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- 28/12/2019 00:00
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Los eventos en el ámbito económico y político internacional en el año 2019 y la maximización de los riesgos en diversos ámbitos parecen indicar que en el 2020 continuará la incertidumbre que rodea los mercados y por ende el desempeño económico mundial.
A pesar de que se estima un repunte para el próximo período fiscal, este se considera insuficiente frente a las actuales y potenciales afectaciones de la materializada desaceleración. En este panorama se torna imperativo que se redirijan los esfuerzos a un análisis holístico, donde se implique el estudio de ciclos de negocios, los riesgos locales y la consideración a las reformas estructurales.
De acuerdo con las recientes actualizaciones por parte de comisiones y organismos internacionales, se apunta a un crecimiento global del 3.0%, estimándose una leve recuperación de 3.4% en 2020, condicionada a la mejora de economías emergentes y en desarrollo de América Latina, Oriente Medio y Europa.
Esta mejora también depende del manejo de la gama de riesgos que se desprenden del ámbito económico, geopolítico, social, tecnológico y ambiental, a nivel local.
Recapitulando, en el transcurso del período 2019, las incertidumbres económicas y geopolíticas se han desenvuelto en Estados Unidos (EEUU) y China, países que contribuyen al 40% del Producto Interno Bruto (PIB) nominal mundial. Por lo que los cambios (positivos y negativos) se reflejan en el desenvolvimiento del resto de las economías. Por ejemplo, en el caso de EEUU, las estadísticas indican que un porcentaje de incremento de esta economía podría promover un 0.8% el crecimiento de las economías avanzadas y un 0.6% en los mercados emergentes y en desarrollo a partir de un año.
Los impactos que se propaguen se ilustran a partir de herramientas que transmitan potenciales resultados en el corto y mediano plazo. Tal como el Índice de Liderazgo Económico 2019 (LEI ) desarrollado por The Conference Board, en el último período los ciclos de negocios han reportado constantes altas y bajas, marcándose una mayor tendencia a la baja.
El LEI es un indicador emitido con frecuencia mensual y desarrollado en base a 10 componentes macroeconómicos cuyos cambios preceden las transformaciones en una determinada economía.
El aumento o reducción del LEI se mide en comparación con el periodo base de 2016, cuyo valor de referencia es 100.
De acuerdo con las actualizaciones, EEUU mantiene un LEI estable a noviembre 2019 equivalente al 111.6 reportado en octubre luego de una baja del 0.1%, marcando tendencia tras la consecutiva disminución del 0.2% reportada en los meses de septiembre y agosto, 2019.
Resultados a la baja también son reportados en las economías de Japón, México, España, Reino Unido, Alemania y Francia. Las reducciones oscilan entre el 0.20%-1.50%, siendo México quien reporta la mayor disminución.
Para China, los resultados se reportan positivos con un incremento del 1.5% en noviembre 2019 versus octubre 2019.
Similares resultados reportan otras economías de significativa contribución al PIB global. India, Brasil, Corea y Australia reportan incrementos entre el rango del 0.20%-1.00%, siendo India quien alcanza el mayor aumento.
Las economías citadas aportan aproximadamente el 70% del PIB global nominal con una alta participación en el comercio internacional. Por lo que al igual que EEUU y China, la bonanza como el detrimento que experimenten se reflejará en otras regiones y subregiones.
El desenvolvimiento mencionado es determinante para el análisis de perspectivas, sin embargo, se debe considerar la situación y los riesgos en el ámbito local de las economías emergentes y en desarrollo; estas son la economías de las cuales depende en gran parte, el repunte esperado.
De acuerdo con el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI, JP Morgan Chase), que hace referencia a la diferencia de la tasa pagada por bonos de países subdesarrollados versus las notas de Tesoro de Estados Unidos consideradas como libres de riesgo, tenemos una gama de economías que pueden estar viéndose limitadas a la consecución de sus metas y objetivos por limitaciones al financiamiento externo. Por ende, las probabilidades de las estimaciones 2020 podrían verse reducidas.
De acuerdo con las cifras, a la fecha se registra: Argentina con 1.779 puntos básicos (pbs), Ecuador 825, Brasil 214, Perú 86, México 176, Colombia 165, Panamá 214, Uruguay 153 y Venezuela 14.598. En contraste, a países de la región de Europa, Croacia 42 y Polonia 31, los países de LATAM, primordialmente Argentina, Ecuador y Venezuela, están altamente sujetos a no poder contar con financiamiento externo. En lo que respecta al Oriente Medio, Turquía 411, también se ubica en una situación preocupante con respecto a los riesgos de inversión.
Esto escapa del sector público y pone en desosiego el desempeño del sector privado. Porque si sus sistemas locales no cumplen con las características requeridas para el desarrollo de negocios, las inversiones se ven afectadas al tener que incrementarse costos enfocados a la investigación y desarrollo.
Las replicas de negocios se limitan y se debe crear una adaptación a lo que ofrece el sistema. Esto se traduce en una salida de inversión extranjera y fuga de capitales.
Entre las propuestas a la mesa para hacer frente a estas eventualidades, se dicta la implementación de reformas estructurales. Reformas que, según previas prácticas, han dado lugar a impactos positivos en el desarrollo y crecimiento económico de diversas naciones. Las reformas se enfocan en ámbitos claves que incluyen las finanzas internas y externas, el comercio, los mercados de trabajo, los mercados de productos y la gestión de gobierno.
Sin embargo, este impacto positivo no ha sido inmediato. Se dicta que los cambios se reflejan en horizontes de tiempo que parten del mediano plazo, por lo que los quinquenios que generalmente perduran las administraciones de gobierno se tornan en otra limitante al éxito buscado.
De acuerdo con el informe de Perspectivas de la Economía Mundial (WEF, octubre 2019), una reforma financiera interna da lugar a un incremento del PIB de aproximadamente 2%, en promedio, luego de seis años de haber sido implementada. Resultados similares se reportan para las reformas de gestión de gobierno.
Podemos deducir de los hechos citados que los porcentajes de expansión que se prevén para períodos subsecuentes son positivos, sin embargo, unos están limitados a los esfuerzos a implementar y a las condiciones del sistema mundial; aunque los resultados sean positivos, no compensan las afectaciones de la desaceleración marcada en los últimos períodos.
¿Hacia dónde nos dirigimos? es una interrogante que nos dejan las eventualidades en el período 2019.