Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
Desempleo por la pandemia golpea más a los jóvenes y a las mujeres
- 29/06/2020 12:25
- 29/06/2020 12:25
Más alarmante que la tasa de contagios, la enfermedad del covid-19 tiene la capacidad de destruir empleos.
Se espera que durante el segundo trimestre de 2020, la crisis por la pandemia elimine el 10.7% de las horas de trabajo a nivel mundial.
Esto significaría la pérdida de 305 millones de puestos de trabajo a tiempo completo, si se toma como una base laboral de 48 horas, según un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), publicado el 26 de junio de 2020.
Las previsiones apuntan a que los jóvenes serían los que más padecerían las consecuencias sociales y económicas de la pandemia.
Además correrían el riesgo de sufrir sus efectos a largo de toda su vida laboral, y pasar a constituir una “generación de confinamiento”.
Se estima que uno de cada seis jóvenes encuestados ha dejado de trabajar desde que comenzó la crisis.
Y más del 15% de los jóvenes ocupados perdió su empleo porque trabajaba en algunos de los sectores más golpeados por la crisis: ocio, turismo, hostelería y comercio.
Mientras que quienes han mantenido sus empleos han visto reducir sus horas de trabajo en un 23%, según la OIT.
El análisis también arroja que el rápido incremento del desempleo juvenil, a partir de febrero, afecta más a las mujeres jóvenes que a los hombres jóvenes.
“Si su talento y energía son marginados por falta de oportunidades o de competencias, esto ocasionará un daño al futuro de todos nosotros y hará que sea mucho más difícil reconstruir una mejor economía post-covid”, alertó Guy Ryder, director general de la OIT.
En México, por ejemplo, desaparecieron 685,840 empleos entre los meses de marzo y abril de 2020.
De este total, el 55%, es decir 375,714 plazas laborales, fueron de menores de 29 años, según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En Chile, por su parte, “una mezcla del tipo de empleo, regulación y norma social siempre han provocado que las mujeres tengan una compleja relación con el trabajo, y en períodos de crisis se siente”.
A esa conclusión llegaron los escritores Patricio Poblete y Dayana Sánchez, en el informe “Covid-19 borra 10 años de avance de inserción laboral femenina y amenaza con ir por más”, publicado por en latercera.com, el 5 de junio 2020.
Para los autores esta pandemia “no es la excepción, pero tiene una particularidad: “las dejó sin redes de apoyo (de jardines infantiles y colegios) para el cuidado de sus hijos, por lo que la duda es si podrán retornar a su vida laboral”.
“La emergencia derivada del covid-19 está provocando impactos específicos sobre las mujeres y profundizando las desigualdades de género existentes, tanto al interior de los hogares como fuera de ellos”, afirma Alejandra Mizala, académica de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipa "la peor crisis desde la Gran Depresión" pese a las medidas fiscales de $8 mil millones, que ha originado un número sin precedentes de solicitudes de financiación de emergencia de más de 90 países.
Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que el covid-19 dejará 11.5 millones de nuevos desempleados en Latinoamérica en el 2020.
El número de personas que perdieron sus empleos en los primeros tres meses de la pandemia del covid-19 supera con creces la cifra de contagiados en el mundo entero, incluyendo: 41 millones en los Estados Unidos, 8 millones en México.
De hecho, por lo menos un miembro del 40% de las familias mexicanas perdió su trabajo; 860 mil despidos en Brasil sólo en abril 2020, contrataciones caen 56.5%; 5.3 millones en Colombia, donde los datos dan fe de una “catástrofe económica”; 1.2 millones en Lima, Perú; 1 millón en Chile
En Panamá, por ejemplo, se estima que 1 de cada 100 panameños (as) contraiga la enfermedad, si la cifra de contagiados aumenta a 40 mil a finales de 2020, según René Quevedo, consultor laboral y catedrático universitario
En ese contexto, prevé que con certeza la estela de destrucción de empleo por el coronavirus, deje por lo menos a 1 de cada 10 panameños sin empleo. Es decir, 200 mil nuevos desempleados, de una población ocupada de 1,920,642 a agosto 2019.
Hasta el fin de semana la cifra de contagiados por covid-19 en este país superó los 30 mil casos, de una población de 4 millones de habitantes. De hecho, las cifras constatan que Panamá es el país más contagiado por la enfermedad en Centroamérica y el Caribe.
“El covid-19 arruinará a mucha más gente que la que enfermará y sus secuelas sociales peores que las sanitarias. Los jóvenes menores de 30 años y las mujeres no son necesariamente la población más propensa a contraer el virus, pero sin duda serán las principales víctimas de la pandemia social que traerá al país”, alerta Quevedo.
Por otro lado, dice que la mayoría de los informes publicados a la fecha centran su atención en la pérdida de empleos formales, pero, la OIT estima que la crisis dio lugar a una pérdida del 60% de los ingresos de los trabajadores informales a nivel mundial. En América Latina y el Caribe esta pérdida de ingresos fue mayor, y llega al 80%.
En Panamá, el covid-19 impactará el empleo en 7 sectores que en su conjunto representan 941,583 empleos (509,891 formales y asalariados del sector privado) y aportaron 3 de cada 5 nuevos empleos generados en los últimos 5 años, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC), que publica la Contraloría General.
Estos sectores son: comercio, industria, transporte, hoteles/restaurantes, entretenimiento, servicios administrativos, servicios financieros y seguros.
Los empleos amenazados por covid-19 representan casi la mitad (49%) de la población ocupada a agosto 2019. El 86% de la pérdida de empleos relacionada a la pandemia al covid-19 a corto plazo se dará en el comercio, industria, logística y hoteles/restaurantes, amenazando en primera instancia, a los 386,411 trabajadores informales en estos sectores.
Paradójicamente, el empleo informal será el que más rápido reaccionará a cualquier estímulo de la demanda, de acuerdo con las estadísticas de INEC.
Sin embargo, para Quevedo, el colapso del consumo y demanda a corto plazo ocasionará una pérdida sustancial de empleos formales, particularmente en pymes (aunque no exclusivamente), muchas de las cuales se encuentran descapitalizadas, con una caída del 50-60% en sus ventas y exceso de personal que no podrán liquidar.
La mitad de la contracción del empleo se dará en el comercio, lo cual a su vez inducirá reducciones de personal en sectores relacionados, como la publicidad, medios de comunicación y servicios financieros, precisó.
A agosto 2019, los jóvenes de 15 a 29 años eran 1 de cada 3 personas en edad productiva, 1 de 4 trabajadores, 3 de cada 5 desempleados, 1 de cada 4 de ellos es un “Nini”, representaban 62% de los detenidos el país y entre el 2018 y 2019 sólo obtuvieron 1 de cada 27 nuevos empleos generados por la economía.
La tasa de desempleo para esa franja de edad se ubicó en 15.0% (18.1% para el segmento de 15 a 24 años), la tasa más alta desde el 200, según las cifras oficiales, citó el especialista laboral.
El 51% de los empleos en los 7 sectores a ser impactados negativamente por el covid-19 en Panamá son de oficinistas, trabajadores del comercio, artesanos, operadores de maquinaria y trabajadores no calificados.
Los jóvenes de 15 a 29 años representan 32% de los oficinistas, 28% de los trabajadores del comercio, 22% de los artesanos, 18% de los operadores de maquinaria y 31% de los trabajadores no calificados, que totalizan 335,541 plazas, 71% de todos los jóvenes que tienen trabajo en el país.
El 43% de la pérdida de empleo juvenil estaría en el comercio, donde un tercio de la fuerza laboral tiene menos de 30 años, seguida por la logística, industria y hoteles/restaurantes. Sectores que en su conjunto representarían el 84% de la probabilidad de desplazamiento de mano de obra juvenil, añadió.
Por otro lado, también se estima que la contracción de empleo femenino en los 7 sectores de mayor impacto se dará de la siguiente manera: 49,000 en el comercio, 19,500 en hoteles y restaurante, 18,275 en la industria, 11,800 en servicios financieros y seguros, logística 4,800, servicios administrativos 3,750, 2,400 entretenimiento.
De acuerdo con Quevedo, el impacto del covid-19 sobre el empleo en el 2020 se puede resumir de la siguiente manera: 250 mil a 300 mil nuevos desempleados, que se sumarán a los 146 mil existentes a agosto 2019, para llevar la tasa de desempleo por encima del 20%, escenario ya reconocido por las autoridades ; pérdida de 100 a 150 mil empleos formales, particularmente en pymes, en los sectores de comercio, industria, logística y hoteles/restaurantes, y actividades económicas de apoyo; incremento sustancial de la tasa de desempleo juvenil y femenino e incremento de repercusiones sociales como pobreza, desigualdad y criminalidad.
La mayoría de los empleos a ser generados en Panamá en los próximos dos años serán informales. A más largo plazo, el panorama continuará volátil, auguró Quevedo.
De hecho, un reciente informe del Foro Económico Mundial, titulado “El gran reinicio: el nuevo mundo del trabajo después de la pandemia”, publicado el 8 de junio 2020, indica que “las industrias que están viendo un aumento en la demanda durante esta crisis están usando a trabajadores independientes, vinculando la idea de trabajar de manera flexible y libre, ofreciendo eficiencia en tiempos de demanda incierta…...
“Pocas organizaciones, si es que hay alguna, podrán satisfacer las demandas de certeza y estabilidad de su fuerza laboral. Sin embargo, lo que pueden y deben prometer es claridad y relevancia continua en un mundo cambiante”, añade el estudio.
No obstante, el nuevo escenario plantea también oportunidades, particularmente relacionadas con la tecnología. La reciente contratación permanente de 125 mil empleados temporales por parte de Amazon en Estados Unidos es un indicio de los cambios por venir en la topografía laboral en el mundo entero.
Para Quevedo, esto plantea una oportunidad para los jóvenes y mujeres, con miras a una futura inserción laboral. No obstante, será necesario implementar programas específicos para la inclusión productiva de ambas poblaciones, en un entorno laboral incierto, donde la gran mayoría de los empleos vendrán a través de emprendimientos y no de empleos asalariados.
Sin embargo, las nuevas tendencias laborales requerirán el desarrollo de competencias como: emprendimiento, agilidad, adaptabilidad y mentalidad de servicio, competencias digitales, alimentación, teletrabajo y negocios desarrollados desde el hogar, salud e higiene, comercio electrónico, nuevos modelos de distribución y logística, tecnologías de la información y robótica.