Nadar sin brazos, golear sin visión, los héroes del Codicader 2024

Actualizado
  • 08/12/2024 00:00
Creado
  • 07/12/2024 16:53
La competencia entre estudiantes centroamericanos con discapacidad sacó a relucir lo mejor de cada país, exaltando la valentía, el esfuerzo y el espíritu competitivo de los atletas que participaron en atletismo, natación y goalball

¿Qué tan valiente debe ser una persona para lanzarse a una piscina sin tener brazos? Mientras pensaba esas tonterías, Juan González, un joven de El Salvador, grababa mi número de teléfono usando solo sus pies.

Piel trigueña, complexión delgada, mirada inquisitiva y largas piernas. Juan no tiene brazos, pero no solo sabe lo que es nadar, acaba de competir en la piscina Olímpica Eileen Coparropa durante los XI Juegos Deportivos Centroamericano del Consejo del Istmo Centroamericano de Deporte y Recreación (Codicader) para personas con discapacidad.

“Ahí se aprende, se aprende a patalear, la postura la tirada”, explica con la paciencia que un humano le tendría a un extraterrestre que quisiera saber cómo funciona respirar. “A los que tengan dudas, que se relajen, se puede lograr”, añade Juan, quien aprendió natación a los 5 años.

No hay mucho público en las gradas para atestiguar su hazaña. Las competencias estudiantiles suelen ser eventos seguidos por familiares y unos pocos entusiastas locales. Sin embargo, el Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes) hizo su parte para darle realce. En la inauguración desfilaron las delegaciones de Panamá, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Belice y Costa Rica; hubo sala de prensa para periodistas; un pebetero ardiendo en el gimnasio; fotógrafos dedicados y comunicados de prensa.

Se utilizó el estadio Rommel Fernández para las competencias de atletismo, la piscina Olímpica Eileen Coparropa para natación y la Arena Roberto “Mano de Piedra” Durán para el “goalball”, una variante del fútbol para personas ciegas o con visión reducida.

Sofía Gabriela Trujillo tiene espina bífida, una condición congénita que le dificulta usar la parte inferior de su cuerpo. Tiene 16 años y usa una silla de ruedas para desplazarse. Ella vino a Panamá a representar a su país, Guatemala. Y lo hizo obteniendo medallas en natación para los 50 y 100 metros libres de oro y plata.

Se colocó orgullosa en lo más alto del podio y derramó lágrimas mientras ondeaba su bandera a sus espaldas y escuchaba el himno nacional.

“Quiero dar gracias a mis papás por el apoyo que me han dado. Por todo lo que hacen, por lo que tienen que hacer para poder cumplir mi sueño”, compartió emocionada.

Mientras tanto, en la Arena Roberto Durán se disputaba un duelo de otra naturaleza. El equipo panameño de goalball se enfrentaba a la selección de Honduras por un puesto en el medallero.

El goalball se juega 3 vs 3. Es un deporte para personas ciegas o con poca visibilidad. Se colocan gafas para estar en completa oscuridad (de esta forma todos compiten en las mismas condiciones) y se paran frente a porterías anchas que cubren el espacio de una cancha de voleibol.

Es como un duelo entre arqueros, que lanzan un pesado balón con cascabeles hacia las porterías contrarias. Los jugadores utilizan el sonido y marcas en el suelo para ubicarse. El balón es colocado a un lado por el árbitro, luego tomado por los jugadores que lo encuentran por el sonido y lanzado hacia la portería contraria. El equipo defensor tiene 10 segundos para lanzarlo de vuelta o son penalizados con un lanzamiento 1 vs 3 en el que el infractor debe defender la portería solo.

Hay estrategia y posicionamiento. Uno de los jugadores del equipo de Panamá toma el balón a un costado, corre siguiendo el travesaño, y lo lanza desde la esquina opuesta para confundir al rival. Luego regresa rápidamente a su posición, evitando tropezarse con sus compañeros.

Entre más alto es el nivel de los jugadores, mayor la potencia de los lanzamientos. Como en un partido de fútbol tradicional, no faltaron las discusiones de los técnicos con el árbitro, los gritos de la afición apoyando a su sele, las celebraciones tras un gol con golpes al piso y vítores de alegría.

En las gradas, muchos asistentes desconocen los detalles de las reglas. Pero todos saben lo que es un gol y cómo celebrarlo.

Es una mezcla de bullicio y silencio, pues durante las jugadas no se puede hablar para que los competidores puedan escuchar el balón moverse. Después de cada jugada se vuelve a despertar el público.

En Panamá, se enseña desde los 9 años. Los jóvenes conocen del deporte a través del Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE) y luego empiezan a entrenar. Panamá es tricampeón en los juegos Codicader y buscaba este año su cuarto título consecutivo.

“Espero obtener el cuarto campeonato”, manifestó Arcelino Salas, del equipo nacional. “Me gusta que es un deporte hecho para nosotros, nos ayuda en lo físico y emocional. Uno libera cargas, libera presión”.

Carlos Monroy es miembro del Comité Paralímpico Panameño. Ha representado al país en tres Juegos Paralímpicos en powerlifting, levantamiento de peso. Obtuvo el primer lugar en Estados Unidos durante el 2022 y el segundo lugar en Colombia en 2023. Carlos tiene meningocele, un defecto congénito en la columna, pie equino varo e hidrocefalia.

“Nos tienen un poco apartados. Se necesita más apoyo a las personas con discapacidad”, afirmó Carlos. Al finalizar el evento, salió en su silla de ruedas junto con el resto de los miembros del Comité Paralpímpico. Al salir de la Ciudad Deportiva, un compañero cargó su silla, no hay rampa para llegar a la acera de la Vía España.

Arcelino Salas
Miembro del equipo juvenil de goalball
Me gusta que es un deporte hecho para nosotros. Nos ayuda en lo físico y emocional. Uno libera cargas, libera presión. Nuestro objetivo es obtener el cuarto campeonato para Panamá”

Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber

En la plaza toca:

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