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- 21/09/2023 00:00
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El simposio “Restaurar y proteger los manglares: hacia una economía azul”, que empezó ayer en el hotel Marriot de Albrook Mall y que se extenderá hasta el viernes 22 de septiembre, es una excelente oportunidad para entender qué tan importantes son los manglares para la lucha contra el cambio climático.
El proyecto es una colaboración del Ministerio de Ambiente de Panamá (MiAmbiente) con el Gobierno del Reino Unido a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y organizado por la Sociedad Audubon Panamá y su socio, la National Audubon Society, que aprovecha desde julio de 2021 una inversión de $3 millones para salvaguardar y proteger los manglares del país, especialmente en la bahía de Parita (ver imagen). De los $3 millones, $2,1 fueron patrocinados por el Reino Unido a través del BID, según informó a La Estrella de Panamá la directora ejecutiva de la Sociedad Audubon Panamá, Rosabel Miró. El proyecto se extenderá hasta finales de 2024.
Este proyecto tiene cuatro componentes, uno científico, uno de valoración económica, otro enfocado a educar a la población sobre la importancia de los manglares y otro de políticas públicas.
Miró explicó que los manglares son de “suma utilidad” para amortiguar los grandes oleajes que, por ejemplo, se han ido formando en los últimos meses, en áreas como Farallón, debido al aumento del nivel del mar y del fenómeno de El Niño.
“De hecho, aquí cerquita en la ciudad”, explicó Miró “podemos ver ejemplos de cómo los fuertes oleajes, aunque no tan fuertes como en Farallón, pueden ocasionar erosión a nuestras costas”. Solo echando un rápido vistazo al área costera de Panamá Viejo, por donde se ubica la torre, es suficiente para darse cuenta de que los manglares protegen notablemente esa costa, mientras que en el área costera por el Mercado Nacional de Artesanías, donde es evidente la ausencia de manglares, se puede ver “cómo los oleajes han estado poco a poco golpeando la costa y erosionándola”. Manglares para una mejor vida costera entonces, pero no solamente.
“Hay una serie de beneficios que todos recibimos a través de los manglares y el ecosistema marino costero”, explica Julio Montes de Oca, director de Resiliencia Costera de Audubon Américas. Los manglares, además de aglutinar y compactar los suelos, y por ende reducir la velocidad de los flujos de agua y fomentar los depósitos de sedimentos que reducen la erosión costera, también absorben los gases que producen el efecto invernadero y son hábitat natural de moluscos y crustáceos, ofrecen anidamiento a gran cantidad de aves y sus raíces son el refugio de reptiles y anfibios.
Montes de Oca recalcó que el proyecto ha estado trabajando en dos sitios piloto, la bahía de Parita y la bahía de Panamá. “En ellos estamos desarrollando consciencia y herramienta para el apoyo a la gestión y conocimiento, y trabajando muy de la mano con MiAmbiente para aplicar esos conocimientos de investigación”.
A través de políticas en el ámbito del cambio climático, esos conocimientos e investigaciones están siendo replicados a escala nacional. Uno de los componentes más importantes del proyecto es la valoración de servicios ecosistémicos y la importancia de los manglares para la protección de la costa. “Estamos viendo dónde son importantes los manglares que ya existen, qué pasa si perdemos esos manglares, cuántas inundaciones va a haber, qué territorio se vería afectado”, subrayó Montes de Oca.
“Escogemos proteger un manglar en específico porque nos va a dar protección costera a futuro”.
“La gestión de los manglares en la República de Panamá en la actualidad denota una mayor percepción de la ciudadanía en general, por lo que existen más actores dedicados a la tarea de conservación y restauración de estos ecosistemas”, dijo Amelie González, viceministra de MiAmbiente, durante la ceremonia de inauguración. Esto se ve reflejado en el reporte del estado de los manglares en el mundo de 2021, añadió la viceministra.
En la inauguración también participaron Germán Zappani, gerente de operaciones del BID en Panamá, y Eliecer Lu, de la Embajada del Reino Unido.
El simposio cuenta con la participación de varios expositores nacionales e internacionales, como Stanley Heckadon, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales de Panamá; Anelise Zimmer, del Pew Charitable de Estados Unidos; Laura Jaramillo, de Conservación Internacional de Colombia; entre muchos otros de México y Honduras. En total hay unos 27 expositores con temas tan variados como “Uso racional, restauración y conservación de los manglares”, “Evaluación de impacto ambiental y planes de manejo”, “Dinámica del carbono”, “Evaluación de impacto ambiental”, “Legislación en zonas costeras”, “Análisis geoespacial” y “Adaptación basada en ecosistemas AbE y servicios ecosistémicos”.
Según un informe detallado de la Sociedad Audubon Panamá, los humedales de la bahía de Parita incluyen ríos, ciénagas y lagos, que son esenciales para mantener el equilibrio del suministro de agua y para actividades económicas como la agricultura, la pesca artesanal y la producción de energía renovable.
“La conservación de los humedales contribuirá al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible establecidos por la ONU en 2015” se lee en el informe.
Objetos de conservación son las albinas, un ecosistema plano o semiplano ubicado cerca de la costa que se llena de agua por la acción de las mareas, además de las salinas, donde se mezcla el medio marino con el terrestre. Ambas son hogar de numerosas especies de aves, además de camarones, almejas, camarones blancos, corvina, entre otras especies.
A través del proyecto se identificaron seis amenazas directas a los humedales de la bahía de Parita: el cambio climático, la contaminación, los disturbios y las intrusiones humanas, la modificación del régimen hidrológico, la pérdida del hábitat y la sobreexplotación del recurso pesquero.
A través de talleres y consultas con actores de las comunidades aledañas a la bahía Parita, oenegés locales e internacionales e instituciones gubernamentales y privadas, se quieren promover las investigaciones científicas en los centros universitarios, implementar las buenas prácticas acuícolas, agrícolas, ganaderas y pesqueras, así como la restauración ecológica, crear alianzas multisectoriales para el seguimiento de proyectos de gran impacto, promover el ecoturismo, aviturismo y agroturismo rural en los humedales de la bahía de Parita, implementar el Plan Nacional de Comunicación, Educación, Concienciación y Participación del Público (CECoP), fortalecer las capacidades técnicas, financieras y operativas de las instituciones y autoridades regionales y locales, y finalmente, promover e incidir en la elaboración e implementación de planes de ordenamiento territorial, con criterios ecológicos y de conectividad de sitios en la bahía de Parita.