La compra inteligente

Con el presente título queremos resaltar el propósito u objetivo central que debe fijarse todo consumidor, al aproximarse el periodo comercial más intenso del año, ahora que se avecinan las fiestas del mes de diciembre, teniendo en cuenta la lluvia de ofertas tentadoras de las que serán objeto los consumidores.

Básicamente, la compra inteligente es aquella que responde a una necesidad o propósito concreto fijado por el consumidor, luego de haberse informado debidamente de las características principales del producto o servicio que desea adquirir (tales como el precio, término de la garantía, reputación de la empresa), así como de haber comparado previo al momento de la compra, los precios de los distintos artículos o servicios ofrecidos por los proveedores en el mercado.

Dicho de esta forma, puede parecer una tarea engorrosa o tediosa a cualquier persona que simplemente desea poder elegir de una vez aquel bien que necesita y que también le resulta atractivo; sin embargo, un consumidor responsable procura obtener primero toda la información posible, a fin de que al concretar la selección del producto deseado, tenga la convicción de haber efectuado la compra del artículo correcto que satisfaga su necesidad, o simplemente de aquel bien que cumpla con las expectativas puestas en él.

Igualmente, en la compra inteligente el consumidor tiene presente en todo momento el presupuesto con el que cuenta a la hora de realizar sus compras, aparte de los compromisos previamente adquiridos y que también deberá hacer frente, una vez culminado la temporada de fiestas, sobre todo si opta por efectuar dichas compras al crédito, cuyas deudas deberá pagar el próximo año.

Uno de los medios con que también cuenta el consumidor para apoyarse en la tarea de escoger el mejor producto o servicio, lo es precisamente la referencia obtenida de otros consumidores, quienes comparten su experiencia no sólo respecto a la calidad del producto adquirido, sino también la reputación y el trato recibido por parte de los proveedores, principalmente en materia de reclamos por disconformidades surgidas con el producto, así como el tipo de respuesta recibida de los agentes económicos.

Finalmente, recordar que no se trata de hacer imposible la compra de aquello que nos gusta y que esperamos en estas fechas obtener, ya sea para nosotros o como obsequio a nuestros seres queridos, sino de evitar el sentimiento de remordimiento o culpa posteriores, por tratarse de compras apresuradas o realmente innecesarias.

ADMINISTRADOR GENERAL DE LA ACODECO