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- 22/04/2015 14:00
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Coca-Cola y McDonald's, multinacionales de la alimentación que fueran símbolos de la americanización y que atraviesan problemas de crecimiento, intentan adaptarse a los cambios de comportamiento de los hogares estadounidenses con resultados todavía dispares.
Por primera vez en nueve trimestres, el volumen de negocios trimestral del gigante de la bebida que produce una variedad de bebidas no alcohólicas, desde las gaseosas Coca-Cola, Fanta o Sprite hasta los jugos de fruta Minute Maid o las aguas Dasani y las bebidas energizantes Powerade- aumentó +1,3% a 10.710 millones de dólares.
La mejora provino principalmente de Estados Unidos, donde registró más del 47% de sus ingresos y donde las ventas crecieron, por primera vez en cuatro trimestres, pese a las dificultades vinculadas a edulcorants controvertidos como el aspartamo, usado en la producción de las bebidas "light".Globalmente, los volúmenes de ventas de gaseosas crecieron en total 1%, mejor a lo esperado por los analistas, que preveían un retroceso de 0,3%.
Plan para McDonald's
Aunque en McDonald's todavía no se ven mejoras, las promesas del nuevo director general Steve Easterbrook le dieron tiempo al grupo.
Easterbrook, artífice de la renovación de la cadena en el Reino Unido, anunció la presentación de un plan de reactivación "voluntarista" el 4 de mayo."La dirección de McDonald's está resuelta a responder mejor a las necesidades y expectativas de los consumidores y a reaccionar a las iniciativas de la competencia.
Estamos trabajando en un plan de reactivación para mejorar nuestro desempeño", aseguró el director, que asumió el cargo el 1 de marzo. La promesa llega tras un cúmulo de iniciativas apuradas adoptadas en los últimos meses ante el avance de los rivales en el mercado.
Estas medidas que iban desde la simplificación de los menús mediante la eliminación de ingredientes o hamburguesas y sandwiches a la carta hacían pensar más en la improvisación que en una estrategia real, según expertos.
"Finalmente hay claridad a la vista", señaló Lynne Collier, analista de Sterne Agee, mientras que John Glass, de Morgan Stanley, ya prevé reducciones de costos.Mientras tanto, las ventas mundiales de McDonald's en establecimientos comparables (franquicias y restaurantes administrados por la empresa) retrocedieron 2,3% en el trimestre, cuando los analistas esperaban en general una baja menos pronunciada, de 2%.
El volumen de negocios de 5.950 millones de dólares (-11% en un año) casi iguala lo esperado por el mercado (5.960 millones de dólares).En términos de beneficios, McDonald's ganó 811,5 millones de dólares en el primer trimestre y Coca-Cola 1.560 millones de dólares.
Cambios en el consumo
Tanto Coca-Cola como McDonald's intentan adaptarse a los cambios de comportamiento de los hogares estadounidenses, que reclaman alimentos más sanos y se preocupan por enfermedades como la diabetes y la obesidad.
En Estados Unidos, donde dos de cada tres adultos y uno de cada tres niños son obesos o tienen sobrepeso- la obesidad es un problema de salud pública. Y gran parte de la misma es atribuida al consumo excesivo de azúcar.
Para mantener su atractivo, Coca-Cola se diversifica. Acaba de comprar actividades de bebidas vegetales y de bebidas proteicas a base de cereales y legumbres en China, tras quedarse con una participación de 16% en Monster, el productor de bebidas energizantes, confeccionadas a base de cafeína o taurina.
Quiere además ahorrar 3.000 millones de dólares anuales para 2019 y planea suprimir de 1,600 a 1.800 empleos (1% de sus efectivos en todo el mundo). Por su parte, McDonald's, todavía afectado por un escándalo sanitario en Asia, decidió suspender por ahora la apertura de nuevos restaurantes y concentrarse en la calidad de los alimentos que sirve.
En sus intentos de transformación las dos empresas enfrentan además obstáculos coyunturales: un dólar fuerte que disminuye sus ingresos en el exterior y tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y Rusia que afectan sus operaciones en Europa.