- 15/06/2010 02:00
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P ara asistir hoy en día a ver un partido de fútbol, el color, la vistosidad, la alegría son tan importantes como los gritos, las arengas y el fervor por el equipo preferido.
La Copa del Mundo de Sudáfrica tiene la sublime virtud de haber podido fusionar una serie de características que identifican, no solo a los 32 países representados, sino a los más de 200 que componen la FIFA.
No es raro entonces ver a fervientes sudafricanos con la imagen del líder Mandela como estandarte de nacionalidad, o a la señora que saca su rosario para pedirle a la Virgen por la victoria de su equipo.
Es el momento y lugar para apreciar la belleza de las mujeres de todo el mundo, de haber conocido atronadoras las vuvuzelas.
¡Qué el Mundial dure mil años seguidos!. Sería ideal, pero esperar cuatro años hace apreciar más la fiesta.