Tercera edad: Privilegio o castigo

Para muchos, la tercera edad muchas veces se entiende como sinónimo de vejez, incomodidad, carga y no debe ser así, ya que la persona que llega a este estatus se debe sentir privilegiada, no sólo por los descuentos que por ley son beneficiarios, sino, por estar disfrutando del momento, viendo la mayoría de las veces sus éxitos y deseos de toda una vida de trabajo hechos realidad. Las personas que llegan a la tercera edad se deben considerar ganadores, y es por eso, que son premiados con diferentes beneficios en su entorno, como por ejemplo, descuentos en restaurantes, medicinas, hospitales, trámites bancarios, actividades de recreación y entretenimiento, facturación de servicios públicos, paso preferencial en filas de diferentes locales, estadía en hoteles, pasajes aéreos, entre otros. El único requisito para pertenecer a este grupo selecto es ser panameño o extranjero residente en el territorio nacional, con 55 años de ser mujer y 60 años de ser varón.

Cada individuo debe aprovechar el estar frente a una persona que cumpla con estas condiciones, ya que el mismo es fuente de sabiduría, transmitiendo tranquilidad y regocijo.

La ley de la vida es llegar a la tercera edad, por esa razón, debemos respetar, entender y ser pacientes con cada uno de ellos, porque es un futuro que se nos refleja en el presente.

No existe un buscador tecnológico que se compare con el conocimiento y vivencias adquiridas por una persona de la tercera edad, si tienen a uno a su lado, deben considerarse personas con suerte y no sentirse atadas al cuidado de la misma, la cual en un pasado estuvo incondicionalmente pendiente de uno.

Dicen que al llegar a la tercera edad se vuelve a ser niño, será que en realidad a esa edad nos damos cuenta que los problemas son pasajeros, que el odio, rencor y el juega vivo destruye el cuerpo y alma y que al volver a ser niño desaparecen todos estos sentimientos, dejando ver que lo importante es saber que las contrariedades tienen solución y que ser feliz y amar sin condiciones es el secreto mejor guardado que se desvanece al ser adulto.

Finalizo citando una frase del director y guionista sueco Ingmar Bergman:

‘Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena'.

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ASESOR JURÍDICO DE LA ACODECO