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Déficit del IVM podría alcanzar los $74.000 millones a largo plazo, si no se hace nada
- 23/09/2024 00:00
- 22/09/2024 17:17
La urgente reestructuración de uno de los componentes del programa de pensiones (Invalidez Vejez y Muerte -IVM-) de la CSS “es uno de los principales retos sociales y económicos que enfrenta el gobierno panameño” actualmente y que está siendo abordado en las mesas de conversación para salvar a la Caja de Seguro Social (CSS).
El programa del IVM está compuesto por dos subsistemas, el exclusivamente de beneficio definido (SEBD) (el antiguo de reparto) y el mixto (el nuevo con cuentas individuales). “Cómo ha funcionado el Sub Sistema Exclusivamente de Beneficio Definido, no es sostenible, sin una reforma profunda”, advierte el informe de Elemente, titulado “Informalidad Seguridad Social - Pensiones”, elaborado por Domingo Latorraca M., difundido recientemente, justo cuando este lunes, 23 de septiembre, vence el plazo para que los gremios interesados presenten sus propuestas que definan el futuro de los programas IVM y de prestaciones médicas.
“El problema del SEBD requiere atención y acción inmediata”, sentenció el informe que recoge cifras y datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), el Centro Nacional de Competitividad (CNC), la Junta Técnica Actuarial (JTA) de la CSS, la Organización Internacional de Trabajo (OIT) y múltiples trabajos de otros organismos multilaterales en relación al trabajo, la informalidad, y el estado de los sistemas de pensiones en el mundo.
Las proyecciones de la OIT y del Departamento Actuarial de la CSS, coinciden en que “las reservas del SEBD, y del Fideicomiso a favor del IVM se agotarán entre finales de 2023 e inicios de 2024, si no se hace nada”. Además señala que “la informalidad es un problema en toda América Latina, que agrava la fragilidad del SEBD, pero no es la causa de su inminente quiebra”.
Según el estudio, en agosto de 2022, la JTA estimó déficits anuales de aproximadamente $2.400 millones y $6.000 millones en 2030 y 2050, respectivamente, por lo que recomendó a la CSS solicitar un fideicomiso a favor de IVM por $1.500 millones, necesarios para cubrir el déficit real del SEBD. Y, advirtió que el déficit operativo para 2020-2030 podría alcanzar los $11.800 millones; solo en 2050, podría alcanzar los $6.000 millones; y el déficit acumulado estimado de los próximos 60 años se estima en $74.000 millones. “No hacer nada no es una opción. Esperar que el Estado cubra en su totalidad el déficit es irreal. En el largo plazo, el déficit puede alcanzar los $74.000 millones”, alertó.
Los estados financieros de la CSS indican hasta el cierre del 31 de diciembre de 2023, el subsistema de beneficio definido del IVM tenía un déficit de $673.5 millones, $18.9 millones más que 2022.
El economista y exministro de Economía y Finanzas, Fernando Aramburú Porras, explicó a este medio que el problema de la CSS abarca varios temas: prestaciones de salud y prestaciones económicas. Con respecto al subsistema exclusivo de beneficio definido, del IVM, dijo que este es el más antiguo con el que la persona se jubila con un porcentaje de los 10 mejores salarios, dependiendo de las cuotas que ha aportado en su vida laboral, mínimo 20 años, 240 cuotas.
“Ese sistema está quebrado. Ya las reservas que tenía se ha agotaron y ha entrado en un franco déficit que este año se estima en $1.100 millones y el próximo en $1.200 millones... ese sistema ha fracasado entre otras cosas por el manejo, inversiones con bajo rendimiento, los aportes del Estado no se han dado o lo que debería darse, $140 millones por año. Pero sobre todo porque la población ha envejecido”, sentenció el economista.
Actualmente, añadió, la expectativa de vida en Panamá varía entre hombres y mujeres. Según los datos más recientes de 2022, en este país, las mujeres tienen una expectativa de vida de 82 años, se jubilan a los 57 y viven 25 años más después de que se jubilan, aportando solo para 10 años. Mientras que los hombres viven 78-80 años, se jubilan a los 62 y viven 18 años más, aportando para 10 años. Ver datos del recuadro. “El aporte que hacen las mujeres y los hombres en su vida laboral es para diez años apenas, es decir, usted tiene 10 años que cubre y 10 o 20 años que no se cubre y eso produce un déficit que se ha ido comiendo las reservas. Eso nos lleva a crisis de tiempo en tiempo y nos obliga a subir la edad y las cuotas de jubilación, y a bajar los beneficios. Es un sistema que en mi opinión está obsoleto”, explicó Aramburú- Porras.
Según él, los países que aún mantienen ese sistema constantemente tienen que estar cambiando los parámetros -las paramétricas- y aumentando el subsidio estatal. Citó como ejemplo Francia, Italia y Alemania, que aportan entre el 10% y el 15% del producto interno bruto (PIB) para el programa de pensionados. “En Panamá eso es inadmisibles porque eso es todo lo que el Estado recauda. El ingreso total que tiene el Estado es 12%. Tenemos que buscar otro sistema, por eso es que el sector privado está proponiendo tres pilares, que es muy razonable”, afirmó Aramburú-Porras, refiriéndose a las propuestas que presentó, la semana pasada, el sector privado.
Las propuestas de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) y el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CoNEP) están encaminadas a garantizar una jubilación digna y justa para todos los trabajadores, a través de tres pilares que son: solidario, de cuotas individuales y de ahorro voluntario.
El primer pilar es uno solidario donde se garantiza una jubilación mínima a la población; el segundo pilar, es uno de capitalización individual obligatorio; y, el tercer pilar es el voluntario donde usted aporta algo más de su salario para mejorar su jubilación y la empresa la empareja. De tal forma que eso se convierte en un aliciente para que usted ahorre más.
No obstante, advirtió que “hay un peligro interino hasta que se llegue a balancear el sistema, que va a tener que afrontarlo el Estado, porque no hay de otra. Y, para eso probablemente se va a tener que hacer una reforma fiscal para proveer los recursos (necesarios), ya sea que vengan de nuevos recursos como la mina o una eliminación de exoneraciones, combate a la evasión fiscal, revisión de regímenes fiscales especiales para poder hacerle frente a este problema”.
El exministro del MEF añadió que en el nuevo sistema (mixto), según tiene entendido, éstos solamente se van a llevar lo que aportan y los rendimientos, obviamente, los intereses que ganen, y por eso es muy importante que esos dineros se inviertan mejor, pasando de un 3% a un 6%. “No al 3% como está ahora sino al 6% como ganan las AFP, Progreso y ProFuturo, porque si ellas ganan 6%, porqué el Seguro no puede ganar 6%. El Siacap gana 6% también, que es manejado por el Estado”, ponderó Aramburú-Porras.
El profesor universitario auxiliar de maestría de la Universidad de Panamá (UP), Allan Corbett, por su parte, cuestionó la forma en como ha estado estructurado el esquema de la CSS. En ese sentido, planteó que ésta debe estar compuesta por un director general y dos subdirectores, uno para el tema de atención médica (que debe ser un médico ) y otro en el aérea de administración de pensiones (experto en finanzas de pensiones) y de ahí la junta directiva.
El financista también planteó la situación del IVM. “No hay forma de salvarlo que no sea con las paramétricas. Todas las que sabemos, subidas de la edad y de los porcentajes de aporte y equiparar, hombres y mujeres, a la misma edad de jubilación”, subrayó Corbett. Además, consideró que la edad de jubilación debe estar concatenada, amarrada directamente a la esperanza de vida. “Que cada vez que suba el promedio de vida se aumente también un año la edad de jubilación, automáticamente. Así nunca más vas a tener traumas de que cada vez hay más años de vida y te comes tus ahorros”, afirmó Corbett, destacando que la edad de jubilación también debe ser una sola, para hombres y mujeres.
Corbett comentó que aunque se ha dicho que no se van a tocar las paramétricas en este momento, al largo plazo se tendrán que aplicar. A su parecer, en el corto plazo se va a tratar de manejar la situación con algunos fondos, pasar porcentajes, los excedentes, de un pilar (administrativos, salud, jubilación, etc.) al otro, en este caso para inyectarle al IVM, lo que les va a dar un par de años más, pero en cinco años se deben poner a funcionar las paramétricas. “Usted va a agarrar y le va a quitar un punto a cada uno de los pilares y asignarle más a jubilación (en este caso al IVM). Es lo más probable que vayan a hacer en el corto plazo, pero eso no va a funcionar en el largo plazo. En el largo plazo, después de cinco años, le metes la paramétricas, pero eso ya se debe tener establecido”, aseveró Corbett, añadiendo que también hay que cambiar las ponderaciones.
El consultor empresarial y laboral, René Quevedo, al igual que Corbett, opinó que “las medidas paramétricas deben ser puestas sobre la mesa”. No obstante, cree que hay otras opciones que se deben explorar antes, como la rentabilización de la cartera de la CSS, la venta de propiedades ociosas, la restructuración de la entidad y la incorporación de los informales al régimen de cotizaciones (solo 18% de los informales cotiza a la CSS). “El manejo de este proceso será crítico. Es crucial que el mismo sea un proceso incluyente, respetuoso, aterrizado y sustentado en cifras, sin sesgos ideológicos o políticos, ya que nos enfrentamos a ‘realidades matemáticas’. ‘No hay tiempo para discursos o ‘búsqueda de culpables’. Llegó la hora de las propuestas realistas, con una clara sustentación de su financiamiento. Es muy probable que no logremos 100% de consenso, pero hay que tomar decisiones. No hacer nada no es una opción”, puntualizó.