Las criptomonedas: un volátil refugio antiinflación que se dispara en América

Actualizado
  • 28/02/2022 00:00
Creado
  • 28/02/2022 00:00
El Índice Global de Adopción de Criptomonedas 2021 de la firma Chainalysis muestra que Norteamérica, liderada por EE.UU., es el segundo mercado mundial de criptomonedas, después de Europa Central, del Norte y Occidental, con movimientos por más de $750.000 millones entre julio de 2020 y junio de 2021, un 18,4 % de la actividad global.
Fotografía de un local comercial que acepta criptomonedas como medio de pago, el 24 de febrero de 2022, en San Salvador.

La adopción del dinero digital sigue creciendo en América, donde las criptomonedas, además de ser instrumentos de especulación, se han posicionado como trinchera ante la inflación y alternativa para enviar remesas, un fenómeno que ha llevado a los Gobiernos a buscar su regulación y apostar por divisas virtuales.

“Mientras que en otras partes del mundo el auge se dio, al menos al inicio, como una protesta contra el sistema financiero, en Latinoamérica ha respondido más que nada a la necesidad de resguardo frente a la inflación y ante la crisis económica", explica a EFE Santiago Pontiroli, analista del gigante ruso de ciberseguridad Kaspersky.

El Índice Global de Adopción de Criptomonedas 2021 de la firma Chainalysis muestra que Norteamérica, liderada por EE.UU., es el segundo mercado mundial de criptomonedas, después de Europa Central, del Norte y Occidental, con movimientos por más de 750.000 millones de dólares entre julio de 2020 y junio de 2021, un 18,4 % de la actividad global.

En tanto, Latinoamérica se ubica como la sexta economía, con unos 352.000 millones de dólares en criptomonedas en el mismo periodo, es decir un modesto 9 % de todas las transacciones globales, aunque con un notable crecimiento.

El repunte se evidencia en países como Chile, que, según la plataforma Buda.com, registró un crecimiento del 400 % en 2021, y México, donde una encuesta de la firma Finder muestra que el 15,2 % de la población posee algún tipo de activo digital.

A la par, empresas emergentes vinculadas con las criptomonedas y tecnologías de blockchain como Bitso (México), Mercado Bitcoin (Brasil) y Ripio (Argentina) han logrado posicionarse fuertemente.

Trinchera ante la devaluación

A pesar de estar aún entre los mercados más pequeños, el dinero digital ha mostrado una creciente penetración entre la población latinoamericana, con tres países de la región destacados entre los 20 primeros por los analistas del índice global de adopción de criptomonedas: Venezuela (7), Argentina (10) y Brasil (14).

Las razones del crecimiento son comunes: la rapidez en las transacciones, la carencia de controladores o de intermediarios, la desconfianza que producen las políticas económicas estatales y el temor a la devaluación.

Sin embargo, el contexto de cada país mantiene diferencias.

Así, mientras que una buena parte del mercado brasileño se compone de transacciones grandes en plataformas exchange (casas de intercambio), con inversores y comerciantes a gran escala, en Venezuela, Argentina o Colombia -undécimo país en el mundo en adopción de criptomonedas- se registran movimientos más pequeños y más actividad P2P, con contacto directo entre compradores y vendedores.

En el caso de Argentina, pese a que los criptoactivos no están regulados, la actividad P2P, en la que se evidencia un mayor riesgo de fraudes al no existir un intermediario, tendió a aumentar a medida que el peso perdía valor y repuntaba la inflación, según Chainalysis.

La situación es similar en Venezuela, donde la pérdida de valor y confianza en el bolívar empujó a buena parte de la población a sumirse en una dolarización parcial y no oficial, y a adoptar las criptomonedas (que no dependen de bancos para las transacciones) como una alternativa de ahorro y medio de pago.

“En una situación sobrevenida de hiperinflación, ausencia de confianza en el signo monetario y escasez de billetes, los criptoactivos consiguieron un lugar para echar raíces", señala a Efe el economista y especialista en criptos Aarón Olmos.

El sector también cautivó al Gobierno y, a finales de 2017, coincidiendo con el inicio de la hiperinflación y ante las trabas que encontraba Venezuela en el mercado financiero internacional, se anunció el petro, una supuesta “criptomoneda” que fue sancionada por EE.UU. y que no se ganó la confianza de los venezolanos.

Mientras tanto, en Cuba las criptomonedas se están empleando para sortear las sanciones económicas estadounidenses, ya sea el bloqueo de remesas o las dificultades para importar bienes, o como inversión en un clima de debilidad del peso cubano, según varios expertos y medios.

Cuba permite su uso desde septiembre pasado, gracias a una resolución que regula su empleo, con limitaciones, y establece licencias para operaciones y pagos.

Otros países han visto dinamizar ese sector gracias a las remesas, cuyo aumento salvó a varias de las economías latinoamericanas en medio de la pandemia.

De acuerdo con la plataforma CoinPay.cr, las remesas en criptomonedas destinadas a Venezuela, Argentina, Colombia, Brasil, Chile, Perú y México se dispararon en 2021 hasta un 900 %, aunque la mayoría llegan desde EE.UU. a Centroamérica, donde también está ganando popularidad el dinero digital.

El Salvador y la cautela ante el desplazamiento del dólar

El Salvador se convirtió el año pasado en el primer país del mundo en adoptar el bitcóin como moneda de curso legal junto al dólar estadounidense, una medida del presidente Nayib Bukele para atraer inversionistas y reducir el pago de comisiones de las remesas familiares, pilar económico del país.

En esa apuesta, El Salvador compró al menos 1.801 bitcoines en diferentes momentos entre septiembre de 2021 y enero pasado, una reserva que ha disminuido su valor por la volatilidad y las caídas del precio de esta criptomoneda, que se cotizaba este sábado en 39.207 dólares, un descenso del 43 % respecto a su máximo histórico de 69.000 dólares de noviembre.

La volatilidad se reflejó, además, con el comienzo de la incursión rusa en Ucrania el pasado miércoles, tras lo cual el bitcóin llegó a desplomarse hasta los 34.300 dólares.

Una inestabilidad que ya ha sido advertida por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que insiste en los riesgos que plantea su adopción como moneda de curso legal o como divisa de referencia en sustitución del dólar.

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