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Cambios en la ACP en un contexto de grandes retos
- 16/07/2021 00:00
- 16/07/2021 00:00
Para el próximo año (2022), la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) podría estar renovando su junta directiva, conforme a los parámetros que establece la Ley Orgánica del 11 de junio de 1997, en medio de un escenario de grandes retos marcados por la pandemia de la covid-19, los compromisos pendientes y la necesidad de mantener competitiva la importante vía acuática.
Este lunes 12 de julio, la comisión de Credenciales, Reglamento, Ética Parlamentaria y Asuntos Judiciales, se informó que la discusión para la ratificación de tres directivos de la ACP está en la agenda de este tercer periodo de sesiones, pero todavía se está en espera de remisión del Órgano Ejecutivo.
Hoy la junta directiva de la ACP está formada por Aristides Royo (presidente), Alberto Vallarino Clément (director), Enrique Sánchez Salmón (director), Francisco Ernesto Sierra Fábrega (director), Henri M. Mizrachi K. (director), Jorge L. González (director), Lourdes del Carmen Castillo Murillo (directora), Nicolás González Revilla (director), Ricardo Manuel Arango (director), Roberto Ábrego (director), Óscar M. Ramírez (director).
Así los directores que tomaron posesión al cargo el pasado 19 de febrero de 2013 y que estarían próximos a vencer su periodo de nueve años, en 2022, son: Lourdes del Carmen Castillo Murillo, Alberto Vallarino Clément y Henri M. Mizrachi K., según datos que están en la página web de la ACP.
Una de las personas que se mencionan para ocupar la plaza es el catedrático, político y escritor Luis Navas Pájaro, según pudo conocer La Estrella de Panamá. Tocará al Ejecutivo nombrar a los directivos y enviar a la Asamblea para su ratificación.
De acuerdo con la ACP, cada uno de los directores tiene periodos distintos; y son nombrados de la siguiente manera: nueve por el presidente de la República. Mientras que otro es designado por el Órgano Legislativo, que será de su libre nombramiento y remoción; y otro, que presidirá la junta directiva y tendrá la condición de ministro de Estado para Asuntos del Canal, es designado por el presidente de la República, y tendrá derecho a voz y voto en los consejos de Gabinete. Los once miembros de la junta directiva de la ACP son nombrados por un periodo de nueve años y solo podrán ser removidos por las causas señaladas en el artículo 20 de la Ley Orgánica del 11 de junio de 1997.
A pesar de la pandemia, el Canal de Panamá se ha mantenido funcionando sin interrupciones, facilitando el comercio mundial las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Sirve a 180 rutas, en 1,920 puertos en 170 países de todo el mundo, según cifras de la ACP.
Frente a este panorama, el reto del Canal es seguir manteniendo su competitividad y eficacia de la importante vía acuática, por lo que en la actual administración de Ricaurte Vásquez se han implementado estrategias puntuales. Sin embargo, el empresario y uno de los principales promotores del cambio constitucional que creó la Autoridad del Canal de Panamá (1994), Carlos Ernesto González De La Lastra, abogó por la logística, incluyendo la implementación del plan logístico y marítimo del Canal de Panamá, como un motor para seguir manteniendo la competitividad de la vía acuática en el corto plazo.
Es decir, “aplicar el estudio que se ha hecho de desarrollo logístico y marítimo del Canal que incluye la creación de siete nuevas industrias y demás puertos”, dijo De La Lastra a este diario, señalando que “el plan se creó durante la administración de Jorge Quijano, pero cuando entró Vásquez dijo que esa no era su prioridad”.
Entre las estrategias implementadas en la administración de Vásquez, unos meses antes de la pandemia, hay un cargo por agua dulce, que está en vigencia desde febrero de 2020, sumado a prácticas de conservación de agua. Sin embargo, todavía se tiene pendiente desarrollar el programa hídrico, lo que podría implicar entre $1,000 y $2,000 millones en inversiones para construir infraestructuras que gestionen y preserven las reservas de agua dulce, para más de la mitad de la población del país concentrada en las provincias de Panamá, Colón y Panamá Oeste.
Su más grande desafío a largo plazo es la disponibilidad del agua de lluvia necesaria para el funcionamiento de esta vía de navegación interoceánica de 80 kilómetros, ubicada entre el mar Caribe y el océano Pacífico, por la que pasa el 4% del comercio mundial; así como también para el consumo humano.
Según estimaciones de la ACP, cuatro de los últimos siete años han sido de los más secos reportados desde 1950, siendo 2019 el quinto año más seco para el Canal de las últimas siete décadas, producto de las variaciones climáticas, lo que provocó que los niveles de los lagos Gatún y Alajuela estuvieran muy por debajo del promedio.
El pasado 28 de junio, el administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez, anunció que canceló el proceso de precalificación y se reformuló el modelo de licitación para el programa hídrico, en atención a las sugerencias de las empresas interesadas en el proceso de precalificación para el diseño, construcción y puesta en marcha de un sistema optimizado de administración de agua.
El desarrollador del proyecto será seleccionado en 2022 con un objetivo de finalización para 2028. Se espera que los proyectos sean una combinación de nuevas presas y embalses, el uso de aguas residuales tratadas o fuentes alternativas de agua dulce, incluso se ha considerado la posibilidad de desalinizar el agua del mar como una alternativa.
“Si logramos resolver el tema de la disponibilidad del agua, creceremos físicamente, sea cual sea la solución tecnológica que se decida usar”, así lo afirmó en una publicación de la revista El Faro, el gerente de GAC Panamá, Alexei Oduber.
A finales de junio pasado, la calificadora Moody's también consideró que “la gestión del agua es importante en Panamá porque el país está expuesto a las fluctuaciones climáticas que pueden causar inundaciones y sequías”.
Asimismo dijo que los resultados operativos y financieros del Canal de Panamá “han sido sólidos, apoyados por una reciente expansión y un nuevo esquema arancelario”.
Para el año fiscal terminado el 30 de septiembre de 2020, el Canal de Panamá registró una caída del 3,0% en los tránsitos desde el año fiscal 2019, con un ligero crecimiento del 1,2% en el tonelaje del PC/UMS (Sistema Universal de Medición del Canal de Panamá). Pero Moody's espera que “los tránsitos prolonguen su declive en 2021, pero el tonelaje seguirá aumentando, debido en parte al crecimiento del tamaño medio de los buques y la consolidación de la carga”.
Otros de los desafíos que tiene el Canal es seguir manteniéndose como una “ruta verde”, luego de la implementación de la nueva regulación ambiental OMI 2020 (también conocida como IMO 2020, por sus siglas en inglés), sobre calidad de aire y reducción de gases contaminantes, se sumó esfuerzos a esta iniciativa a través del seguimiento y trazabilidad de la utilización de combustible bajo en azufre durante los tránsitos.
Mientras tanto, su mayor desafío a corto plazo es seguir preservando la competitividad de la mano con la seguridad de su capital humano en un contexto en que la pandemia todavía no da tregua. “Mientras se ve luz al final del túnel en el tema sanitario, el Canal de Panamá seguirá priorizando la seguridad y competitividad de la ruta. Es este enfoque el que, el año pasado, permitió a nuestros clientes continuar transportando productos y materias primas esenciales para garantizar un futuro mejor”, puntualizó Vásquez en su más reciente informe anual.