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El futuro de la semana laboral
- 06/10/2021 00:00
- 06/10/2021 00:00
La jornada semanal promedio de los países de todo el mundo es de alrededor de 40 horas semanales, pero existen países con 35 horas semanales como Francia-Alemania y hasta 112 horas semanales en Corea del Norte.
En Panamá, la jornada de trabajo semanal estándar es de 48 horas para la empresa privada (sin contar horas extras) y de 40 horas para la mayoría de las instituciones del gobierno. Estudios realizados por la OCDE muestran una fuerte correlación entre las largas jornadas y el estrés laboral. El exceso de horas, en algunos casos sin control por parte del trabajador, crea riesgos para la seguridad y la salud del trabajador y puede generar conflictos sobre el equilibrio entre el trabajo y la vida personal y, en última instancia, puede afectar negativamente el bienestar y las capacidades de una persona, lo que a largo plazo puede generar mayores costos para la administración de salud pública.
Varias compañías y países del mundo han experimentado con éxito reducir su jornada semanal de 40 horas a 36-32 horas. Según la ley de Parkinson, el trabajo se “expande” para ocupar el tiempo que se le asigna. Estos experimentos sociales demuestran que lo contrario también puede ser cierto; se puede trabajar de manera más eficiente simplemente permitiéndonos menos tiempo. Esto se traduce en jornadas laborales más enfocadas con menos distracciones, reuniones breves y tener descansos semanales consistentes de tres días.
En Islandia entre 2015 a 2019, a los trabajadores se les pagó el mismo salario mensual por trabajar en un esquema de cuatro días a la semana y la productividad se mantuvo o mejoró en la mayor parte de los lugares de trabajo.
España ya indicó que para 2022 implementará legalmente la semana laboral de cuatro días o de 32 horas. El plan piloto contempla un presupuesto de 50 millones de euros para incentivar a las empresas a probar la implantación de la reducción gradual de la jornada laboral sin pérdida de salario a 32 horas semanales o cuatro días por semana mediante ayudas a las compañías para afrontar su coste y afrontar los gastos en digitalización que genere el proceso.
Unilever, en Nueva Zelanda, experimenta desde diciembre de 2020 por un periodo de 12 meses la implementación de la semana laboral de cuatro días, el 80% de la jornada habitual, sin aplicar recortes salariales. Durante esta prueba se hizo un reajuste salarial, de manera que se pagaba por la productividad de los empleados, y no por el tiempo que pasaban en la oficina. Recientemente se han publicado los resultados y se experimentó un aumento de la productividad en un 20%.
Japón planea animar a las empresas a que permitan a sus empleados trabajar cuatro días a la semana en lugar de cinco, con el objetivo de mejorar el equilibrio entre el trabajo y la vida de sus habitantes. Lo anterior se da a raíz de los resultados positivos del plan piloto ejecutado por la empresa Microsoft llamado 'Work Life Choice Challenge', que cerró sus oficinas todos los viernes de agosto y dio a todos los empleados un día libre adicional cada semana donde la productividad, medida por las ventas por empleado, aumentó casi un 40%.
Entre las ventajas más comunes de estos experimentos sociales alrededor del mundo están: mejor productividad y compromiso debido a un mayor tiempo de recuperación; reduce el desgaste laboral o burnout; mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal; mejor creatividad; reducción del tiempo y los costos de transporte (menor huella de carbono); mejor satisfacción laboral; una mayor retención de talentos.
Este nuevo esquema también viene con desafíos como: falta de personal en algunos períodos, dificultades en la programación de reuniones o tareas, costos de horas extras por mala planificación y resistencia cultural al cambio.
Panamá no puede quedarse atrás, cada día se suman más empresas y países a esta iniciativa, porque la data demuestra que una jornada laboral de cuatro días o 32 horas semanales también tiene beneficios para la economía global y la evolución social.