El deporte se practica entre ruinas

Actualizado
  • 29/03/2014 01:00
Creado
  • 29/03/2014 01:00
Muchos coliseos no cuenta con el debido mantenimiento para estar el optimas condiciones

El estadio Juan Demóstenes Arosemena, el gimnasio Rockero Alcazar, la piscina de Veraguas y el estadio Armando Dely Valdés, constituyen en este momento las ruinas del deporte panameño. El vetusto coliseo de Cabo Verde es un monumento a la desidia, ya que, el mismo que es administrado por el Instituto Nacional de Deportes (Pandeportes), ha sido abandonado totalmente al extremo que no existe, ni seguridad, ni mantenimiento para el mismo y no se hay o existen trabajadores o administrador para el mismo.

Luego de la última inversión que se dio con el apoyo del vicepresidente de ese momento, José Dominador Kaiser Bazán, quien su calidad de Presidente del comité organizador del preolímpico de béisbol celebrado en esta capital, logró un sustanciosa partida por parte del estado para reparar el coliseo para ese certamen, de allí hacia acá. Todo se hizo trizas.

Hace algunos semanas se realizó la serie de la Leyenda 42 y dejó una sustanciosa suma de dinero a sus organizadores, de acuerdo a la transmisión se pudieron haber recogido entre los dos encuentros un total de 30 millones de dólares, en entradas que oscilaban entre 24 balboas la entrada general y la preferencial en 165.00 dólares, esta boleteria incluía impuestos, que también llegaron a la arcas de la hacienda pública. Entraron 26, 0000 aficionados al primer partido y 22,000 fanáticos al segundo.

En días pasados imágenes conmovedoras, narradas por la televisión local del otro coliseo de entrenamientos de los boxeadores nacionales, dejó claro en la pocilga en donde se ejercitaban, parece que conmovieron a propios y extraños, al extremo que se mandó a cerrar con urgencia dicho coliseo para repararlo con apremio, debido a que el mismo mostraba una cara de lo que es la fallida política deportiva de la Alcaldía capitalina.

La televisión también nos mostró un nuevo criadero del mosquitos Aedes agypti en el que se ha convertido la piscina de Santiago de Veraguas que en este momento no puede ser utilizada por los tritones de la tierra de Urracá, quienes se preparan para su participación en los próximos eventos nacionales. A esto hay que agregarle el estadio Armando Dely Valdés de la costa Atlántica, mismo que desde su creación no funcionó, recordemos que en su inauguración, y la presentación del equipo de México cayó un severo aguacero que dio a conocer fallas y falencias que tuvo este coliseo desde su creación, hoy día esta peor.

Algunos tableros ‘dizque electrónicos’ que dotaron los estadios de béisbol, a la larga han mostrado que los mismos no fueron de primera, sino de segunda mano, reconstruidos, y adaptados para nuestra campiña, el tiempo que pone las cosas en justa dimensión, ha servido para mostrar la incompetencia y calidad de dichos tableros, que hoy día no pueden ser reparados porque están descontinuados y no cuentas con repuestos.

La Alcaldía de la capital que monta tarimas para festivales bailables, con música estridente, recientemente inauguró una liga para jóvenes en el complejo León ‘Cocoliso’ Tejada, me parece loable. Pero en ese mismo campo donde hay cuatro torres de luces con seis bombillos cada una. Solo funciona un bombillo en cada torre.’ Dicen que hay bombillos, pero no hay quien los instale’, falta un equipo rodante con elevador y java para instalar, los futbolistas juegan a ciegas. Mantenimiento es la palabra.

El estadio Maracaná del Chorrillo, antiguo complejo Carlos M. Prethell, que pronto será entregado por la empresa brasileña Obredetch al gobierno panameño, ha anunciado que el mantenimiento anual de este coliseo cuesta 100,00 banbalines, fuera de una planilla seria que trabajara diariamente en este nuevo coliseo.

LA COLUMNA DE ‘PEPE’ COLLADO

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