Los humedales, ecosistemas del presente y futuro

Actualizado
  • 31/05/2023 18:59
Creado
  • 31/05/2023 18:59
A pesar de que solo cubren alrededor de 6% de la superficie terrestre, son el hábitat del 40% de todas las especies de plantas y animales. Organizaciones piden conservarlos y restaurar las áreas donde han sido eliminados

Los humedales representan uno de los ecosistemas más valiosos de la Tierra. Son indispensables para los seres humanos y la naturaleza por los beneficios y servicios que proporcionan. A pesar de que solo cubren alrededor de 6% de la superficie terrestre, son el hábitat del 40% de todas las especies de plantas y animales, describe la Organización de las naciones Unidas (ONU) en su sitio oficial.

Su diversidad biológica es crucial para la salud humana, el suministro de alimentos, el transporte y las actividades económicas que generan empleo, como la pesca y el turismo. Además, su recarga de aguas subterráneas contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático, por eso se les conoce como: “verdaderos patrimonios de la naturaleza”.

Ante la necesidad de conservar y proteger estos recursos naturales, periodistas y comunicadores sociales presenciaron el seminario taller: “Humedales del presente, humedales del futuro”, por la Sociedad Audubon de Panamá con el respaldo de The David & Lucile Packard Foundation.

Rosabel Miró, directora ejecutiva de la Sociedad Audubon de Panamá, sostuvo que ‘los humedales en Panamá están en constante cambio debido a las presiones humanas que buscan darles otros usos, son drenados, rellenados, reciben a diario contaminantes sólidos líquidos y el cambio climático amenaza la biodiversidad que vive en ellos, poniendo en riesgo la existencia humana. Conversar y educar a periodistas sobre sus valores y beneficios nos ayudará a resonar más ampliamente sobre la necesidad de conservar y proteger los humedales’.

Añadió que en Panamá estos ecosistemas, constituyen una solución natural al cambio climático. “Las turberas, los manglares, las praderas marinas, los pantanos, las marismas, los pastizales húmedos, los oasis, los estuarios, los deltas y otras zonas costeras como los arrecifes de coral y todos los lugares creados por el hombre, como los estanques de peces, los arrozales, los embalses y las salinas, son un tipo de humedal”, detalló.

También resaltó que los maglares son los sumideros de carbono más eficaces de la Tierra. Se encargan de capturar y almacenar el doble de carbono que todos los bosques del mundo juntos. Sin embargo, cuando se drenan y destruyen, estos humedales emiten a la atmósfera grandes cantidades del dióxido de carbono (CO2) que se encontraba almacenado en sus raíces.

Además, ante la subida del nivel del mar, los humedales costeros reducen el impacto de los huracanes y los tsunamis, fijan la línea de costa y resisten la erosión.

Andreina Pernía, arquitecta del Centro Regional Ramsar y Becaria del Programa de Soluciones Costeras, dijo que la presentación abordó las oportunidades que ofrece el ordenamiento territorial como herramienta para regular el uso y la ocupación del suelo, mejorando las oportunidades para que las áreas de conservación (áreas protegidas), las áreas productivas (zonas agrícolas, pecuarias y acuícolas) así como las áreas de desarrollo urbano (ciudades, centros poblados) puedan coexistir de manera más armónica, sin necesidad de competir por el territorio.

El mangle rojo forma parte de las siete especies de mangle que hay en la bahía de Panamá

“Desde el punto de vista ambiental, áreas geográficas como la bahía de Parita (que recorre ocho distritos desde el distrito de Antón hasta el distrito de Los Santos) muestra la urgencia de promover el ordenamiento territorial, porque los centros poblados y su frontera agrícola ha crecido en los últimos 30 años sin planificación y hacia la costa, lo que ha aumentado las presiones en los hábitats prioritarios para la vida silvestre con las que compartimos el territorio, por ejemplo, las aves playeras de la ruta migratoria del pacífico”, resaltó la becaria.

¿Dónde conservar y dónde desarrollar? Esa es la pregunta que debemos responder en los próximos años, en busca de la prosperidad de las ciudades y la resiliencia de nuestros paisajes costeros; con urgencia antes de que el aumento del nivel del mar nos alcance, explicó Pernía.

Los profesionales del periodismo y la comunicación recibieron durante los dos días del seminario contenido de importancia teórica y participaron también en una salida de campo en los humedales de la bahía de Panamá, específicamente en el sector de Costa del Este, donde además de avistar algunas especies de aves playeras recibieron detalles de su comportamiento y migración.

Al momento de la gira al humedal, los participantes pudieron apreciar la presencia del Ánade Gargantillo (Ana bahamensis), una especie de pato con colores llamativos (con mejillas, garganta y cola blancas que contrastan con su cuerpo marrón) de amplía distribución en varias islas del Caribe y que anteriormente había sido avistado en Panamá en 1996 y en 2019, y ahora en 2023.

La importancia del Seminario Taller Humedales del presente, humedales del futuro, permitirá que a través de la difusión de noticias -en este contexto-, tanto los medios de comunicación y la población en general puedan concientizarse sobre las diversas problemáticas que afectan los humedales del país en materia ambiental y puedan sumarse a las acciones de conservación que se propongan para protegerlos.

Estas herramientas de conocimiento buscan impulsar un sentido de pertenencia que permita cambiar la perspectiva del pensamiento que mantienen muchas personas sobre los humedales en Panamá. Y es que algunos desconocen que los humedales son fuentes de agua, mitigan sequías e inundaciones, suministran alimentos, albergan una rica biodiversidad, almacenan carbono, entre muchos otros servicios ecosistémicos, que permiten el desarrollo de las poblaciones.

¿Por qué están en peligro?

De acuerdo con la ONU, pese a los grandes beneficios, los humedales son unos de los ecosistemas que sufren mayor deterioro, pérdida y degradación, y se prevé que esta tendencia negativa continúe como consecuencia del rápido crecimiento de la población, la producción y el consumo insostenible, el desarrollo tecnológico y el cambio climático.

Con una pérdida del 35% a nivel mundial en los últimos 50 años, los humedales son nuestro ecosistema más amenazado, desapareciendo tres veces más rápido que los bosques, describió la organización.

Entre las actividades humanas que provocan la pérdida de humedales están el drenaje y relleno para usarlos para agricultura y construcción, la contaminación, la pesca excesiva y la sobreexplotación de recursos, las especies invasoras y el cambio climático.

Este círculo vicioso de desaparición de humedales, medios de sustento amenazados y agudización de la pobreza es el resultado de una forma de pensar que, de forma errónea, ve los humedales como meros terrenos baldíos en lugar de considerarlos fuentes de vida, empleos, ingresos y servicios ecosistémicos esenciales. Uno de los retos clave pasa por cambiar la mentalidad de la gente y alentar a los gobiernos y a las comunidades a valorar y priorizar los humedales.

“Revitalizar y restaurar los humedales degradados”, el tema de este año, destaca la importancia de restaurar los humedales. De realizarse correctamente, estos enclaves pueden llegar a ofrecer los mismos beneficios que ofrecía el humedal natural original.

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