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- 13/09/2023 00:00
- 13/09/2023 00:00
Alemania ha venido mermando en los últimos años su capacidad para responder con resultados elogiosos, a la altura que le corresponde en el ámbito del fútbol internacional, particularmente con sus selecciones mayores en la Copa del Mundo, la Eurocopa y la Nations League. Se pueden hacer todas las conjeturas que se quiera, diseccionándolas de arriba abajo entre falencias y virtudes, pero el presente les pinta de gris inobjetable.
Su liga profesional es de las mejor organizadas, esgrimen control financiero, tienen solidez económica, infraestructuras, son metódicos en la planificación, no les faltan recursos ni jugadores de renombre ni jugadores que se proyecten con un presente promisorio, y se podrían agregar más renglones; lo cierto es que no dan con la tecla que lleve a su selección de nuevo al primer plano.
Mientras tanto, el baloncesto les ha brindado la mayor alegría coronando a Alemania como campeón del mundo 2023, el pasado domingo en Manila, Filipinas, al imponerse a Serbia en la final 83-77, en su mayor proeza deportiva en este deporte.
Cuatro veces campeones del mundo, tenían un equipo de jugadores estelares que prometían ser unos duros competidores en Rusia 2018; se les veía como candidatos a repetir título o despedirse en la fase final. Se fueron eliminados en la fase de grupos.
Un manto de interrogantes cayó en Rusia sobre aquel equipo brillante de Brasil 2014 que en 2016, aunque no conquistó la Eurocopa, había tenido un buen paso al llegar hasta las semifinales. Además, ganaron un año antes la Copa Confederaciones 2017, el torneo antesala que había creado la FIFA como preparación para los mundiales.
Para quitarle fuego al fracaso, a su entrenador Joachim Löw le reafirmaron la confianza para continuar construyendo, dando paso a una reestructuración. Su crédito seguía abierto.
Quedaba por delante la Nations League UEFA 2018-219, la Eurocopa 2020 y la Copa Mundo Qatar 2022. En la primera versión de la Nations League 2018-2019 se comenzaron a percibir mayores altibajos; la derrota ante España por 0-8 caló hondo agregando desencanto.
La Eurocopa 2020 fue anunciada como una despedida consensuada con el entrenador para cerrar su largo periodo (2006-2021). En esta Eurocopa, los alemanes tuvieron un paso irregular, clasificaron a los octavos de final después de perder el primer partido, apoyándose luego en una victoria y un empate. En octavos de final cayeron 2-0 frente a Inglaterra, la anfitriona del torneo.
Hansi Flick fue entrenador asistente de Joachim Löw hasta septiembre 2014, contribuyendo a la obtención de la Copa Mundo en Brasil; pasaría a ser director deportivo de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), hasta su renuncia en agosto de 2019. En noviembre de ese año asumiría la dirección del respetado y poderoso Bayern de Múnich.
Con el club bávaro alcanzaría el cenit de su carrera al obtener, en 2020 la Bundesliga, la Copa Alemania, la Champions League, la Supercopa de Alemania, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. El sextete de títulos inolvidable y su experiencia anterior en la selección impulsaron que lo tentaran para la selección germana.
Renunciaría al Bayern de Múnich para asumir la dirección de la Selección, debutando el 2 de septiembre de 2021. Le esperaba la Copa Mundo Qatar 2022. Se daría contra la pared: perdió el primer partido contra Japón 1-2, empataría con España 1-1 y le ganaría a Costa Rica 4-2, pero sería eliminado al quedar de tercero en el grupo E. Con Flick se repetía el fracaso de 2018, nuevamente eliminados en fase de grupos.
Un reciente documental sobre la convivencia germana en Catar reveló los desencuentros internos, con disputas personales que afectaron la cohesión y a las que Flick posiblemente no encontró solución para recomponer el grupo, pues los resultados no se compaginan con la calidad general del equipo.
Hansi Flick estuvo prácticamente dos años. 25 partidos con la Mannschaft en los que ganó 12, empató 7 y perdió 6. Lo sentenciaron los últimos partidos amistosos en los que empató 3-3 contra Ucrania, perdió 0-2 ante Colombia y principalmente el de Japón, del pasado sábado, donde lo arrollaron en casa con un doloroso 1-4. El fantasma nipón le perseguirá a Flick en vida, le echaron del mundial y de su selección.
Independientemente del resultado de ayer en el amistoso con Francia (2-1) con Rudi Völler como entrenador emergente e interino, la selección de Alemania transita por un periodo delicado de angustia futbolística, a nueve meses de la Eurocopa Alemania 2024. Inventores de la aspirina, posiblemente encuentren también la fórmula (entrenador) para quitarse este dolor de cabeza.