EE.UU.: China pretende manipular información a nivel global

El pasado viernes 29 de septiembre, el departamento de Estado de Estados Unidos publicó una nota dirigida a los medios del mundo en la que detalló, a su parecer, cómo la República Popular China (RPC) ha implementado “métodos engañosos y coercitivos” con el fin de “influir sobre el ambiente internacional de información” basados en el uso de propaganda, desinformación y censura.

“Estos esfuerzos de la RPC, quedándose desenfrenados, modificarán el panorama de la información global, lo que creará sesgos y brechas que podrían incluso llevar a las naciones a tomar decisiones que subordinan sus intereses económicos y de seguridad a los de Pekín”, se lee en la nota.

En el comunicado se expone que la RPC utiliza “miles de millones de dólares por año” con el objetivo de torcer la información extranjera. Su ciudad capital utiliza información “falsa o sesgada” para suscitar una mirada positiva de su nación al igual que del Partido Comunista Chino (PCCh).

Por otra parte, subraya que omite información importante que contradice aquella deseada narrativa sobre asuntos relacionados a Taiwán, prácticas en el área de derechos humanos, el mar del sur de China, su economía nacional y su rol en la economía internacional. Todo esto con el fin de motivar a gobiernos extranjeros, élites periodistas y a la sociedad civil a creer la narrativa vendida por el territorio y evitar que se critiquen sus decisiones y comportamientos.

La manipulación se logra por medio del uso de propaganda, la censura, la promoción del autoritarismo digital, la explotación de sociedades internacionales y bilaterales, el emparejo de la cooptación y la presión y adquisición de control de los medios de comunicación en el idioma chino, según se explica.

Estos cinco elementos le permitirían a la ciudad capital china transformar el ambiente de información global en múltiples ejes que lograrían una influencia implícita y explícita sobre contenido y plataformas, las restricciones en la libertad de la expresión global y una comunidad emergente de autoritarios digitales.

“La manipulación global del ambiente de la información por parte de la RPC no es simplemente un asunto de diplomacia pública, sino un desafío a la integridad del espacio global de la información”, expone EE.UU.

De no ser puestos en alto, podría causar una fuerte reducción de la libertad de expresión a nivel global. Esto se debe a que Pekín tendría total acceso en escoger qué contenido digital e impreso consume la audiencia de los países en desarrollo.

Los foros multilaterales y las relaciones bilaterales selectas ampliarían la narrativa que Pekín prefiera acerca de asuntos relacionados a Taiwán y la economía internacional. El poder de obtener datos globales, sumado a los avances más recientes en tecnología de inteligencia artificial le daría paso a la RPC de apuntar al público extranjero e influir en las decisiones económicas y de seguridad a su favor.

Permitirle a Pekín tener acceso a tanta información lograría su meta de llegar a la censura global lo cual ocasionaría un ambiente internacional de información controlado, caracterizado por brechas y sesgos a favor de su nación. De ser así, la información se presentaría de una forma distorsionada que favorezca a la RPC aunque hasta el momento, “tal futuro no está predeterminado”.

“Un entendimiento global de la manipulación de la información por parte de la RPC es un punto de partida para un futuro en el que las ideas, los valores y las historias de la RPC deban competir bajo condiciones de igualdad”, concluye la nota.