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- 26/06/2024 00:00
- 25/06/2024 20:22
Ilusionada con repetir el rendimiento colectivo que mostró en 40 minutos del segundo tiempo del primer encuentro, ante los uruguayos, Panamá abre mañana frente a los Estados Unidos, en el Mercedes-Benz Stadium, Atlanta, la segunda fecha del grupo C de la Copa América.
El equipo estadounidense se presenta enfocado en cerrar su clasificación ganando lo más ampliamente posible al conjunto canalero pretendiendo que la mayor diferencia en goles a favor, ante un posible empate en puntos con Uruguay, le sirva para definir el líder final del grupo.
Es un duelo entre dos selecciones que se enfrentan año tras año en las diferentes competiciones de la Concacaf, la confederación a la que pertenecen ambos, y en los cuales “casi siempre” ganan los gringos. Los norteamericanos llegan impulsados por su clara victoria 2-0 ante Bolivia en un encuentro que dominaron con comodidad y en el que no sufrieron sobresaltos en su portería.
A diferencia de la Eurocopa que se disputa en Alemania, la Copa América, en el recorrido que lleva hasta el momento, no ha arrojado resultados que rompan “extraordinariamente” las predicciones. Hay que esperar hasta el martes 2 de julio, el cierre de la fase de grupos, para hacer una evaluación final en este sentido. No se reflejan aun progresos claros en las selecciones secundarias, para considerar que se vaya a alterar la hegemonía de los países que tradicionalmente se han impuesto, tanto en la Conmebol como en la Concacaf.
El resultado que arroje mañana el encuentro definirá si los panameños pueden mantener sus maletas cerradas, a la espera de los resultados en la última fecha del grupo, o si deben, de regreso al hotel, comenzar a empacar para la vuelta; cumpliendo contra Bolivia un compromiso que sería de simple trámite.
La primera pregunta anticipada que surge es si Thomas Christiansen repetirá de entrada el esquema táctico de 5-4-1, con el que buscó contener el chaparrón ofensivo que ofreció Uruguay en el primer tiempo y en los minutos de cierre del partido.
Solemos centrarnos en Christiansen por ser el timonel visible de la escuadra panameña, y nos fijamos menos en la figura de Francisco Sánchez Jara, el entrenador español asistente y mano derecha de Christiansen. Jara le habla al oído y es quien más influye, con su mirada analítica y reposada de los jugadores y del equipo en general. Su aporte ha sido clave en todo el proceso de Christiansen con la selección. Es un zorro con mirada de halcón.
Desde esta perspectiva, el consenso entre Cristiansen y Jara será determinante: a saber si regresan a una línea de cuatro defensores o mantienen un esquema con cinco; al igual que si deciden abrir cambiando nombres, dando paso a algunos de los jugadores a los que concedieron entrada en los últimos minutos: Jovani Welch, Eduardo Guerrero, Freddy Góndola, Abdiel Ayarza y Kahiser Lennis.
En el arco pareciera indiscutible que salga Mosquera en detrimento de Luis Mejía, de quien llegó a suponerse que se había ganado la titularidad. La actuación de Mosquera, independientemente de los goles encajados, estuvo a la altura; le permitió mostrar sus cualidades, en parte porque tuvo un asedio constante a su valla que le exigió, desnudando la fragilidad defensiva de Panamá.
En la defensa, Edgardo Fariña presentó virtudes para tenerlo en cuenta, pero fue manifiesto que la falta de experiencia en estas lides no le permitió percatarse del engaño de Darwin Núñez para sacarlo del foco de la jugada, posibilitándole a Maximiliano Araujo tener un amplio espacio para anotar de distancia el primer gol de Uruguay, uno de los mejores en lo que va del campeonato. Tal vez allí en defensa podría haber un movimiento, aunque si continúa Fariña sería un válido voto de confianza para un defensa prometedor. Amir Murillo es en esta zona el gran referente, con aportes en la defensa y el ataque.
En el medio campo se tiene creación y técnica con Carrasquilla, Bárcenas y Martínez, aunque se notó la falta del aporte del ausente Aníbal Godoy en la contención del rival; allí se amerita una variante para reforzarse y encontrar equilibrio. Más ahora con la lesión de José Luis Rodríguez. Posiblemente una variante surja del análisis que haga del cuerpo técnico, sopesando los parámetros que les arrojen las estadísticas y la data de rendimiento computarizada de los jugadores.
Adelante se comprende la inconformidad de una parte de la afición con la presencia continua de José Fajardo, a quien se le acumulan reproches por las ocasiones no concretadas, PERO (escrito con mayúsculas) si el cuerpo técnico mantiene su apuesta, no se concibe que sea porque se quiere hacer el harakiri, sino porque ve cualidades que solo encuentra en él en determinados momentos.
Hay que reconocer que Fajardo como delantero tiene una relevante lectura del juego, sus desplazamientos, la ruptura que provoca en la defensa rival, la velocidad y la llegada oportuna a las jugadas, no deberían desconocerse; lamentablemente chocan con la poca eficacia para sacar provecho de ocasiones inmejorables. Christiansen quiso dar un carpetazo sobre la mesa incluyendo en los últimos minutos a Guerrero y Lennis, como variantes frescas y nuevas en el ataque. Los dos jugadores, en los pocos minutos que estuvieron incidieron poco; se debe apreciar la intención como una opción en la ruta por dar con una solución no fácil de alcanzar.
Contra los Estados Unidos, un rival al que no hay que descubrirle caras nuevas ni variantes tácticas impensadas, se enfrentan a la solidez de un trabajo continuo que ha sabido desarrollar su entrenador Berhalter, juntando un grupo joven que habitualmente se planta en el campo con un 4-3-3 flexible. Los llevó hasta los octavos en Qatar 2022 y han ganado consecutivamente las tres versiones de la Liga de Naciones de la Concacaf.
Tienen en Christian Pulisec como su cerebro y eje central en el campo de juego. Está en un momento muy particular de su carrera: es a los 25 años el jugador con más partidos internacionales del equipo y el máximo goleador con 30 goles. Anotó 12 goles y dio ocho asistencias en la última campaña con AC Milan. Son sobre todo colectivamente un equipo, cuentan con destacadas figuras en Reyna, Musah, McKennie, Weah, Adams, Tillman, Cardoso, Robinson.
Estados Unidos buscará desde el inicio irse adelante en el marcador, adueñándose de la posesión de la pelota y los desplazamientos rápidos; los panameños deberán reñirle si no quieren sufrir. Bolivia les resistió hasta los 3 minutos cuando Pulisec marcó el primero de los goles para el triunfo 2-0; Panamá le resistió a Uruguay hasta el minuto 16.
Quebrar la iniciativa estadounidense se presenta como tarea imprescindible, al igual que tener cuidado con las jugadas a balón parado y los movimientos engañosos. En estos es notable el aporte hecho por Gianni Vio, el entrenador italiano experto en jugadas a balón detenido o pelota muerta, quien se incorporó desde octubre pasado.
Una muestra de su aporte quedó registrado en la jugada del gol de Pulisec ante Bolivia; lo celebró con sus compañeros y luego buscó en la tribuna a Gianni Vio a quien se dirigió dirigiendo su dedo en muestra de agradecimiento. Estados Unidos será mañana el oponente difícil y complicado de siempre, aunque como lo expresó Christiansen después del partido ante los uruguayos, Panamá deberá “tener respeto, pero no miedo. Cuando demostramos miedo, cometimos errores”.