sostenido de inversión en infraestructura, donde la agencia espera que estos proyectos en curso y pendientes continúen apuntalando el crecimiento económico.

En los resultados del FEM, las mediciones en los pilares de educación superior y capacitación, instituciones, salud, educación primaria, y eficiencia del mercado laboral reflejaron pérdida de posiciones que demuestran oportunidades de mejora. En la Prueba de PISA del 2009, los estudiantes panameños evaluados mostraron serias deficiencias en sus conocimientos de ciencias y matemáticas, así como escasa comprensión en lectura. .

El Fondo Monertario Internacional identificó los factores problemáticos para Panamá, uno de ellos es la corrupción, situación que se repite en el resultado del Índice de Percepción de la Corrupción 2017, que elabora Transparencia Internacional, donde el país se ubicó en la posición 96 al compararlo con 180 países, colocándose por debajo del promedio mundial. La corrupción es un elemento que afecta negativamente la competitividad, debilitando la inversión, destruyendo la institucionalidad (pieza fundamental para que se determinen y respeten las reglas del juego en las que se desarrollan las sociedades) y menguando la productividad del país.

Panamá ocupó la posición 63 de 127 economías, donde mostro fortaleza en infraestructura, mientras que evidencia la necesidad de mejorar su capital humano en investigación, desarrollo y sofisticación de negocios,

Para tener el Panamá que queremos, debemos trabajar todos por él, donde en una alianza del sector público-privado-sociedad civil, se enfoquen los esfuerzos en fortalecer aquellas áreas que deben mejorar en productividad y competitividad, que le permitan al país, crecer económicamente en forma sostenible y con desarrollo social.

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