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- 27/09/2019 07:00
- 27/09/2019 07:00
Catorce equipos le dan a partir de hoy nueva vida al fútbol femenino panameño de primera división con el inicio del Torneo Apertura de la Liga de Fútbol Femenino (LFF). En un ambiente de optimismo, en el que se siente la incorporación de una buena y briosa cuota de 'sangre joven' en los clubes, competirán por primera vez Alianza FC, Atlético Chiriquí y San Martín FC, mientras el conjunto Leones de América ha pasado a denominarse Veraguas FC para incorporar la actividad en esa importante región del país.
Con condiciones internacionales favorables debido a la política de la FIFA de un decidido apoyo a la consolidación del fútbol femenino, obligando de paso a ligas y clubes profesionales a desarrollar su sección femenina; con el rotundo éxito en organización, calidad y audiencia del pasado Mundial Femenino Francia 2019; igualmente con varias jugadoras panameñas logrando emigrar contratadas en el fútbol exterior, demostrando el potencial que se tiene (del cual la Selección Femenina ha sido la vitrina principal), el torneo tiene varios desafíos a superar más allá del deportivo.
Algunos de estos son: el torneo no cuenta con un patrocinador oficial, a diferencia de los torneos masculinos; el campeón no recibirá ningún premio incentivo económico, solo la jugadora más valiosa; y, el certamen no tendrá una cobertura permanente de sus partidos en televisión en directo, salvo para el partido inaugural, final y esporádicamente uno de la competición regular (una ventana esencial para su arraigo definitivo dado el poder expansivo de este medio).
Así como existen esos inconvenientes innegables, también está presente el convencimiento de que serán situaciones pasajeras de un 'techo de cristal' que lograrán romper las féminas atrayendo con su accionar la incorporación de la empresa privada al certamen. Una posición que respalda Magdiel Medina, coordinadora de competencias nacionales de Fepafut y LFF: “De la mano con la FIFA Forward estamos buscando herramientas necesarias para involucrar empresas panameñas, que se motiven a apoyar el fútbol femenino”.
En relación a la gestión televisiva en la cual uno de los inconvenientes pudiera ser que la programación deportiva de los canales privados tradicionales está copada y apuntar por ello a la vinculación de la televisión pública estatal, opina: “Nosotros siempre estamos como se dice, abiertos a otros mercados, no tiene que ser el privado sino también puede ser la televisión estatal; eso lo está manejando el departamento comercial y ojalá se pueda cubrir la mayoría de partidos por jornada”.
La expectativa de los directivos sobre lo que podría mostrar deportivamente el torneo es alta, según se deduce del enfoque de Medina: “Viendo la salida de las jugadoras a nivel internacional y el desarrollo del fútbol en Panamá, estamos subiendo de nivel; para nosotros este torneo va a ir un poquito más allá de los anteriores. Hemos ido poco a poco, pero de menos a más. Se va a notar más la presencia de jugadoras jóvenes porque el mismo formato le exige a los clubes”.
Durante la conferencia de prensa para el lanzamiento del torneo en un ambiente distendido y con una nutrida presencia de los medios de comunicación, 28 jugadoras se hicieron presentes luciendo los uniformes de sus respectivos equipos. Reflejar el sentir de cada una de ellas ante la proximidad del campeonato, por tiempo y espacio, se hacía imposible. Cuatro jugadoras abordadas al azar expresaron lo que representa para ellas el fútbol y sus expectativas del campeonato.
Meylin Menacho Navarro, del Plaza Amador, a sus 22 años complementa su vida laboral con el fútbol: “Como toda jugadora aspiro a ser parte de la Selección de Panamá. Quiero ser campeona con el Plaza. Comencé jugando con hombres hasta los 15 años y luego lo hice en Anafufe, que era la liga de aquel entonces. El fútbol ya uno lo lleva adentro. Fue una motivación de mi papá que fue quien lo hizo, siempre tuve el apoyo de mi familia y mientras uno tenga el apoyo seguirá avanzando con el deporte que le gusta. No estoy estudiando por el momento, trabajo en el supermercado Xtra, ellos me dan la oportunidad de poder jugar”.
Meylin tiene la ilusión de que el fútbol le dará para vivir laboralmente: “Tengo la esperanza de poder vivir algún día del fútbol como lo viven algunas jugadoras, esperamos que siga avanzando nuestro fútbol, tengo fe”.
María Elisa Yanes es defensa central del Club Atlético Independiente (CAI) y se encontró el fútbol metido en su familia: “Mi hermano jugaba desde pequeño y él me trasmitió su pasión; jugaba con él y contra él, empezó como un juego y terminó siendo mi pasión y siendo algo que hago con amor. Ahora estoy buscando una beca en Estados Unidos, para jugar en la segunda o tercera división. He estado hablando con los entrenadores de las universidades para ver hacia dónde voy. Este torneo, en el que he participado anteriormente, me ha ayudado muchísimo para que los coach en Estados Unidos me hayan visto jugar. Estudio en el colegio Internacional School of Panama, estoy en mi último año”.
Por la alegría que manifiesta en su rostro al hablar sobre el torneo, su positivismo contagia: “Lo veo creciendo; viendo el fútbol a nivel escolar, mi paso por la academia y en el CAI, he visto un cambio muy grande y personalmente he crecido. En el CAI he aprendido mucho de mis compañeras y del entrenador, son muy profesionales”.
Kimberly de Beauville, del Alianza FC, irradia la juventud en sus plenos 15 años. Esta defensa central manifiesta que ninguna otra posición le atrae: “Desde pequeña he jugado de defensa central, me siento mejor allí, contrario a lo que me sucede en la posición de delantera u otra. Mis tíos me han impulsado, me dicen 'dale que tú puedes', he jugado desde los cinco años. Vivo en Panamá Viejo, en el área de Puente del Rey. Estoy estudiando en la escuela República de Haití”.
Tiene aspiraciones afincadas en este deporte: “Le pido a las chicas que se entreguen, que no se desanimen, que con Dios todo se puede. Quiero ser jugadora profesional, ganarme la vida jugando. Mis padres me han ayudado. Practico en los entrenos y a veces también en la casa si no me enredo en las tareas, pero juego todos los días”.
Daniela Ventura, del Tauro, tiene a sus 19 años su vida encaminada a convertirla en ingeniera civil, estudios que adelanta en la Universidad Santa María La Antigua (USMA), aunque esa aspiración es compartida con la de futbolista: “Desde pequeña me gustó el fútbol, casi desde los 6 o 7 años lo practico, en la escuela comencé. Lastimosamente jugaba con los niños, casi todas tuvimos que hacerlo así porque el fútbol femenino no se había desarrollado como ahora. Al principio era difícil adaptarse, decían que las niñas debían jugar otros juegos, crecí en ese ambiente y ahora sigo jugándolo”.
Su meta es dual, estudio y fútbol: “Me gustaría jugar en el extranjero y seguir con mi universidad. De la nueva temporada esperamos que sea un gran torneo. Mis papás siempre me han apoyado, van a todos los entrenamientos. No tienen que ver con el deporte, ninguno de los dos juega nada, pero desde pequeña cuando se enteraron que jugaba fútbol se esmeraron por apoyarme en el deporte”.
El debut hoy del Tauro en el Estadio Maracaná, en El Chorrillo, la mantiene ansiosa: “Es mi primera temporada con el Tauro, estoy emocionada con nuestro primer partido más porque es con el Atlético Nacional, un rival con el que perdimos en la temporada pasada, pero estamos bien preparadas, esperamos que sea un gran partido”.
En el torneo que se divide en dos grupos, A y B, jugarán todos contra todos en cada grupo, en cotejos de ida y vuelta. Clasificarán a los cuartos de final los cuatro primeros de cada uno de ellos, enfrentando luego, según el rendimiento en una tabla general, al primero con el octavo y sucesivamente. Luego los ganadores lo harán en la semifinal siguiendo la ubicación del primero contra el cuarto y el segundo contra el tercero, para definir el campeón el sábado 21 de diciembre. Será entonces en época de Navidad que sabremos si, de regalo al fútbol femenino panameño, los aficionados a este deporte obsequiaron cariño con una mayor preferencia a la de torneos anteriores y el 'techo de cristal' comience a mostrar sus grietas.