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- 07/10/2019 00:00
- 07/10/2019 00:00
Gennady Golovkin esperaba conseguir una victoria contundente sobre Sergiy Derevyanchenko, para ganar la corona del peso mediano reconocida por la Federación Internacional de Boxeo (FIB) el sábado último en el Madison Square Garden de Nueva York.
Y todo apuntaba a que sería de esta forma, después que en el primer asalto, Golovkin derribara a Derevyanchenko, y luego en el segundo asalto, un cabezazo suyo abriera un tajo en el ojo derecho del ucraniano.
Estaba pintado el escenario para que “GGG” se llevara un triunfo que le abriera completamente la vía a un tercer pleito ante el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez; sin embargo, después del tercer asalto, la pelea cambió drásticamente de rumbo.
La herida sobre el ojo derecho le dio un impulso de catapulta a Derevyanchenko, quien comenzó paulatinamente a adueñarse de las acciones.
Ya en el cuarto tramo, el ucraniano dominaba con goles a los costados al kazajo, quien acusaba recibo con cada impacto.
Hacia el quinto asalto, Derevyanchenko estaba en control de la pelea, a tal punto que un derechazo al costado pareció afectar a Golovkin, quien en un momento, quizá de manera accidental, fue detenido por el árbitro Harvey Dock. Habría sido una caída para el kazajo, y de haber ocurrido, el combate habría tomado otro camino.
Pero no fue así, y en adelante, la pelea se convirtió en una batalla, una guerra de izquierdas y derechas entre ambos boxeadores; fuego cruzado sin treguas ni descansos, salvo los reglamentarios entre asaltos.
Derevyanchenko trabajó con insistencia la parte media del cuerpo de Golovkin, quien resintió cada golpe en esa zona; por su parte, “GGG” recurrió al prácticamente único recurso en su poder: la fortaleza física y mayor envergadura para tratar de contrarrestar a su contrario.
Los tres últimos asaltos fueron de drama y entrega, donde no hubo concesiones de parte alguna; así terminó un pleito que está en la lista de las consideraciones para la mejor pelea de este año.
No obstante, la decisión de los jueces Frank Lombardi, Kevin Morgan y Eric Marlinski fue unánime en favor de Golovkin, un resultado que no satisfizo a la tribuna del Garden, que abucheó ruidosamente el veredicto.
Gennady Golovkin fue sin dudas favorecido por los jueces. Derevyanchenko desnudó algunas cosas que se habían advertido en Golovkin tras su segunda pelea ante “Canelo” Álvarez.
El llamado “Destructor Kazajo” ya no es tan temible; al parecer, se encuentra en el inevitable inicio del camino descendente en su carrera, una que ha sido brillante, pero que se ubica en este momento donde la curva de la pendiente es descendente.
No se siente que Golovkin esté acabado. Aún mantiene su gran fortaleza física; sin embargo, Derevyanchenko le impuso un riguroso castigo a la parte media del cuerpo que fue notablemente efectiva, pues el kazajo mostró en más de una ocasión señas en su rostro de que los impactos le habían producido efecto.
El resultado del sábado último en Nueva York es un punto de inflexión en la carrera de ambos boxeadores.
Derevyanchenko eleva considerablemente sus bonos, a pesar de la derrota que vieron los jueces. Mostró la calidad de un púgil que se entrega sin temor a la refriega y que en un futuro será campeón del mundo.
Por su parte, Golovkin mostró un desconocido lado vulnerable, en el que se apreció cierta disminución de su estado físico, mientras que en el pugilístico, su otrora inexpugnable defensa dejó ver grietas de una dimensión considerable.
A los 37 años, el que fuera mejor boxeador del mundo libra por libra está bastante lejos de tal consideración.
El triunfo sobre Derevyanchenko, no obstante, le devuelve la corona de las 160 libras que reconoce la FIB, uno de los señalamientos que “Canelo” Álvarez le hizo ver cuando decidió pelear con Sergei Kovalev el 2 de noviembre por el título mundial semipesado, en lugar de gestar la trilogía con Golovkin.
“Él no tiene ningún campeonato, que se gane uno, y de repente, hablamos de pelear otra vez”, señaló Álvarez meses atrás.
Ahora Golovkin tiene ese cinturón, pero su desempeño ante Derevyanchenko deja dudas de que en un tercer pleito pueda ganarle al mexicano.
Debido a esto, parece haber perdido atractivo la tercera versión de “Canelo” vs. “GGG”, cobrando relevancia un enfrentamiento entre el azteca y Derevyanchenko, en el año 2020.
Todo depende del resultado de la pelea de Álvarez y Kovalev el 2 de noviembre en el MGM Grand Arena de Las Vegas, principalmente, porque el mexicano se juega una ficha de altísimo valor, subiendo dos categorías para desafiar a un rival que le supera en estatura, alcance y envergadura física.
Habrá que ver, además, cómo sale Álvarez de un pleito tan exigente, que aún saliendo airoso, puede pasarle algunas facturas que se verán más adelante en su carrera, tal como está sucediendo con Golovkin.
La incertidumbre ronda el escenario boxístico, alrededor de lo que suceda en unas cuantas semanas.