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Las renovables dominan el mercado energético en Panamá con el gran desafío de asegurar la eficiencia
- 07/11/2022 13:06
- 07/11/2022 13:06
Según datos de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), en 2021, el 84% de la generación eléctrica en Panamá provenía de fuentes de energía renovable. Y para septiembre del 2022, el 97% provino de fuentes limpias, según los recientes indicadores de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP).
Estos porcentajes evidencian que la matriz energética de Panamá ya casi es cien por ciento renovable, un gran paso hacia la transición energética para un país que tiene un mercado eléctrico relativamente joven, pero que tiene el gran desafío de asegurar la eficiencia y sostenibilidad energética.
En 1999, entró en vigor la Ley 6 del 6 de febrero de 1997 con la que se dicta el Marco Regulatorio e Institucional para la Prestación del Servicio Público de Electricidad en la República de Panamá.
Y casi dos décadas después, en 2020, la administración del presidente Laurentino Cortizo aprobó los lineamientos estratégicos de la agenda de transición energética, según consta en la resolución de Gabinete No. 93 de 24 de noviembre de 2020.
La hoja de ruta de transición energética de Panamá comprende un plan estratégico para la migración hacia un sistema energético dominado por las energías renovables o provenientes de fuentes limpias, entre las cuales "la generación hidráulica seguirá siendo fundamental en el país".
Hoy en día, la oferta de electricidad en Panamá proviene de diversas fuentes: hidráulica (agua), eólica (viento), solar (sol) y en menor proporción térmica y otro tanto se importa. Pero, ¿cuáles son las fuentes de energía renovable que dominan el mercado en Panamá?
Según cifras preliminares de la Contraloría General, actualmente la matriz energética en Panamá es comandada por las renovables, cuya oferta acumulada hasta septiembre asciende a 6,740,923 kwh (kilovatio hora), comparado con los 1,616,905 kwh que generan las plantas térmicas.
Del total de la oferta de energía renovable, la hidráulica generó 5,728,023 kwh, la solar 540,675 kwh y la eólica 472,225 kwh. Otros 220,466 kwh se importaron y 148,097 kwh corresponden a autogeneración.
Los datos oficiales arrojan que el camino hacia la transición energética ha ido evolucionando con buen pie en los últimos años. Hasta septiembre de 2022, la oferta de energía limpia en Panamá se situó en 6,740,923 kwh, para el 2021 en 6,900,116 kwh; en 2020 estuvo en 5,542,451 kwk; en 2019 en 4,213,726 kwh; y en 2018 en 6,360,522 kwh.
Según datos de la ASEP, solo en septiembre el 97% de generación de energía eléctrica del país provino de fuentes limpias. De este porcentaje total, un 91.09% de la energía limpia provino de fuentes hidráulicas, el 5.82% se generó de las fotovoltaicas y eólica, los cuales suman 97%; mientras que solo 3.09% corresponde a otras fuentes.
"Panamá tiene importantes oportunidades en el ámbito de las energías renovables", dijo el pasado 8 de septiembre, el director Ejecutivo de la Agencia Internacional de Energías Renovables, Francesco La Camera, al visitar el Parque Eólico, y Planta Fotovoltaica Penonomé.
"Seguimos siendo mucho más renovables", y por lo menos (hasta octubre) "casi todas las plantas hídricas se están desbordando, lo que quiere decir que hay suficiente agua" para generar electricidad, dijo el presidente de la Asociación de Grandes Clientes Eléctricos (Agrandel), Jorge Azcárraga.
¿Cuál es el problema? Que "no" se puede transmitir porque hay una restricción en el flujo de potencia (800 megawats). "Si fuese más se pudiese traer más. Entramos en un tema de que el sector también tiene que ser más eficiente a la hora de operar", expresó el miembro de Agrandel.
En esencia, el mensaje de Azcárraga, en nombre de Agrandel es que "debemos tenemos como país un norte, necesitamos ser más autocríticos y cambiar lo que tengamos que cambiar".
Azcárraga, por otro lado, se quejó sobre el aumento de cargo de potencia que ha venido sufriendo la figura del gran cliente a través de los años.
La categoría de gran cliente, según la regulación es de 100 kilowatts de demanda, traducido en términos simples, se refiere a una factura de alrededor de $7 mil mensuales.
La figura de gran cliente existe desde el año de 1997, cuando se inició el mercado eléctrico en Panamá, y le permitía a estos consumidores comprar dos productos: la potencia y la energía.
Pero a partir del 2010 esas señales cambiaron, porque según el regulador habían empresas que entraban a comprar energía y potencia como cliente regulado y se salían y entraban, por lo que se tenía que contemplar su demanda.
De ahí en adelante se decidió que el gran cliente tendría que comprar al precio que estableciera la ASEP, y no es hasta 2014 que entró a regir el precio de $8.96 kwh. Del 2014 al 2018 entró otro precio, y luego se fueron dando de forma escalonada.
El régimen tarifario debió haber cambiado a partir del 1 de julio y la preocupación de este grupo de clientes, según Azcárraga, es que hoy "no" saben cuánto va a costar; y al no saberlo, tanto los grandes clientes como los generadores que están hoy vendiendo su energía, entre ellas renovables, "podrían verse afectados". Aseguró que "el problema está en la ASEP".
En este contexto, solicitó que a los grandes clientes se les permita comprar potencia libremente a cualquier participante del mercado, como lo hacían antes; pues en su parecer "comprarla a una empresa distribuidora, crea una desventaja competitiva no solo a los clientes sino también a los generadores".
Según Ascárraga, la propuesta va dirigida a que "en Panamá se evalúe que los que más consumen puedan buscar los mecanismos necesarios para poder conseguir los mejores precios posibles usando su consumo y su demanda como un apalancador".
En específico, la propuesta plantea dos conceptos fundamentales: En primer lugar, la portabilidad de la potencia que la distribuidora compró en nombre del gran cliente. Es decir, que "el cliente sigue pagando (cargo mochila), tal como venía pagando la capacidad a la distribuidora, pero le vale como potencia ya contratada por él".
Y en segundo plano, la obligación de contratación del gran gliente, una propuesta que plantea una obligación de compra de potencia del gran cliente, en línea con la obligación de contratación.
"Eso es lo que queremos, y ya hay una propuesta en firme, escúchenla, revisémosla para poder hacer que este mercado funcione de la mejor manera. Hay un montón de gente que lo está haciendo. No le pongamos un stop, porque la realidad es ¿cuánto va a costar? ¡nadie sabe!", aseveró Azcárraga.
Según Agrandel, la liberalización del mercado de grandes clientes de las distribuidoras, permitiendo que éstos contraten potencia y energía en el Mercado Mayorista de Electricidad (MME), es una medida que alinea mejor al mercado panameño con los principios que sustentan la Ley de Electricidad de 1997, que promueve la existencia de un mercado competitivo de generación de electricidad.
La Secretaría Nacional de Energía (SNE), liderada por Jorge Rivera Staff, por su parte, aseguró que continúan impulsando acciones climáticas sustanciales, encaminadas al desarrollo de las estrategias de la Agenda de Transición Energética.