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- 10/06/2024 00:00
- 09/06/2024 21:35
Panamá debe implementar el impuesto mínimo global (IMG), así lo indicó Tony Roldán, líder de la Cámara de Sedes de Empresas Multinacionales (Casem), en conversaciones con La Estrella de Panamá.
“El país debe adoptar ese impuesto, porque si no lo hace, puede terminar afectando la reputación del país, haciendo que algunas empresas multinacionales abandonen esta nación y evitando que nuevas inversiones ingresen a Panamá”, indicó.
El IMG es un impuesto sobre sociedades del 15%, que superan el límite de los $842,520,000.00 (750 millones de euros), con lo que se estima que se pueda incrementar la recaudación tributaria en $150,000 millones, a nivel mundial, todos los años.
Hasta el momento, cerca de 136 países ya lo aplicaron y Panamá está en proceso de hacerlo. Esto como resultado del Marco inclusivo sobre la Erosión de la Base Imponible y Traslado de Beneficios (BEPS por sus siglas en inglés), que fue propuesto por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) y el Grupo de los Veinte (G20).
El desafío, según Roldán, no pasa por la implantación del impuesto, sino en cómo hacerlo sin restarle competitividad a los regímenes especiales que tiene el país. “Panamá debe adoptarlo y, a la par, trabajar en la fabricación de incentivos que compensen el impacto económico que las empresas tendrían con un incremento de impuestos”, analizó el principal de Casem.
La organización recomienda que se les permita a las empresas hacer inversiones deducibles en áreas críticas como educación y ambiente. «La idea es que las empresas puedan acreditar el impuesto y deducirlo de inversiones que hagan en educación, salud, ambiente y otras ramas sensitivas para el país”, sugirió el especialista, basándose en las estrategias que está implementando Singapur sobre este impuesto.
El empresario comentó que ya se han estado reuniendo con la administración del presidente de la República, Laurentino Cortizo, con la que han tenido un diálogo “efectivo”. “Lo que necesitamos es que se traduzca en acciones rápidas, porque se tiene estimado aplicar el impuesto para el 1 de enero de 2025”, resaltó.
“Tenemos que reunirnos con la administración entrante, pero somos optimistas, porque ha dado buenas señales sobre trabajar con el sector privado. El país afronta muchos retos y es responsabilidad de todos salir adelante”, agregó.
La llegada del IMG se da en un momento en el cual es país está buscando traer parte de la industria de semiconductores a suelo local. “La industria de semiconductores tiene el potencial de atraer muchas empresas, generando múltiples nuevos empleos. Panamá ha estado invirtiendo en educación y preparación sobre este tema, pero esas inversiones deben ser sostenidas, si se desea aprovechar el acuerdo firmado con los Estados Unidos”, ponderó Roldán.
Ansberto Cedeño, profesor adjunto de Computer Sciense-FSU pronosticó, durante un foro sobre el tema, realizado a finales de mayo, que esta industria podría traducirse en ingresos de casi $7.000 millones para Panamá, en un futuro próximo. Esto si el país consigue tener una participación del 5% dentro los $1.4 trillones que se ha calculado para 2029 dentro del mercado de semiconductores.
Hasta el momento, hay cerca de 200 empresas entre SEM (Sedes de Empresas Multinacionales) y EMMA (Empresas Multinacionales para la Prestación de Servicios Relacionados con la Manufactura), las cuales, han invertido cerca de $1,400 millones, en los últimos 16 años, generando cerca de 11,000 empleos directos y 20,000 indirectos.
”Panamá sigue siendo muy atractivo, porque ofrece estabilidad económica, social y política, lo que genera que las empresa quieran venir acá, pero hay cada vez más competencia, tanto en la región como en el mundo”, dijo Roldán.
”Nuestros datos indican que el 46% de los empleos directos eran ocupados por panameños. Un número que ha ido creciendo, porque antes era 30% y queremos seguir aumentándolo”, alegó.
El líder de Casem comentó que el principal obstáculo que encuentran las compañías multinacionales, al momento de contratar mano de obra local es la carencia del idioma inglés. “Esa es una barrera muy grande que está afectando la introducción del talento panameño”, recalcó.
Otro elemento a considerar es la carencia de habilidades blandas (comunicación, pensamiento crítico, capacidad de resolver problemas, ética de trabajo y otros) y la poca capacidad de manejar herramientas digitales como Excel.
Las profesiones de mayor demanda continúan siendo las ingenierías y financieras. “Hay buenos profesionales, pero es necesario que dominen otros idiomas y tengan las competencias que mencioné antes”, destacó.
Tony Roldán, presidente de la Cámara de Sedes de Empresas Multinacionales (Casem), cree que la brecha educativa es la principal responsable de los altos niveles de informalidad laboral que atraviesa el país.
”En la pruebas Pisa, Panamá estuvo entre los últimos 20 países, esto porque 7 de cada 10 niños que salen de la primaria no sabe entender un texto. A los 15 años, 8 de cada 10 jóvenes no cuentan con las competencias mínimas de educación. Hay altas tasas de abandono escolar, con más de 130,000 jóvenes que no están dentro den sistema escolar”, reveló.
A esto hay que sumarle que, según Casem, el 80% de las escuelas no cuentan con las herramientas de aprendizaje digital requeridas. En consecuencia, 6 de cada 10 empleadores en el país no encuentran talento especializado. Esto en un contexto en el que 8 de cada 10 panameños considera que no es fácil encontrar trabajo.
“Si no se invierte de forma estratégica en educación, el talento panameño no va a poder integrarse en las empresas, por muchas que hayan”, agregó.