Ciclistas, atletas, patinadores y paseantes de la capital colombiana tienen una cita infaltable desde hace 50 años: la ciclovía de los domingos y festivos,...
- 12/06/2010 02:00
- 12/06/2010 02:00
PANAMÁ. Incertidumbre. Ese es el denominador común entre empleados, clientes y corredores de seguros a cinco días de la quiebra forzada de la British American Insurance (BA) ordenada por la Superintendencia de Seguros y Reaseguros.
Ninguna de las partes tiene, hasta ahora, idea de cuál será el curso de los acontecimientos.
Los únicos que abrigan algún tipo de esperanza son los empleados de la aseguradora, a quienes el viceministro de Comercio Interior, Ricardo Quijano, les prometió —sin precisar fecha— su liquidación.
En tanto, el gremio de corredores de seguros estima que la credibilidad en el sector se verá seriamente comprometida.
‘Si una empresa que se encuentra operando en el país desde 1966 pudo quebrar de esa manera, ¿qué confianza podemos prometerle nosotros a nuestros clientes?’, es la conclusión a la que llegan tres corredores de seguros que comparten un café en las puertas de la Superintendencia y que prefieren no identificarse a la prensa.
Ahora todo el mundo parece conocer a una víctima de la British. Embarazadas que no tienen dónde tener a sus hijos la semana entrante, pensionados que perdieron sus fondos de jubilación y enfermos hospitalizados que no tienen cómo pagar lo que ya han consumido, son algunas de las decenas de historias que han llegado a esta redacción.
En tan solo horas, las víctimas pasan de sentir una profunda rabia a una mezcla de resignación y tristeza. La solución no parece estar a la vuelta de la esquina.