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- 26/11/2020 01:00
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El mindfulness es una técnica milenaria que consiste en prestar atención plena a lo que nos rodea y concentrarnos en el aquí y el ahora. Si bien tiene como origen la meditación, la cual contribuye a aumentar el bienestar emocional y psicológico, esta práctica se ha extendido en los últimos años hacia otras disciplinas como el arte, la alimentación, el estudio, con la finalidad de obtener el mayor beneficio.
Pero, ¿qué pasa si se aplica esta disciplina al terreno sexual?
Santiago Cedrés, sexólogo clínico y expresidente de la Sociedad Uruguaya de Sexología, explica que muchas de las consultas tienen que ver con el mal manejo de los pensamientos. Sea estrés, ansiedad, preocupaciones relacionadas con el trabajo, los hijos, la economía, todas las disfunciones sexuales de origen psicógeno encuentran grandes beneficios del mindfulness así como para los efectos psicógenos de toda disfunción de base orgánica.
“Debido a dos componentes centrales que presenta el mindfulness que son la autorregulación de la atención hacia el momento presente y la actitud de curiosidad, la práctica del mismo es fundamental para la sexualidad satisfactoria y saludable”, detalló Cedrés en el sitio web de la sociedad.
De hecho, Jon Kabat Zinn, quien introdujo hace más de 30 años el mindfulness dentro del modelo médico de occidente (Estados Unidos, Canadá y Europa), agrega una lista de actitudes que son favorables para la práctica y que son fundamentales para la terapia sexual y muy beneficiosas para la terapia de pareja.
“Entre las actitudes a trabajar, según Kabat, están la paciencia, la confianza, no esforzarse, la aceptación, el desapego y la mente de principiante. Es fundamental trabajarlas en la consulta de terapia sexual y terapia sexual de pareja, ya que la misma es un laboratorio de lo que sucede en la cotidianidad de su hogar”, describió el sexólogo uruguayo.
Al trasladar los principios del mindfulness al plano íntimo, se amplifican las sensaciones placenteras, los cinco sentidos se disponen a funcionar minimizando las posibilidades de interferencias, dando como resultado un encuentro único.
Silvia Sanz dijo en una entrevista con el diario español ABC que el cerebro tiene más poder sexual que cualquier parte del cuerpo. “Si llevamos nuestra atención a cada movimiento o caricia, silenciando los pensamientos y dejando atrás las expectativas, podremos llegar a tener un sexo placentero y disfrutarlo al máximo. Esto se denomina como mindfulsex”, compartió.
Entre las claves para practicar este mindfulsex, Sanz recomienda a las personas iniciar primero en soledad, a fin de conocer “nuestro cuerpo, disfrutándolo, para poder aceptar mejor nuestra sexualidad”. Por otro lado, mencionó que no hay que tener “prisa” con el uso del juego sexual, y que se tenga como único objetivo disfrutar, sin tener expectativas.
“Si algún pensamiento nos distrae, hay que intentar llevarlo fuera, volviendo a centrar la atención en lo que estamos sintiendo, sin resistencias, pero sin rendirse para potenciar nuestras sensaciones”, recomendó.
Mientras tanto, Cedrés resaltó que el aumento de la carga erótica, excitaciones más profundas, orgasmos más intensos y duraderos, mejora de la comunicación corporal y estimula una sexualidad fluida como beneficios directos que aporta el mindfulness a las relaciones de parejas.
En ese sentido, Eliécer Pérez Rivera, psicoterapeuta de parejas y familia explicó a La Estrella de Panamá que no es una novedad que hoy muchas parejas enfrentan problemas de anorgasmia, falta de apetito sexual, eyaculación precoz, disfunción eréctil, entre otros, como consecuencia del estilo de vida.
Debido a ello, estas parejas tienen menos encuentros sexuales y por ende el disfrute de la relación disminuye.
A fin de lograr o llevar una relación más placentera, el psicólogo recomienda hacer ejercicios de meditación y de respiración consciente. “El resultado de mezclar mindfulness y sexo se traduce en un placer más intenso, así como en erecciones y orgasmos más duraderos”, comentó Pérez.
Según Cedrés, esta técnica milenaria de atención plena “nos conduce a atender sin juicio aquello que nos sucede. De esta forma y guiados por un terapeuta, la práctica de mindfulness puede darnos mucha información que a priori no estamos escuchando sobre nosotros mismos”.
Añadió que en la terapia sexual mediante mindfulness “podemos entender lo que la disfunción dice de mí. De la misma forma que aprendimos a decodificar la sensación de sed y mediante la ingesta de agua a saciarla y volver al equilibrio, lo mismo con cualquier otra señal, dejando que nos guíe hacia aquello que nos pide nuestro organismo”.
“En el caso de una disfunción, la misma está indicando algo que no estamos haciendo adecuadamente”, continuó.
“Si bien no es necesario tener conocimientos de mindfulness previos o que solo pueden ser aplicados a la sexualidad, su práctica es tan beneficiosa que nadie dudaría en extenderla a cualquier actividad de la vida cotidiana. Una vez que se comprueban sus beneficios es imposible resistirse”, reconoció el psicólogo.
De acuerdo con una publicación del sitio especializado en salud mental La mente es maravillosa, la meditación orgásmica es una práctica que tiene como objetivo hacer disfrutar de la estimulación sexual sin necesidad de alcanzar el clímax. De hecho, se parece a otras disciplinas como el tantra. Según sus practicantes, realizar ejercicios de slow sex puede ayudar a concentrar la mente y conectar más con las emociones.
La técnica básica de la meditación orgásmica es estimular el clítoris durante quince minutos, centrándose en el cuadrante superior izquierdo del mismo, mientras se focaliza la atención en ese centro de placer y se disfruta de las sensaciones que se están experimentando.
En ese sentido, el psicólogo Eliécer Pérez afirmó que esta forma de placer requiere tiempo, suavidad y paciencia, ya que busca ejercitar la espiritualidad a través del clítoris, y cuyo principal objetivo no es solo alcanzar el orgasmo, sino disfrutar plenamente del proceso que conduce al mismo.
“No es recomendable andar todo el día acelerada (o), ya que predispone a las personas a estar irascibles y sin ganas. Un poco de meditación aporta la calma que, con suerte y buena compañía, será la mejor medicina para apagar esa llamarada que los consume por dentro”, puntualizó Pérez.