Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
“Canelo” y su desafío a la lógica del boxeo
- 01/11/2019 10:37
- 01/11/2019 10:37
El pleito de este sábado entre el mexicano Saúl "Canelo" Álvarez y el ruso Sergey Kovalev por el campeonato mundial de las 175 libras, que reconoce la Organización Mundial de Boxeo (OMB) es la reedición de una de las peleas en la que un campeón de menor peso reta al un campeón de mayor tonelaje.
El MGM Grand Arena de Las Vegas, Estados Unidos, será el escenario donde una vez más en la historia del deporte de los puños, se enfrentan boxeadores separados por una amplia diferencia de peso, estatura y contextura física; en esta ocasión, sin embargo, la batalla presenta un matiz bastante diferente al de otras contiendas con estas características.
Álvarez, de 29 años, es el actual campeón mediano (160 libras). Subirá por lo menos 15 libras para pelear con Kovalev, campeón semi pesado, quien a sus 36 años finalmente consigue una mega pelea, de gran exposición mediática y una recompensa económica considerable.
Sin embargo, no es un combate en el que sencillamente Álvarez es favorito para ganarle a Kovalev; es un pleito en el que está en juego mucho más que la corona de las 175 libras. Está en disputa la salud de un púgil que toma un complicado evento, quizá por primera vez en mucho tiempo.
Siempre se ha criticado la forma como el mexicano ha sido llevado en su carrera, y más con el mega contrato con la empresa DAZN, en el que cumplirá la tercera de once peleas bajo el acuerdo, en los próximos cuatro años, con un monto de $350 millones, de que recibirá $33.1 millones por este pleito, más otros 3 millones de dólares por imagen promocional. Gane o pierda, serán 36.1 millones de dólares en sus alforjas. Kovalev, por su parte, ganará unos cuatro millones de dólares, su mayor retribución económica por una pelea.
"El peso pequeño bueno pierde contra el peso más grande bueno". Este señalamiento es uno de los aforismos máximos del boxeo.
Un breve repaso por la historia, incluso la más reciente, deja ver la certeza de este principio que tiene su asidero firme en el resultado de este tipo de peleas.
El 25 de junio de 1952, Sugar Ray Robinson, campeón mundial de peso mediano, retó a Joey Maxim por el campeonato mundial semipesado; Robinson peso 169 libras para este combate, por 175 de Maxim. En un día de 103 grados de temperatura, Robinson debió abandonar la pelea extenuado en el décimo cuarto asalto, pese a tener amplia ventaja en las tarjetas.
El estadounidense Bob Foster era el campeón mundial semi pesado a principios de 1970, cuando retó a Joe Frazier el 18 de noviembre de 1970 por la corona del peso pesado. Frazier lo noqueó en dos asaltos. Foster pesó 188 libras, por 209 de Frazier.
El 21 de noviembre de 1972, Foster hizo otro intento por ganar la corona de peso pesado, esta vez, ante Muhammad Alí. "El más grande", quien subió al ring pesando 222 libras noqueó en ocho asaltos a Foster, que dio 180 libras en la báscula.
En los eventos más recientes de este tipo, el ucraniano Vasyl Lomachenko, campeón mundial de las 130 libras, venció por nocaut técnico en seis asaltos al cubano Guillermo Rigondeaux, quien era el titular de las 122 libras. Lomachenko mostró no solo su gran calidad boxística, sino que también hizo pesar la diferencia física con el caribeño.
Aunque al momento de ir a la báscula, ambos pesaron 129 libras, era evidente la mayor envergadura del campeón europeo.
El 16 de marzo de este año, Mickey García, campeón mundial ligero, subió de las 135 a las 147 libras para pelear con el título welter de Errol Spence Jr sobre la báscula. El invicto campeón le dio una paliza a García.
Desde que fuera noqueado en 2017 por Andre Ward en pelea de revancha, Sergey Kovalev solo ha perdido una vez, cuando el colombiano Eleider Álvarez lo noqueó el 4 de agosto del año pasado, una derrota que vengaría el 2 de febrero de este año, con una victoria por decisión unánime.
Kovalev ha ganado cuatro de sus últimas cinco peleas, tres de ellas por nocáut, la última de estas victorias, el pasado 24 de agosto, fue una sensacional ante el entonces invicto Anthony Yarde, quien estuvo a punto de noquearlo en el octavo asalto; pero que al no poder concluir la obra, fue presa de la experiencia y un segundo aire del ruso.
Álvarez, entretanto, peleó dos veces con Gennady Golovkin, con quien empató en la primera pelea y luego venció por decisión mayoritaria.
Luego firmaría con DAZN, peleando con Rocky Fielding, un boxeador de poca monta al que noqueó en tres asaltos para ganar el campeonato de las 160 libras, siendo su último combate el 4 de mayo de 2019, donde obtuvo una decisión unánime sobre el batallador Daniel Jacobs.
El pleito Álvarez-Kovalev surge al no producirse el tercer combate con Golovkin; pero se trata de un reto complicado para el azteca.
Si bien es cierto que el ruso está tomando el camino del descenso en sus facultades pugilísticas, por sus últimas cinco peleas, puede notarse que todavía cuenta con facultades para no permitirle a Álvarez libertades sobre el cuadrilátero.
Kovalev tiene grandes ventajas físicas sobre Álvarez: diez centímetros más de estatura y cinco centímetros de mayor alcance; cuando suba esta noche al ring, su peso estará por encima de las 185 libras, mientras que el mexicano ya no podrá subir más de lo que haya conseguido en la báscula.
El mexicano sabe que puede hacerle daño a Kovalev, pero eso dependerá de cuánto se le pueda acercar. Tiene que cortar la distancia, pelear adentro y no dejar que el ruso despliegue sus brazos.
Una victoria de Álvarez lo colocará definitiva e incuestionablemente entre los mejores boxeadores mexicanos de la historia; una derrota sería lo dejará como uno más de los púgiles que intentaron ganar una corona mundial en una categoría superior.
Proporciones guardadas, se me parece mucho a aquella pelea entre el gran campeón mundial mediano Carlos Monzón y el cubano-mejicano José Ángel "Mantequilla" Nápoles, donde el argentino Monzón destruyó al corajudo boxeador caribeño. Ojalá me equivoque, pero creo que "Canelo" tiene una misión muy difícil de cumplir en esta ocasión.