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Adrián Calcáneo: 'La transición energética en Latinoamérica requiere incentivos para atraer la inversión'
- 23/01/2021 00:00
- 23/01/2021 00:00
Como director de Líquidos y Midstream y líder para América Latina en la empresa británica IHS Markit y experto en el mercado energético, Adrián Calcáneo pronostica el cierre de 2021 con alrededor de 99 mil billones de barriles de petróleo por día, “una recuperación constante”, que si bien no alcanza las cifras de 2019, trazará el camino a los niveles deseados en la industria. Durante la entrevista que concede desde Houston, destaca a América Latina como un jugador determinante, debido a la “falta de flexibilidad” y a la economía propia de la región, dos agentes que mitigan la reducción de la demanda petrolera. Desde Estados Unidos, Calcáneo conduce la investigación de adquisición de inteligencia de mercados en 43 países del hemisferio oeste, además cuenta con más de 18 años de experiencia en el sector energético y en la consultoría en países de América y Europa. Ha trabajado como consultor para la Organización de Estados Americanos (OEA) y estuvo a cargo de la Gerencia de Entrega de Consultoría en EAG Services, Inc., donde asesoró a petroleras multinacionales.
La afectación mayor es la caída en la demanda; el suministro se trata de ajustar basado en esa misma demanda. Nuestra perspectiva es que vamos a cerrar el año con alrededor de los 99 mil billones de barriles por día; es una recuperación constante, obviamente no a los niveles de 2019, eso lo vamos a alcanzar en años subsecuentes, quizás en 2022 o 2023 dependiendo de cómo se desarrolle la distribución de las vacunas y estamos viendo estas nuevas versiones del virus que pueden afectar algunos sectores. Es muy importante ver que mucho de este sacrificio y deterioro de la demanda también está enfocado en países desarrollados que tienen la flexibilidad de trabajar remotamente, sobre todo en la demanda de líquidos como la gasolina y el diésel, pero en países de América Latina, por la falta de flexibilidad y nuestras economías, la gente tiene muchas menos opciones y tiene que salir a trabajar, lo cual mitiga la reducción de esta demanda, entonces vemos una recuperación a través del año y 2021 se parecerá mucho más a 2019 y es cuando vemos una recuperación de entrada al camino donde estábamos anteriormente.
Estados Unidos fue curiosamente el más afectado en cuanto a la producción de crudo por la dinámica que tiene su mercado; son muchas las empresas privadas que participan en la producción, entonces tienen que responder a los incentivos económicos, y cuando cae la demanda, se ven afectadas mucho más y responden bajando la producción. Otros países como Rusia y Arabia Saudita tienen un sistema mucho más centralizado que puede manejar de distintas maneras la producción; lo acabamos de ver con Arabia Saudita que nos ha demostrado en el último año que están dispuestos a entrar al mercado para subir y bajar la producción y mantener el precio arriba de los $50. Es más o menos lo que hemos visto últimamente, ha subido el precio y es una reacción de Arabia Saudita que está mostrándonos que está dispuesta a meter las manos en el mercado para mantener el precio; no tanto Estados Unidos, obviamente está la expectativa de la nueva administración, pero lo que más movió el precio fueron los movimientos de Arabia Saudita.
No es tan urgente ahora, pero creo que es un regreso a la política del presidente Obama que se puso en pausa, o un poco en reversa con el presidente Trump y estamos viendo el regreso de los incentivos. Recordemos que la mayor parte de la política energética de Estados Unidos se desarrolla a nivel de Estado y no tanto a nivel central; en realidad el Departamento de Energía no es tan fuerte como lo vemos en países como Brasil y México. Lo que veremos con Biden será un regreso al incentivo de la energía limpia, el regreso de estados fuertes como California a establecer unas metas mucho más agresivas para el cambio climático, el regreso al Acuerdo de París y esto hace que apunte a la dirección correcta sin empujar, simplemente está poniendo los incentivos correctos para ese camino. Pero la prioridad será combatir la pandemia.
El ingeniero Slim no es nada tonto y tiene la idea de entender las oportunidades y una de ellas es que en México la demanda de gasolina seguirá creciendo, se va a necesitar y por muchos años, porque la transición no es tan acelerada como en Estados Unidos o en Europa. Entonces, si vemos el perfil de la operación de las refinerías en México, tenemos que las importaciones son cada vez más importantes y tiene sentido invertir en un lugar donde hay exceso de suministro como es Estados Unidos, suministro barato y juntarlo con la demanda mexicana; así que en ese aspecto, haciendo las cosas bien, se puede crear un mercado interesante para esta inversión.
Es una excelente pregunta. En síntesis te puedo decir que quieren mantener el precio alrededor de los $50; entonces van a entrar y ajustar la producción con esa meta. Una de las cosas que cambió en 2020 es que antes 'el niño problema' o el 'coco' de los saudíes y los rusos era la producción estadounidense, y la misma está siendo muy debilitada por lo que ya platicamos en cuanto a fundamentos económicos, entonces lo que quiere Arabia Saudita es retomar el rol central que tiene para guiar el suministro y mantener una producción rentable para ellos y para el bloque de la OPEP, entonces estamos viendo esta intromisión de cartel histórica que es un método para mantener los precios saludables ahora que Estados Unidos no tiene la misma fuerza de producción a consecuencia del desgaste económico de la pandemia.
Esta es una gran pregunta. Creo que hay que seguir los ejemplos de Chile y México antes del actual gobierno. El dinero en América Latina es escaso en muchos aspectos, pero si se crean los incentivos necesarios es muy posible atraer la inversión; obviamente se tiene que tomar la decisión de que todo esté en orden y crear las condiciones para que la gente venga a invertir, sobre todo utilizando la tecnología más moderna y las renovables para ayudarnos a apoyar en esa transición, que sola no va a venir, es muy difícil. Los gobiernos tenemos la mala tendencia de escoger al ganador, ya sea gas natural o solar, simplemente hay que crear un sistema en el que todos puedan participar, diseñado para las necesidades de cada país; creo que es importante revisar la regulación, entender los modelos de éxito de otros países, como Chile, que están a la vanguardia en este renglón o en América Latina y salir de la idea de escoger un ganador y simplemente dejar que el mercado participe, intervenga y nos empuje a este nuevo mundo.
Es un caso muy triste, sobre todo porque en algún momento Venezuela era la joya de la corona; no solamente en la producción de crudo, sino también en petroquímica. Estamos hablando de qué tanta importancia le dio el gobierno que terminó matando la gallina de los huevos de oro y justamente la cuestión política no ayuda, porque lo poco que están produciendo, difícilmente puede salir al mercado. Esto habla de cómo tanta tensión centrada en el sector energético es contraproducente con lo que se quiere hacer; he escuchado la frase: “Tanto abrazó al niño, que terminó por asfixiarlo” y es importante tener las condiciones e impulsar el desarrollo de los recursos de cada nación, pero no puedes enfocarte en una sola industria, sobre todo en este nuevo siglo donde cada vez hay que diversificarse más. Vemos a los países árabes y cómo se están 'despetrolizando' con economías invirtiendo en otras cuestiones, entonces hay una lección: la idea de la riqueza basada en una sola materia prima es errónea. Volviendo a la petroquímica, que era la envidia mundial en la industria, en Venezuela, ahora está hecha un desastre y son inversiones de miles de millones de dólares que ya no son factibles.
Definitivamente Rusia y Arabia Saudita son los principales participantes. Estados Unidos como bloque es muy importante, pero recordemos que son muchas empresas individuales. Ante la debilidad reciente de las empresas individuales y la condición adversa en la demanda, Arabia Saudita ha retomado el rol central en la industria del petróleo y tiene las dos manos en el timón. A medida que en Estados Unidos la demanda se recupere, por incentivo, vamos a ver una recuperación de la injerencia de las empresas estadounidenses en el mundo, pero por ahora, todos los ojos están en las compañías de Arabia Saudita.
Hay que tener un enfoque general y en cuanto a América Latina hay que cambiar la idea de producir materia prima y venderla en otro lado. Tenemos que dejar la idea de que la riqueza depende de tener gasolina barata o de que si somos autosuficientes en gasolina, será barata. El petróleo y el gas van mucho más allá de la gasolina, ahora se está buscando que sea al menor costo posible, basado en el mercado de energía limpia y también que haya certeza de suministro. Si hay energía en abundancia vienen inversiones, por ejemplo, de manufactura, o petroquímica. Hay que pensar más allá de tener simplemente una visión de combustible o gasolina barata, estamos hablando de crear industrias completas y ya no podemos producir por producir, sino balancear nuestras metas en cuanto al cambio climático y entender las condiciones y el perfil de cada país en cuanto a geografía y acceso a distintas energías. Una cosa muy importante que no podemos olvidar en América Latina es que nosotros vamos en una transición en la que no estamos ni siquiera al 100% gasificados; estamos hablando de que todavía hay mucha gente que utiliza combustibles primarios para cocinar, por ejemplo, la leña, que es de uso común lamentablemente en América Latina con terribles consecuencias de sanidad, y en esta transición no podemos saltar al 100% al uso de las renovables porque difícilmente las poblaciones pobres podrán salir de la utilización de la leña a un panel solar. Hay que aplicar una visión holística y diseñar una transición ordenada, pero también enfocarse en las ganancias que hay en un paso intermedio, quizá con el gas natural, para dar luego el salto a las renovables; no podemos olvidarnos de la composición de nuestra población y que nada más el beneficio sea de los estratos más altos; lo importante es entender el perfil de nuestro consumo y hacer una transición ordenada basada en ese entendimiento, adecuado a cada país, para no dejar a nadie atrás en esta transición energética.