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- 12/03/2023 00:00
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Todo crecimiento es un salto al vacío, si te domina el miedo, jamás harás nada que valga la pena: si te dejas asesorar por tus temores, nunca darás el paso, nunca saltaras.
Las veces que podríamos haber dicho algo. Las apuestas que podríamos haber hecho. La gente que podríamos haber conocido. Las lecciones que podríamos haber aprendido. Los lugares que podríamos haber conocidos. Las batallas que habríamos ganado.
¿Y si todo fuese certeza, y hubiese un camino bien iluminado y definido? Si la vida fuera así, no haría falta coraje.
Nadie puede asegúrate que tu plan dará resultados. Nadie puede confiarte cual será la respuesta a tu pregunta. Nadie puede garantizarte que tendrás éxito, ni siquiera pueden decirte cual será tu ultimo esfuerzo.
Si pudiesen hacerlo, si no diera miedo, todo el mundo lo haría. Entonces no haría falta que tú lo hiciera ¿no?
Los temerosos esperan, quieren tiempo, quieren conocer las posibilidades que tienen, quieren tiempo para prepararse, quieren garantías, solicitan prorrogas.
“Prefiero morir diez veces en el mar anunciando el camino a un nuevo mundo, que quedarme de brazos cruzados en la orilla “, nos recuerda Florence Nightingale.
Nos gusta pensar que podemos llevar una vida extraordinaria, tomando decisiones ordinarias, pero no es verdad.
La vida es arriesgada, como decía el poeta Dylan Thomas, cada día es “siempre precario”.
Algunas personas prefieren ser cómplices de un delito a decir lo que piensan. Prefieren morir en una pandemia a ser el único con mascarillas, prefieren aguantar en un trabajo que les agrada en lugar de buscar nuevos desafíos profesionales o por qué no, su propio emprendimiento. Prefieren seguir una tendencia absurda antes de atreverse a cuestionarla, prefieren aceptar algo que afecta su futuro en lugar de alzar su voz y arriesgarse a mostrar su mirada o punto de vista diferente.
Queremos vivir en un mundo de gente valiente, queremos ser valerosos ¡y nos asusta tomar nuestras propias decisiones que impactaran nuestro futuro!
No se trata de vivir una vida de riesgo, se trata de vivir una vida virtuosa, donde hacer lo correcto para nuestro crecimiento casi siempre requiere coraje.
“El coraje es la única virtud que no se puede fingir” decía Nassim Taled.
No existe progreso sin riesgo, todo crecimiento es un salto. Te invito a que mires dentro de ti y potencies esa fuerza, ese valor y ese impulso vital, que te permita tomar riesgos para seguir creciendo.
Como coach, acompañamos a nuestros clientes, a moverse del “ SER” a una conversación de “ HACER”, a través de acompañar a los clientes a diseñar metas, acciones y responsabilidades que integren y expandan nuevos aprendizaje y comportamientos frente a los desafío del Coraje.
Las personas suelen quedarse atascadas cuando no pueden superar estos desafíos para dar el salto y es allí donde un coach certificado les acompaña a:
- Dar sentido a una situación
- Priorizar acciones potenciales
- Comprometerse a tomar acciones específicas.
Les comparto estas líneas que representan mi forma de ver el mundo desde “mi mirada”, tomando palabras propias, así como inspiradas por otros, desde un lugar de humildad y empatía, aceptando el desafío de que para poder pensar debo aceptar el riesgo de que podría ser ofensivo a otros, confiando de que este no sea tu caso.
Fuente: Libro; La Llamada del coraje, Ryan Holliday
El autor es coach PCC (profesional certified coach) por ICF, Vice-Presidente de ICF Capitulo Panamá.