La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
- 15/07/2021 00:00
- 15/07/2021 00:00
No resultó nada fácil. Pero la renovación de Messi está completamente encaminada. Ya el jugador había definido su voluntad de quedarse en el club, y por su parte la dirigencia barcelonista venía realizando enormes esfuerzos por retenerlo. El mayor obstáculo en la renovación era ajeno a las voluntades del jugador y el club; tenía que ver con la crítica situación económica del Barcelona. Para poder renovar a Messi, el Barça necesita una limpieza profunda de su estado financiero.
La primera circunstancia que debemos considerar es el sistema de Fair Play financiero puesto en práctica por la liga española. Esto implica un nuevo límite presupuestario, debido a las cuantiosas pérdidas generadas por la pandemia. Otro de los asuntos financieros arrastrados por el Barça es la herencia de la administración anterior, caracterizada por pagar sueldos desmesurados y sofocantes, ignorando por completo el concepto sostenibilidad. Por ello, para poder seguir teniendo a Messi y sumar además a sus nuevas incorporaciones (Eric García, Sergio Agüero, Memphis Depay, Emerson) debería alivianar su masa salarial en unos 200 millones de euros.
El presidente Joan Laporta se está rodeando de mentes brillantes del mundo financiero, y las va a necesitar. Va a necesitar pulso firme y sangre fría para enfrentar una situación crítica, con escasos precedentes en la rica historia del club.
Desde el 1 de julio Messi quedó libre del contrato que lo vinculaba al F.C. Barcelona. Algunos rumores ubicaban a Messi en las filas del PSG, uno de los poquísimos clubes en el mundo capaces de hacerse cargo de los estratosféricas ingresos de Messi. El club parisino ha sido el más activo en el mercado durante las últimas semanas, incorporando a jugadores como Gianluigi Donnarumma (Milán), Sergio Ramos (Real Madrid), Georginio Wijnaldum (Liverpool), y Achraf Hakimi (Inter). Sin embargo, en los últimos días la intensidad parisina fue diluyéndose, principalmente por la voluntad de Messi de quedarse en Barcelona, pese a la crisis económica que agobia al club catalán.
Para comenzar a balancear los presupuestos, las primeras medidas tomadas por Laporta y su junta directiva tuvieron como meta soltar el denso lastre salarial que los frenaba o amenazaba con hundirlos. A niveles prácticos, eso se tradujo en la salida de ocho jugadores a lo largo de estas últimas semanas. Pero aun con esas acciones, los objetivos finales todavía se ven algo lejanos.
Para ajustarse a esta nueva y temible situación financiera, el Barça necesita una severa reducción de su masa salarial y un recorte de la plantilla. Para comenzar, el club se liberó de Konrad De la Fuente (Olympique de Marsella), Junior Firpo (Leeds United), Francisco Trincao (Wolverhampton), Jean – Clair Todibo (Niza), Carles Aleñá (Getafe), Sergio Akieme (Almería), Juan Miranda (Betis) y Matheus Fernandes (libre).
En estas transacciones el Barça ha recibido unos 35 millones de euros, que no resulta una cantidad deslumbrante; y sin embargo, suma.
Y lo más importante es que ha podido desprenderse de sueldos de jugadores que no estaban siendo utilizados, y muchas veces ni siquiera entraban en las consideraciones del entrenador. No se trata de un ahorro contundente, pero alivia las finanzas de un club tan aporreado económicamente como el Barcelona.
Ahora falta ver qué pasará con los casos de Miralem Pjanic y Samuel Umtiti, jugadores de elevado cartel, con escasa participación y rendimiento dudoso en tiempos recientes. A Umtiti se le ofreció la carta de libertad, pero la rechazó. Sus razones son muy simples: nadie está dispuesto a pagarle el astronómico sueldo que gana en el Barcelona. El caso de Pjanic es ligeramente distinto, pues hay algunos clubes que requieren sus servicios, aunque con una considerable disminución salarial. Si los blaugrana lograsen ubicarlos en el mercado, sin duda conseguirían un desahogo cuantioso.
Estos casos son diferentes. Principalmente porque los cuatro mencionados tienen pretendientes. En el caso de Griezman, no es que los dirigentes del Barça quieran deshacerse del francés, pero estarían dispuestos a escuchar alguna oferta apetitosa. En algún momento se sugirió que podría darse un canje con el Atlético de Madrid. Los “colchoneros” retomarían a Griezman y a cambio le darían a Saúl al Barça, para así reforzar el mediocampo. Lo más posible es que este trueque no resulte, en primer lugar por el valor que Koeman da a Griezman y en segundo lugar, dudo que el Barça quiera darle más armas al Atlético. Dembelé y Coutinho padecen lesiones que imposibilitan por ahora cualquier venta o traspaso, por lo que el club se ve obligado a una paciencia expectante. Martin Braithwaite, por su lado, no sería difícil de ubicar, ya que su participación con la selección de Dinamarca en la Eurocopa, lo hizo muy visible.
En cuanto a Lenglet, acaba de surgir una oferta del Everton inglés, que el Barça vería con muy buenos ojos sobre todo después de la errática temporada del zurdo defensa central francés.
Calculadora en mano, el Barça enfrenta un reto exigente y peliagudo. Todavía necesita aclarar sus cuentas y proponer un equipo competitivo y ganador. Por supuesto, esto se facilita infinitamente si tiene en sus filas a Messi. La permanencia del ídolo blaugrana es lo más positivo para Messi, para el Barça y para el fútbol.