Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 06/12/2019 00:00
- 06/12/2019 00:00
En la historia del boxeo, las peleas de revancha son muy comunes; mas no siempre producen un éxtasis tan grande como la que este sábado protagonizarán Andy Ruiz Jr. y Anthony Joshua.
La disputa de tres cuartas partes del campeonato mundial pesado se producirá en un escenario atípico como Arabia Saudita, en una hora inusual para América Latina: 2:00 p.m.
Y sí, el pleito es posiblemente el más esperado de los últimos 20 años; la victoria de Ruiz Jr. por nocáut técnico sobre Joshua el 1 de junio de este año estremeció los cimientos del boxeo mundial; un hombre gordito, que llegó a la refriega como sustituto acabó con el británico, considerado hasta ese momento el mejor peso pesado del mundo.
La hazaña del joven de 30 años nativo de Imperial, California, descendiente de padres mexicanos, no es la primera en el largo historial de mayúsculas sorpresas en el boxeo; pero sí es una de las más grandes e inesperadas campanadas.
Es por esto que la revancha directa entre Ruiz Jr. y Joshua se convierte en uno de los eventos más esperados, con una huella indeleble en los anales del boxeo.
El 19 de junio de 1936, el alemán ex campeón mundial de peso pesado, Max Schmeling, se enfrentó al estadounidense Joe Louis en el viejo Yankee Stadium de Nueva York, en una pelea que se suponía un trampolín de trámite para el llamado “Bombardero Café”, quien era amplio favorito en proporción de 10-1 para ganar esta pelea.
Sin embargo, Schmeling logró conectar a Louis un fuerte derechazo en el cuarto asalto, enviando al entonces invicto estadounidense a la lona; el alemán mantuvo su ataque ante el desconcierto de Louis, quien fue nuevamente derribado en el duodécimo asalto, donde el árbitro Arthur Donovan le aplicó la cuenta completa.
La enorme sorpresa llegó en un momento de furor político para la Alemania de Hitler, colocando una mancha sobre el expediente boxístico de Louis.
No hubo revancha directa, cada quien siguió su camino. Fue dos años después, el 22 de junio de 1938, cuando Louis, como campeón mundial de peso pesado, hizo la cuarta defensa de la corona ante Schmeling.
El estadounidense fue implacable, demoledor. Noqueó al teutón a los dos minutos y cuatro segundos del primer asalto. Lo tiró tres veces a la lona. Arthur Donovan volvió a atestiguar el pleito como tercer hombre en el ring.
El 26 de junio de 1959, Floyd Patterson defendía en el viejo Yankee Stadium la corona mundial de peso pesado ante el sueco Ingemar Johansson, primer retador al título.
Patterson era amplio favorito para ganar, pero Johansson lo derribó siete veces en el tercer asalto, para llevarse a Suecia el cetro del mundo de la máxima división.
Aquí sí hubo desquite directo. El 20 de junio de 1960, Johansson volvió a Nueva York, esta vez al Polo Grounds, para la revancha ante Patterson; en esta ocasión, el estadounidense noqueó al sueco en el quinto asalto, tras darle una gran paliza.
Un tercer y decisivo combate se gestó el 13 de marzo de 1961 en Miami. Patterson prevaleció nuevamente sobre Johansson al que noqueó en seis asaltos.
El 8 de marzo de 1971, Joe Frazier hizo la segunda defensa del título mundial pesado ante Muhammad Alí. Ambos estaban invictos, había aversión mutua y la promesa de una batalla sin cuartel estaba en el ambiente. Y así fue. Frazier ganó esa pelea por decisión unánime, derribando a Alí con una poderosa derecha.
Frazier y Alí pelearon dos veces más, con victorias para “El Bocón de Louisville”.
Ya en el ocaso de su carrera, Muhammad Alí fue sorprendido por el joven de solo siete peleas profesionales Leon Spinks, el 15 de febrero de 1978 en Las Vegas, ganándole por decisión el título mundial, el 15 de septiembre del mismo año, lo recuperó en la revancha directa.
Hasim Raham produjo otro inesperado resultado en un pleito por el título mundial de peso pesado; el 22 de abril de 2001, noqueó en cinco asaltos al británico Lennox Lewis en Sudáfrica; pero el europeo recuperó la diadema el 17 de noviembre de ese mismo año, propinándole un brutal nocaut al estadounidense.
Andy Ruiz Jr dejó en shock al mundo del boxeo con su triunfo de junio pasado sobre Anthony Joshua.
Desde esa victoria, estaba pactado el desquite directo. Y desde ese momento, ambos boxeadores iniciaron un trabajo para el nuevo enfrentamiento.
Tras la inesperada conquista, Ruiz Jr goza de una fama mundial tan merecida como inesperada. El “gordito” ha recorrido mucho más de lo que habría pensado antes de noquear a Joshua, una situación que al parecer no ha impactado de manera notable en su plan de entrenamiento.
Por su parte, Joshua dejó de ser la gran figura de los pesos pesados, al comprometer con esa derrota su conquista del multimillonario mercado del boxeo en Estados Unidos.
Y mientras Ruiz Jr. ha surgido como el “auténtico Rocky”, señalado así por el actor Sylvester Stallone, ejemplo de que los sueños pueden hacerse realidad, Joshua tendrá que haber aprendido a no menospreciar rivales.
Sí consiguió asimilar psicológicamente lo que le pasó en junio, Anthony Joshua debe ganar por nocáut. Reitero, solo si ha sido capaz de aprender del revés ante Ruiz Jr. Definitivamente, un nuevo triunfo del boxeador californiano abre para el próximo año un enorme abanico de opciones en la máxima categoría, en la que habrá que ver qué sucede en febrero en el también esperado desquite entre Deontay Wilder y Tyson Fury.