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La banca regional aspira a que la situación mejore
- 07/10/2016 02:00
- 07/10/2016 02:00
Después de gozar de casi una década de crecimiento promedio de 4%, los dos últimos años han acusado una contracción regional del crecimiento. Entre 2015 y 2016 el crecimiento será del -0.6% en promedio. Esto es el resultado de un coctel de acontecimientos que ha venido trayendo como consecuencia la pérdida de vigor en el crecimiento de la región latinoamericana, así lo manifestó la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), a través de un comunicado de prensa.
El documento que se sustenta en las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de julio pasado, destaca que la caída de los precios de los productos básicos, la menor demanda por exportaciones a nivel mundial, la reducción de la inversión extranjera directa, la baja del consumo de los hogares, son tan solo algunos de los acontecimientos que vienen afectando el desempeño económico.
Además, la disminución de los términos de intercambio sumados al crecimiento del déficit en cuenta corriente ha terminado por generar un efecto negativo tanto en el sector externo como en las fuentes de crecimiento.
Según la CEPAL, en su conjunto los países de la región tendrán una perspectiva de crecimiento económico de 0.8%.
Los países de América del Sur registrarán un 2.1% y los de Centroamérica obtendrán un avance de 3.8%.
A ese escenario la Felaban le suma el enrarecido entorno financiero en los países desarrollados que se genera como consecuencia de acontecimientos como el brexit , el mal momento de la banca europea, las políticas monetarias expansivas de Europa, Inglaterra y Japón, en contraposición con las expectativas de alza de las tasas de interés en los Estados Unidos, que han hecho los mercados financieros internacionales impredecibles, volátiles y complejos para la realización de negocios.
El choque comercial y la volatilidad financiera han generado que muchas monedas de la región se debiliten (especialmente en el 2015 y 2014) encareciendo las importaciones y aumentando la exposición a la deuda externa, tanto pública como privada.
En ese contexto, América Latina se ve llamada a mejorar variables estructurales como la educación, la calidad de las instituciones, la progresividad de sus sistemas tributarios, entre otros factores. Todo esto, con el fin de aumentar la competitividad de los negocios y mejorar la productividad de los factores económicos.
La actual dependencia de las exportaciones de productos básicos da lugar a una profunda reflexión sobre la necesidad de volcar la producción de la región a productos más asociados con la innovación tecnológica y la industria manufacturera que genera valor agregado, encadenamientos de productos, demanda de personal más calificado e investigación científica.
Mientras tanto, surge la duda de cómo será el crecimiento de la región para el corto y mediano plazo, dado que las herramientas de política económica lucen más limitadas.
Por un lado está la política fiscal que tiene menos espacio dado el crecimiento del déficit agregado de los países de la región. En 2012 el déficit fiscal primario era de -0.2% del PIB en 2015 fue de -0.5% del PIB.
Por otro lado la política monetaria ha venido en algunos países combatiendo la inflación, razón por la cual su signo es de contracción; su espacio de maniobra puede verse limitado.
Estos temas de discusión de la coyuntura macroeconómica serán examinados en detalle en el cuarto Congreso Latinoamericano de Banca y Economía, que tendrá lugar en Ciudad de Antigua, Guatemala, del 16 al 18 de octubre de 2016.
LA PROYECCIÓN DE 2016
Según la CEPAL, en su conjunto los países de la región tendrán una buena perspectiva.
El crecimiento económico de América Latina se ubicará en 0.8%.