Colón es tierra de campeones

PANAMÁ. La provincia de Colón es el segundo punto de nuestra república en producción de campeones mundiales de boxeo, solo superada por la capital del país.

La historia del pugilismo en esta provincia es sorprendente.

Aquí nació Alfonso Teófilo Brown, quien embarcó de polizón hacia Nueva York a inicios de la década del veinte, para convertirse en el primer boxeador latinoamericano en conquistar un campeonato del mundo, en aquella noche gloriosa de junio de 1929, cuando derrotó por puntos a Vidal Gregorio en el Queensboro de Nueva York.

Esta tierra ha visto nacer a figuras deslumbrantes que consagraron su esfuerzo haciéndose campeones. A ídolos como Ismael Laguna, ‘El Tigre’, que reinó dos veces e inspiró a toda una generación de futuras estrellas. Hombre de estilo único, capturó la idolatría de una nación que se rindió a sus pies, desde antes de su triunfo ante el boricua Carlos Ortiz.

Tras el influjo de Laguna llegaría Ernesto Marcel que domó al León de Cumaná, Antonio Gómez, y se retiró sin perder su título; Jorge Luján, el rey del contragolpe, ‘El Mocho’ que hizo añicos a Alfonso Zamora, uno de los más grandes pegadores mexicanos que ha existido; y Luis Ibarra, ‘El Naja’ que ganó dos veces la faja mosca en la propia casa de los campeones.

Luego llegaría Rafaelito Pedroza, nacido en Salamanca, que se hace campeón en su tercer intento; Mauricio Martínez, ‘El Ñañara’, que se coronó en Europa en una de las jornadas más memorables de valor y determinación; y más recientemente Celestino ‘Pelenchín’ Caballero, el segundo panameño en reinar en una división avalado por dos organismos; y Guillermo Jones, el panameño de mayor tonelaje en ganar una corona que conquistó el título en su cuarta oportunidad.

Sorprende saber que han sido más los campeones colonenses que los retadores que fallaron en su intento. De dieciséis púgiles nacidos en Colón que han disputado títulos, nueve lo han logrado y solo siete fracasaron. Ese es el boxeo colonense.