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- 25/01/2021 10:25
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El director general adjunto de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Alan Wolff, urgió a sus países miembro la necesidad de avanzar en las negociaciones para aumentar la resiliencia de la producción y el comercio agropecuarios frente a la crisis ocasionada por la covid-19.
Durante su intervención ante los ministros de Agricultura en el marco del Foro Mundial sobre la Alimentación y la Agricultura celebrado en Berlín, el pasado 22 de enero de 2020, dijo que la pandemia ha puesto de relieve la necesidad de que los responsables de la formulación de políticas observen algunos principios fundamentales, como la apertura de los mercados y la transparencia.
Además, señaló que los ministros de Agricultura deben “trabajar en estrecha colaboración con sus homólogos de la cartera de Comercio para hacer avanzar las negociaciones en la OMC” a fin de crear condiciones equitativas que ayuden al sector agropecuario a hacer frente a los retos actuales y futuros de manera eficaz y sostenible.
Wolff celebró el compromiso asumido esa misma semana por un grupo de miembros de la OMC, que concentra la mayor parte de las exportaciones mundiales de productos agropecuarios, de abstenerse de imponer restricciones a la exportación de productos alimenticios adquiridos por el Programa Mundial de Alimentos con fines humanitarios no comerciales.
Dentro de sus observaciones, Wolff señaló que 2020 fue un año difícil. Añadió una crisis sanitaria sin precedentes, con las consiguientes complicaciones de la oferta y la demanda, a la lista de problemas a los que se enfrentan los productores agrícolas, incluidos los patrones climáticos extremos, las plagas y enfermedades, las tensiones geopolíticas, y una creciente población mundial que necesita ser alimentada adecuadamente.
Se estima que el PIB mundial disminuyó en un 4. 2% (1), una de las mayores caídas de las últimas décadas, sumiendo a millones de personas en la pobreza y socavando los esfuerzos mundiales para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, subrayó.
Sin embargo, la pandemia de la covid-19 ha puesto de relieve la extraordinaria resistencia de la producción y el comercio agrícolas. "Tuvieron muy buenos resultados, especialmente en comparación con el comercio y la producción en otros sectores. Esto se debía en gran medida a la naturaleza esencial de los alimentos y al papel del comercio en la alimentación de los pueblos del mundo".
Sin embargo, actó que hay algunas lecciones clave de la pandemia que los encargados de formular políticas deben tener presentes en el futuro:
Primero, mantener los mercados abiertos. Esto es esencial, no sólo para los productos alimenticios, sino también para otros bienes y servicios. "Los alimentos siempre deben poder viajar a través de las fronteras".
Según sus datos, una de cada seis personas en el mundo depende casi por completo del comercio internacional para alimentarse. Eso es el 17% de la humanidad o 1, 300 millones de personas. Más de 30 países dependen de alimentos importados para evitar el hambre. Además es probable que aumente la dependencia del comercio internacional para la seguridad alimentaria.
"La imposición de restricciones al comercio podría tener graves ramificaciones negativas. La producción agrícola sostenible no puede tener lugar sin mantener el comercio de muchos otros bienes y servicios, como fertilizantes, tractores, drones y equipo sofisticado e inteligente para el clima".
En segundo lugar, invertir sabiamente: Los gobiernos y los bancos centrales de todo el mundo han establecido paquetes fiscales por valor de billones de dólares(2), y los subsidios a los agricultores han proliferado. "Esto es totalmente comprensible", expresó Wolff.
No obstante, deben evitarse las ayudas que distorsionan la producción y la competencia en materia de subvenciones. Los escasos recursos fiscales deberían invertirse en innovación y sostenibilidad para "reconstruir mejor".
Garantizar la seguridad alimentaria de las generaciones actuales y futuras es esencial. Todas las medidas de política, incluidas las subvenciones, para abordar los efectos de la covid-19 deben ser "específicas, proporcionadas, transparentes y [especialmente] temporales". Los gobiernos deberían revisar rápidamente sus medidas para determinar si siguen siendo necesarias.
En tercer lugar, asegurar la transparencia: Los mercados agrícolas han demostrado una notable resiliencia, pero los mercados funcionan aún mejor con información oportuna y de buena calidad, incluso con respecto a las medidas de política adoptadas por los gobiernos de todo el mundo. Iniciativas como el Sistema de Información de Mercados Agrícolas (AMIS) son cruciales para respuestas políticas bien informadas.
Destacó que las negociaciones de la OMC beneficiarían en gran medida al sector agrícola y apoyarían una recuperación económica sostenible.
En ese sentido, expresó que en primer lugar, los miembros de la OMC tendrán que actualizar continuamente las normas del comercio agrícola para hacer frente a los desafíos actuales y futuros y aumentar la previsibilidad del suministro mundial de alimentos. Sin embargo, estos esfuerzos deben: reducir sustancialmente las ayudas que distorsionan el comercio; mejorar las disciplinas sobre las restricciones a la exportación; mejorar las oportunidades de acceso a los mercados; y seguir mejorando las normas de competencia en materia de exportación.
En este sentido, acojió con satisfacción el compromiso, esta semana, de los miembros de la OMC que representan la mayor parte de las exportaciones agrícolas mundiales de abstenerse de imponer restricciones a la exportación de alimentos adquiridos por el Programa Mundial de Alimentos con fines humanitarios no comerciales.
En segundo lugar, los miembros de la OMC deben centrarse en el comercio y la sostenibilidad. Durante la Semana del Comercio y el Medio Ambiente de la OMC en noviembre de 2020, se pusieron en marcha dos nuevas iniciativas: 50 Miembros iniciaron "debates estructurados" sobre el comercio y la sostenibilidad ambiental, mientras que otro grupo de miembros celebró la primera reunión del diálogo informal sobre la contaminación por plásticos y los plásticos sostenibles. Una contribución ambiental inmediata sería la conclusión de un acuerdo para frenar las subvenciones perjudiciales a la pesca en la próxima Conferencia Ministerial de la OMC que se celebrará este año o antes.
En tercer lugar, el comercio digital mundial debe basarse en normas. El avance de los debates sobre el comercio electrónico hasta una conclusión satisfactoria ayudaría a los agricultores a beneficiarse más plenamente de la economía digital mundial.
Los ministros de Agricultura pueden marcar una gran diferencia en la configuración del sistema comercial mundial. "Pueden y deben trabajar en estrecha colaboración con sus homólogos comerciales para hacer avanzar las negociaciones de la OMC a fin de crear unas condiciones equitativas y sostenibles que ofrezcan oportunidades a todos los agricultores y fortalezcan la capacidad del sector agrícola para hacer frente a los desafíos actuales y futuros. 2021 debe ser un año de renovación para la economía mundial y para el sistema comercial que es esencial para el bienestar de todos los pueblos", puntualizó.