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Mbappé se despide del Parque de los Príncipes con cariño de la grada e ignorado por el PSG
- 12/05/2024 16:19
- 12/05/2024 16:19
Kylian Mbappé se despidió este domingo del Parque de los Príncipes, que ha sido su casa deportiva en los últimos siete años, con el cariño de los aficionados y sin un homenaje del club, tras las diferencias que ha tenido con el presidente Nasser al Khelaifi.
Los ruidosos aficionados radicales del fondo Auteuil desplegaron un enorme tifo con Mbappé de medio cuerpo rodeado de unos laureles y encendieron bengalas rojas, y el jugador fue a saludarles y agradecerles el gesto.
Pero el club no organizó nada de forma oficial. Muy lejos en las formas queda el festejo que organizó el PSG hace dos años cuando, en vísperas de acabar su anterior contrato y cuando muchos creían que iba a dejar París para ir al Real Madrid, se anunció por sorpresa una renovación por dos temporadas y una opcional.
Fuegos artificiales, abrazos con el presidente Nasser al Khelaifi, camiseta especial con la leyenda ‘Mbappé 2025’ y una grada en éxtasis contrastaron con el hermetismo mostrado este domingo por el club.
De cara a esta despedida, el jugador ya había hecho un par de guiños a los seguidores parisinos en el vídeo en el que el pasado viernes anunció su marcha al vencimiento de su contrato el 30 de junio.
“Sé que no soy el jugador más expresivo, que no he estado al nivel del cariño que me habéis mostrado durante estos siete años”, dijo, consciente de que a veces se le acusa de ser frío. “Pero nunca he querido engañaros, siempre he tratado de ofrecer resultados”, aseguró.
Y luego se fue a compartir una barbacoa en las afueras del estadio con un millar de seguidores del grupo Colectivo Ultras París, un evento al que acudió con sus padres y su hermano Ethan, también futbolista del PSG.
La mención a su expresividad se debía a que algunos aficionados han reprochado a Mbappé un carácter frío, menos carismático con la grada que otros futbolistas volcánicos, de menor calidad pero más queridos por la hinchada, como el brasileño Raí o el portugués Pauleta.
La idiosincrasia especial del PSG, con una propiedad catarí que lleva trece años al frente y no conoce el sentimentalismo en el fútbol, hace que las despedidas de las grandes estrellas hayan sido muy desiguales en los últimos años.
Si Marco Verratti (2023) o Zlatan Ibrahimovic (2016) fueron despedidos con toda la grandeza posible, Messi o Neymar (2023) no tuvieron homenaje oficial e incluso el argentino recibió los silbidos de los aficionados parisinos, que le achacaban poca implicación.
Mbappé llegó a París hace siete años procedente del Mónaco a cambio de 180 millones de euros, en el segundo fichaje más elevado de la historia del fútbol, solo superado por los 222 millones que el club parisino pagó ese mismo año al Barcelona por el brasileño Neymar.
A pesar de llegar con solo 18 años, el joven se convirtió rápidamente en el favorito de los aficionados (es de Bondy, una ciudad modesta de la periferia parisina) por su profesionalidad y rendimiento.
En marzo del año pasado se consagró como el máximo goleador de la historia del PSG, superando a leyendas del club como Edinson Cavani o Zlatan Ibrahimovic. A día de hoy y a falta de tres encuentros, acumula 255 dianas y 108 asistencias con el equipo.
En los siete años que han estado unidos, el PSG y Mbappé han logrado juntos catorce títulos, entre ellos seis ligas y tres Copas de Francia (y podría lograr la cuarta en la final del día 25).
Sin embargo, para el club, los aficionados e incluso para el propio Mbappé, falta la Liga de Campeones, en la que solo llegaron a una final, la de 2020 perdida ante el Bayern de Múnich, mientras que en el resto de temporadas el PSG colecciona una amarga lista de fracasos continentales.