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- 07/08/2021 00:00
- 07/08/2021 00:00
Durante los últimos meses los precios del crudo han registrado un aumento considerable por factores como la cartelización de la oferta por parte de la OPEP+ y la creciente demanda de esta fuente, producto de la reactivación económica de las potencias Estados Unidos y China.
Como resultado del alza en el precio del crudo, sobrevino un incremento también en el precio de sus derivados, impactando entre ellos al gas licuado de petróleo (GLP), más conocido como gas propano, el cual recientemente recomendó la Agencia Internacional de Energía (AIE) utilizar para reducir la contaminación del aire doméstico, “porque es limpio y salva vidas”.
Contando en la actualidad con una elevada demanda en el mercado de Asia, especialmente en China e India, que lo utilizan considerablemente para la industria petroquímica y la sustitución de la leña en las familias más pobres para el proceso de cocción de alimentos.
A raíz de esta variabilidad y volatilidad en los precios internacionales, países como México mantienen discusiones acerca de cómo estabilizarlos en beneficio de los usuarios finales.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rechazó la protesta de distribuidores y comisionistas de gas licuado de petróleo (GLP) y designó tres comisiones para asegurar el abastecimiento y equilibrar el esquema de precio tope para ese producto impuesto por la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
“Hay cinco grandes empresas que distribuyen casi el 50% del GLP en el país y se están quedando con márgenes de utilidad muy altos. Petróleos de México (Pemex) le vende a un precio y ellos venden al consumidor a un precio muy elevado”, señaló López Obrador.
Al respecto de esto, el director de Pemex, Octavio Romero, estableció que la empresa estatal vende el gas a las comercializadoras a un precio de 12,50 pesos por kilogramo (0,63 de dólar), mientras que las grandes empresas lo distribuyen con un sobreprecio de siete pesos por litro (0,35 de dólar).
Como resultado de esta situación, López Obrador anunció también la creación de la empresa Gas Bienestar, manejada por Pemex, con el objetivo de vender al público gas a precios bajos en zonas vulnerables.
Mientras que la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas) aseveró que, “durante el primer semestre de 2021, los precios internacionales del gas propano aumentaron un 131% comparados con 2020”. Explicando que México solo puede cubrir 38% de su demanda con producción local e importar el 62% restante.
Con relación a Venezuela, se presenta una escasez de GLP, siendo el gas que utiliza la mayoría de la población para cocinar, lo cual viene empeorando desde 2019 a raíz del colapso de la economía, la mala gestión y desinversión de la industria petrolera más el efecto de las sanciones de EE.UU.
Durante ese año el consumo en Venezuela era de 68,000 barriles diarios, pero el despacho por parte de PDVSA apenas fue de 15,000 barriles, un déficit de 53,000 barriles diarios. La crisis ha llevado a las familias a cocinar en fogones o cocinas eléctricas para quienes pueden adquirirlas.
Antero Alvarado, socio director de Gas Energy Latin America en Venezuela calcula que el déficit de gas propano es del 75%. “Es decir, solo 25% de las familias venezolanas tiene acceso a la bombona de manera periódica. El resto es uso de leña”, estableció en la red social Twitter.
Recientemente a través de la licencia 40, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha permitido los envíos del gas en transacciones que involucran al Gobierno de Venezuela, a la estatal de Petróleos de Venezuela o a cualquier entidad en la que PDVSA posea una participación del 50% o más. No obstante, la anuencia no autoriza ningún pago en petróleo o productos derivados, acotó dicha oficina.
Amylkar Acosta, economista y exministro de Minas y Energía de Colombia, subrayó que “es motivo de especial preocupación que esta situación de precios altos del GLP se agravará finalizando el año”.
Explicando que cuando llegue el invierno en los países del hemisferio norte, con los consabidos mayores aumentos en los precios del GLP por el incremento en la demanda para calefacción. A ello se viene a añadir la trepada de la cotización del dólar, que está rozando los $4,000.
“Así que no da espera a la toma de decisiones gubernamentales para mitigar el coletazo de los impactos del precio internacional en el mercado de este servicio público esencial, como es en el caso de Colombia. Es tanto más urgente la intervención del gobierno, habida cuenta que los hogares han visto menoscabados sus ingresos en el último año a consecuencia de la crisis pandémica”.
En cuanto a Panamá es importante señalar que al no ser un productor de petróleo y sus derivados, quedará a expensas –al igual que los otros países de la región– de la variación de precios; sin embargo, hasta el momento no se reporta falta de suministro o escasez de esta fuente para el uso de la población.