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- 23/01/2023 00:00
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Al igual que los arrecifes de coral y los lechos de pasto marino, las tortugas marinas representan un recurso valioso para la biodiversidad marina-costera global, ya que son especies migratorias que ocupan diversos hábitat y trascienden las aguas de la jurisdicción nacional en los diferentes países.
Este vínculo con los ecosistemas marinos les permite trasladar nutrientes de un sitio otro, remover la arena de las playas, alimentarse de esponjas de mar y medusas, por lo que representan una fuente de ingresos para las comunidades locales por medio de actividades de ecoturismo.
En los últimos años, en nuestro país, las acciones de recuperación de estos reptiles se han fortalecido con técnicas y estrategias para su conservación; así como también la integración de la Ley 8 del 4 de enero de 2008, donde Panamá suscribe la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CIT).
La buena noticia es que gracias a los esfuerzos y la insistencia de conservar y proteger a estos quelonios, los cuales ayudan a mantener viva la biodiversidad del ecosistema marino, la Asamblea Nacional aprobó en tercer debate la iniciativa de Ley 614 que establece la “Protección y Conservación de las Tortugas Marinas y sus Hábitats en la República de Panamá” y se dictan otras disposiciones.
Con esta importante ley, Panamá se coloca a la vanguardia en la región, ya que esta norma tiene el propósito de proteger de manera integral y conservar todas las especies de tortugas marinas presentes en las costas y mares panameños, detalló en exclusiva Marino Ábrego, jefe del departamento de Recursos Marinos y Costeros del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente).
“Esta normativa propuesta por el diputado Gabriel Silva y otras organizaciones también fortalece las acciones encaminadas a proteger y a conservar de manera integral a todas las especies de tortugas marinas que se encuentran presentes en nuestras costas y mares, y sobre todo, trabajar de manera colaborativa entre el Estado y la comunidad”, comentó.
Para su implementación, se requiere la coordinación de las dependencias y entidades de la Administración Pública entre sí y trabajar con los municipios respectivos, la Academia, los Centros de Investigación Científica, así como con las Organizaciones No Gubernamentales y la sociedad civil en general. “Estamos confiados en que el presidente de la República, Laurentino Cortizo sancionará el proyecto y lo convertirá en ley muy pronto”, señaló.
Añadió que actualmente en Panamá existen cinco especies de las siete que hay en el mundo. En el caso del pacífico panameño se encuentran la: Lora o Golfina (Lepidochelys olivacea), Carey (Eretmochelys imbricata), Canal o baula (Dermochelys coriacea), Caguama o boba (Caretta caretta), Verde o prieta (Chelonia mydas), todas registradas en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, (CITES) y en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
“En el Caribe panameño la única tortuga que no se ha localizado es la Lora o Golfina, mientras que las demás sí arriban para hacer sus nidadas principalmente en Bocas del Toro, San Blas y Colón”, constató Ábrego.
Reconoció que el istmo a través de los convenios internacionales tiene la responsabilidad de contribuir a proteger estas especies que son un emblema para los océanos y que hoy sufren múltiples amenazas como la contaminación de los mares, iluminación artificial, especies invasoras, choques con barcos pesca comercial y el cambio climático por mencionar algunos.
Las tortugas marinas han vagado por la tierra durante más de 100 millones de años y han sido vitales para nuestros ecosistemas marinos.
Un sitio muy relevante o “preferido” por las tortugas para sus nidadas es playa La Marinera, ubicada en Guánico Abajo, Tonosí, al sur de la provincia de Los Santos, donde se han reflejado arribadas de la especie Lora, desde los inicios de los monitoreos en este sitio, hace 12 años, detalló Ábrego.
Según el experto en 1999 se visualizaron cinco arribadas en esta reserva natural, con un total de 38,200 nidos que fueron dejados in situ. De hecho, un informe de logros de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) 2009-2012, se consigna la importancia de esta playa, al reportar la anidación de aproximadamente 15,000 hembras, pero se tiene la estimación que pudieran llegar a ser entre los 30,000 y 50,000 ejemplares anidantes.
Con relación a las liberaciones se estima que a lo largo de los últimos 20 años se han liberado aproximadamente unos 100 millones de crías al mar.
De acuerdo con Ábrego al ser esta playa un espacio de zona costera pequeño en su superficie es el más grande laboratorio de datos, estudios sobre de conservación y protección de la tortuga marina de la provincia de Los Santos, el cual se ha considerado como ejemplo para otras áreas costeras del país que comparten este importante regalo de la naturaleza, como lo son los desoves de tortugas marinas.
Wilfredo Poveda, biólogo encargado del área Protegida Playa La Marinera, explicó que esto es posible gracias a los componentes naturales que encierra está ensenada en el área de Guánico Abajo lugar que es catalogado como un paraíso escondido que le da ese matiz o protección a la intervención del ser humano con la industrialización y urbanización manteniendo la calidad natural de sus múltiples servicios eco-sistémicos para esta región del pacifico panameño.
“Las cuantiosas anidaciones que se dan a lo largo de los años han sido posibles gracias a que el escenario natural no ha sido fracturado ni desbalanceado. Técnicos realizan mediciones y estudios para obtener más datos que apoyen en mejorar los rangos de protección y a la vez compartir su ciclo biológico para el mundo”, expresó Poveda.
Para Ábrego, el monitoreo constante durante el proceso de la arriba es primordial para evitar anomalías que pongan en riesgo la anidación normal de los especímenes, para ello el Ministerio de Ambiente cuenta con guardaparques que supervisan en turnos rotativos las playas donde hay arribadas muy grandes como Isla Cañas, Playa Soropta en Bocas del Toro, Playa La Marinera, Parque Nacional Coiba, Comunidad Mata Oscura, playa Bluff, entre otros 150 santuarios que sirven como sitios de protección para la anidación de estas tortugas.
De acuerdo con Ábrego, la normativa también busca que las comunidades se integren en el manejo de conservación y protección de las tortugas marinas ya que se encuentran en peligro de extinción, debido a una desmedida e ilegal captura de ejemplares adultos, así como al saqueo de sus huevos en las playas de anidación.
Aseguró que toda persona que posea de manera ilegal partes, productos, subproductos y huevos de tortuga marina constituye en una infracción por delito ambiental y viola las normas nacionales vigentes y acuerdos y convenios internacionales de los cuales la República de Panamá es parte.
“A ese ciudadano se le aplicará una sanción directa por la suma de $2,000 atendiendo el Decreto Ejecutivo n° 5 del 1 de febrero del 2017, que regula el procedimiento de sanción directa por infracciones ambientales”, acotó.
De ser testigo de una actividad que ponga en peligro el entorno natural y sus especies, favor reportarlo a la línea gratuita 311, redes sociales y en el web chat de reportes en el sitio web www.miambiente.gob.pa