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- 14/12/2019 00:00
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El miércoles 11 de diciembre de 2019 la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés) anuncia su intención de mantener las tasas de interés estables entre el rango de 1.50% - 1.75% establecido en octubre 2019. La decisión ha sido de sorpresas para muchos, ya que contrasta con las expectativas de un mayor recorte a raíz de la desaceleración de la economía mundial que se ha visto acentuada por las disputas comerciales y sus repercusiones en las operaciones del sector manufactura. De acuerdo con los anuncios de Jerome Powell, jefe de la FED, no se esperan realizar ajustes en los próximos meses.
Con el objetivo de impulsar la actividad económica, luego de las repercusiones que tiene la crisis inmobiliaria estadounidense (2007-2008), el Comité Monetario de la FED recorta las tasas de referencia a niveles de 0.50% como parte de su estrategia de política monetaria expansionista. Este recorte tuvo sus efectos, dando lugar a que los consumidores tuviesen acceso a dinero menos costoso, propiciando un mayor consumo que elevó los niveles de inflación.
De acuerdo con los reportes históricos, a partir del período 2015, la inflación reporta una tendencia al alza, elevándose por arriba del objetivo de 2% en el período 2017 y alcanzando un 2.28% en diciembre 2018.
A partir del 2015, se observa el inicio de la normalización de la política monetaria reflejada en una constante alza de las tasas de interés. Entre el período 2015 a diciembre 2018 se reportaron nueve alzas, lo cual llevó las tasas de 0.50% (2015) a 2.50% (2018). Observamos en la tabla adjunta que existe una relación positiva entre ambas variables.
El alza de las tasas marcó lo que se define como la normalización de la política monetaria. Se establecía un punto de retorno a la política convencional, donde las tasas de interés se mantienen en rangos considerablemente aceptables y no se recortan a las excesivas bajas del 0.50%. Sin embargo, los acontecimientos entre el período 2018 y 2019 en materia política y económica no han dado apoyo a la sostenibilidad de un ciclo económico saludable prolongando, suscitándose así la aplicación de ajustes que impactan ese camino a la normalización que se trazaba en los últimos 4 períodos fiscales -2015 a 2018- (ver tabla adjunta).
En el período 2019 se han aplicado tres recortes a las tasas de la FED. El primero anunciado en julio ubicó las tasas en 2.25% equivalente a 25 puntos básicos por debajo de enero 2019 (2.50%). Este recorte materializó las predicciones frente al panorama de incertidumbres económicas generado de las disputas comerciales internacionales y sus repercusiones.
El segundo recorte se anunció en septiembre 2019. A la fecha la tasa se ubicó en 2.00% equivalente a 25 puntos básicos por debajo de julio 2019 (2.25%).
Con perspectivas económicas mundiales que marcan una tendencia a la desaceleración, por debajo de los porcentajes previamente informados, tenemos el tercer recorte en octubre 2019, estableciéndose una tasa del 1.75%.
Los tres recórtese se catalogaron como una acción con miras a establecer un seguro de protección frente a la desaceleración económica reportada y las potenciales bajas que se vaticinan.
En el panorama económico actual, mucho se esperaba que la FED aplicara un cuarto recorte antes del cierre fiscal 2019. No obstante, para sorpresa de muchos, el miércoles 11 de diciembre 2019, la FED confirma mantener las tasas estables al 1.75% y no se espera un recorte a inicios del período 2020.
Frente a los cuestionamientos sobre dicha decisión, el comité ha expresado que en términos generales la economía estadounidense reporta buenas señales, primordialmente en las tasas de desempleo, las tendencias al alza de la inflación en los últimos meses y las perspectivas de crecimiento de la economía estadounidense.
Los recientes informes de Índice de Precios de Consumo (IPC) marcan un 2.1% para el cierre de noviembre 2019, cifra que no se observaba desde noviembre 2018.
Estos resultados son un indicativo de mejora y confirman una mayor inclinación a la estabilidad de precios, la cual se alinea a las decisiones de mantener las tasas de octubre para el cierre del período fiscal.
¿Cómo inciden los ajustes? Como todo ajuste tiene sus implicaciones, las tasas de interés tienen un impacto en la apreciación como en la depreciación de las monedas.
En el caso del dólar, un ajuste al alza de las tasas equivale a un incremento del costo de esta divisa como a rendimientos más elevados para todo instrumento financiero que esté denominado en esta divisa.
Estos ajustes también tienen un impacto en el poder adquisitivo, ya que por ser tasa de referencia entre los bancos, las tasas variables aplicadas a hipotecas, préstamos y cuentas de ahorro, también se ven impactados.
A partir de las alzas de las tasas de interés por parte de la FED, en el período 2015 se reportó un optimismo en los mercados accionarios evidenciado en los índices de referencia del mercado estadounidense, el Standard & Poors (S&P) y el Dow Jones (DJI), ambos reportaron un alza de +1.55% y +1.77% respectivamente.
Sin embargo, para las economías emergentes de África y las economías en desarrollo de Latinoamérica, las repercusiones fueron negativas.
El alza de interés significó un mayor rendimiento en instrumentos financieros alternos como los bonos estadounidenses.
Para el período de alzas se reportó una disminución del 23% de la Inversión Extranjera Directa (IED) como resultado de una reducción del 32% en el mercado de bonos. En los períodos subsecuentes, se marcó una tendencia, siendo las cuatro últimas alzas reportadas en el período 2018 las de mayor repercusión.
En lo que respecta a Latinoamérica, los mercados de capitales, como el de Argentina, también reportan fugas de capitales significativas a partir del 2015. Sin embargo, la región en general reporta mayores afectaciones en las exportaciones de sus materias primas que se tornan más costosas ya que estas generalmente se denominan en dólar estadounidense.
Si bien los recortes ejecutados 2019 y el mantenimiento de las tasas por debajo del 2% para el cierre del período 2019 significan una interrupción a la normalización de una política con referencia a economías saludables, estas suponen una oportunidad para las economías emergentes y en desarrollo, que se han visto afectadas frente a las nueve alzas ejecutadas. Las bajas tasas prometen un escenario de recuperación a los impactos negativos citados, que supuso la política monetaria contractiva entre los períodos 2015 a 2018.
Son diversos los acontecimientos que en materia, política, comercial y medioambiental, tienen un impacto en el desenvolvimiento de la economía mundial. Por lo que los ciclos económicos no son uniformes y las decisiones que se anuncien hoy día en materia de política monetaria puede que sean a corto o mediano plazo.
A partir de este hecho, se debe considerar que, a pesar de no vaticinarse ajustes en los próximos meses, las probabilidades de recorte de las tasas de interés son mayores que las probabilidades de alza. Por lo que, en la experiencia vivida con las prácticas no convencionales de política monetaria, la pobre mejora del panorama económico podría conllevar a niveles por debajo del 1.50%.
¿Estaremos camino a una experiencia post-crisis inmobiliaria?