El número de víctimas mortales por la dana en la provincia de Valencia se eleva a 212, de las que 183 están ya plenamente identificadas, según el último...
PIB de Panamá crecerá un 4,1% en 2024, según la Cepal
- 06/09/2023 00:00
- 06/09/2023 00:00
Panamá será uno de los países con más desarrollo de América Latina y el Caribe (ALC), con un 4,1% de crecimiento del producto interno bruto (PIB) pronosticado para 2024, según las proyecciones elaboradas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), aunque representa una baja comparada con un 5,1% de 2023.
Para tener una idea general, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía deberían crecer un 4,5% en 2024, Paraguay un 4%, Granada un 3,5%, Costa Rica un 3,4%, Barbados y Jamaica un 3,2%, Guatemala un 3,1%, República Dominicana, Suriname, Belice y Dominica un 3%, Venezuela un 2,7%, Uruguay, Honduras y Ecuador un 2,6%, Perú un 2,5%, Trinidad y Tobago un 2,2%, Nicaragua y Bolivia un 2,1%, Bahamas un 2,0%, Colombia un 1,9%, El Salvador y Chile un 1,8%, Cuba un 1,7%, Brasil un 1,4%, Haití un 0,5% y Argentina un -1,6%. Antigua y Barbuda está pronosticado en crecer un 8,5%, ya que su turismo es fortísimo y genera más del 50% del PIB y un 47% del empleo nacional. Mientras que Guayana lidera la lista con un 20% de crecimiento para 2024 debido a su bonanza petrolera, como el mismo secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, destacó durante la presentación del estudio.
La Cepal dio a conocer su informe insignia ayer en una conferencia de prensa en Santiago de Chile.
Según el informe “Estudio económico de América Latina y el Caribe 2023”, se espera un crecimiento del PIB promedio regional de 1,7% para 2023 y de 1,5% para 2024, una tasa que, según Naciones Unidas, se mantiene baja también a nivel mundial (3%), a pesar de las caídas en la tasa de inflación. Y es que el cambio climático en los últimos años ha influido notablemente en el crecimiento. Este año, inundaciones en Europa, en Asia y en el continente americano han hecho noticias, sobre todo en los últimos meses. Por otro lado, una temporada de lluvia que tardó en hacer efecto en Panamá, provocó sequía en el lago Gatún y una notable reducción del transporte marítimo por el Canal de Panamá.
“El bajo crecimiento de América Latina y el Caribe se puede ver agravado por los efectos negativos de una agudización de los choques climáticos, si no se realizan las inversiones en adaptación y mitigación al cambio climático que requieren los países”, dijo Salazar-Xirinachs.
Entre los sectores señalados para canalizar inversiones que dinamicen el crecimiento y contribuyan a enfrentar el cambio climático, el director de la División de Desarrollo Económico de la Cepal, Daniel Titelman, mencionó la transición energética a energías renovables, la electromovilidad, la economía circular, la bioeconomía como la agricultura sostenible, mirada hacia los recursos genéticos y la bio-industrialización, la gestión sostenible del agua, el turismo sostenible, la seguridad alimentaria, la reacomodación geográfica de la producción, y la igualdad de género, entre otros.
Las brechas de género siguen altas en ALC, según indicó Titelman. La importancia de asumir estas responsabilidades se refleja en el hecho de que el financiamiento climático concesional aumentaría la viabilidad fiscal para financiar la inversión. Titelman expresó la paradoja que vive la región, de necesitar más recursos para su crecimiento económico y al mismo tiempo de ser una región que, de necesitar de una inversión para crecer tan grande, “crece e invierte poco”.
El informe indica que las estimaciones de las necesidades anuales de inversiones contempladas para que ALC avance hacia un desarrollo sostenible varían desde un 10,6% del PIB para infraestructuras y para erradicar pobreza extrema, a un 2,6% o 8,8% del PIB para electricidad, transporte, saneamiento de agua, protección contra inundaciones y riego.
Salazar-Xirinachs enfatizó la importancia para la región de cumplir con las tareas para seguir adelante, en lugar de esperar la ayuda exterior, en un clima global que es poco alentador en términos generales.
A nivel global, según la Cepal, el promedio de crecimiento del PIB se situaba en 3,7% en los años de 2010 a 2019, bajó a 3.5% en 2022 y se mantendrá en 3% para 2023 y 2024. China experimentó un fuerte crecimiento en 2023, con un 5,2% desde el 3% de 2022, y un estimado de 4,5% en 2024. Estados Unidos sigue a la baja, con un crecimiento de 2,1% en 2022, que bajó en 1,8% en 2023 y que se espera baje hasta 1% en 2024. La Eurozona bajó de 4,1% en 2022 a un asombroso 0,4% en 2023 y se estima un 1% de crecimiento del PIB para 2024. Se espera que el crecimiento del comercio mundial de bienes se mantenga bajo, con un promedio de 3,2% de tasa de variación interanual para 2024.
El escenario global 2023-2024 descrito por la Cepal es poco favorable. A una baja tasa de crecimiento se añaden las altas tasas de interés, menor liquidez global y altos costos de financiamiento.
Según el informe, el costo del financiamiento público para países de la región en mercados internacionales se ha ido incrementando. En Panamá, el monto de emisiones soberanas de deuda en mercados internacionales sumaba $1.800 millones en marzo, con una tasa de interés del 6,65%. La tasa promedio de la región se situaba en 3,6% en 2021, se elevó a 4,9% en 2022 y llegó a 6,3% en 2023. Los bonos soberanos han pasado de representar 6% de las emisiones soberanas en mercados internacionales en 2019 a 43% en el primer semestre de 2023.
Para aumentar la inversión pública es necesario mayor espacio fiscal en la región en general, según el informe. Para llegar a eso, por el lado de los ingresos hay que eliminar la evasión tributaria y revisar los gastos tributarios, que promedian un 3,7% del PIB o 19% de los gastos presupuestarios de los gobiernos centrales en 2021; consolidar el impuesto a la renta a personas físicas, que en 2021 representaba el 2,1% del PIB en ALC; extender el alcance de impuestos sobre el patrimonio y la propiedad; revisar los marcos fiscales para la explotación de recursos no renovables; y considerar impuestos ambientales y aquellos relacionados con problemas de salud pública. Por el lado del gasto público y la institucionalidad fiscal, el informe sugiere mejorar la calidad y asignación de los gastos; desarrollar una perspectiva estratégica del gasto público para impulsar la inversión y reducir brechas sociales; y fortalecer la institucionalidad fiscal.
“En América Latina, el déficit fiscal aumentará por efecto de la caída de los ingresos”, se lee en el informe.
“La buena noticia es que el precio de la materia prima está a la baja, aunque vamos a ver que sigue por encima de los niveles prepandémicos”, alegó Titelman. “Eso es una buena noticia en el sentido de que está bajando y hay más espacio para que siga bajando, y eso debería afectar positivamente la región hacia el futuro”.
Otro aspecto positivo para algunos países de la región es que algunos bancos centrales han ya comenzado a reducir las tasas de política monetaria, lo cual ayuda a la competitividad del país.