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Carlos Vives: 'Me preocupa dejar de escuchar voces de altura; que Rubén sea el último'
- 28/04/2022 00:00
- 28/04/2022 00:00
Carlos Vives (Santa Marta, 1961) es el hombre que pone a bailar al mundo entero: a los tímidos, a los que piensan que tienen dos pies izquierdos, a los ancianos, a los niños... Ya tiene más de 60 y dice que sus conciertos, en estos tiempos en los que nos alejamos del sufrimiento pandémico, pueden ser una forma de reivindicar su carrera en plena madurez. Y esto lo dice con una sonrisa pícara de un hombre sin una cana, con un bronceado caribeño y lentes oscuros: un guapo que promete ser inmortal. Vives es acordeón, es guitarra, es herencia, es familia, es frescura. Lo denota en sus palabras, en sus gestos, en su estampa. Nos 'dejó entrar en su mirada' honda y artística vía Zoom desde México (a un día y medio de su encuentro panameño).
Por lo demás es un hombre que viaja muchísimo, que no para de crear música, que baila siempre, que ríe más, y que no para de defender su patria para que Colombia no sea 'la tierra del olvido'.
Después de querer robarnos un beso, lanzarnos su baloncito viejo y subirnos en una bicicleta fiestera, le canta hoy a Panamá en el centro de convenciones de Amador a las 8:00 de la noche. También presenta su nuevo sencillo 'Solo' de su disco Cumbiana II y charla con La Estrella de Panamá acerca de su vida, sus raíces, sus maravillas, sus deseos.
Sí, estábamos felices de ir a Panamá a cantar, volver a esos lugares donde nos quieren, y bueno, nos pasa lo que nos pasa. Saber que vamos a regresar nos da felicidad y nos da la oportunidad también de presentar cosas que musicalmente pasaron durante la pandemia, incluso cosas que hicimos en Panamá con Rubén, y cosas que han pasado que están en el nuevo álbum de Cumbiana II... Así que no, no, no... siento una gran felicidad. A lo mejor tenía que pasar lo que pasó para volver con esta felicidad tan grande.
(Sonríe y se detiene a pensar) ¡Qué cosa más bonita eso que acabas de decir! Creo que lo que he tratado de hacer siempre es tener conciencia de qué fue lo que más le gustó a la gente. El camino que escogimos con la música fue el compromiso con nuestra localidad, al principio sin pensar si lo íbamos a exportar. Fue necesario entender que todos los tiempos traen sonidos, traen nuevos instrumentos... Fue necesario conocer qué pasó con la historia de la música tradicional, que nosotros usamos para hacer nuestro rock and roll o nuestra música moderna; y entender, en un momento importante cuando empezamos a trabajar con nuevos patrones nacidos de lo tradicional, como los instrumentos eléctricos, como en aquella 'Gota fría', que la manera de producir lo nuestro no era hacerlo como una pieza de museo folclórica, sino como un exponente que va hacia adelante... Cuando grabamos los primeros clásicos de la provincia, que nos llevaron allá por primera vez, terminamos descubriendo un nuevo camino para la música latinoamericana que llamaron el tropipop (que simplemente fue la unión del pop con lo tropical) y ese fue nuestro sonido. Hoy se hace eso de muchas maneras, pero nosotros fuimos la génesis. Entonces eso me permite conectarme, bueno hay cosas también de suerte.
Por ejemplo, cuando explotaba todo lo urbano había que saber de dónde venía. Aparentemente parecía que Puerto Rico era el eje fundamental del movimiento, pero uno empieza a descubrir todo ese origen en Panamá y cómo esa corriente se cocina en dos polos para nosotros importantes: Panamá como puerto crucial y el otro Cartagena, donde empezó a pasar lo mismo. Entonces entender el típico y las tierras cumbieras para entender que eso es lo que ha estado detrás de los nuevos sonidos urbanos. Uno descubre al 'chombo' que te cuenta esta historia y uno empieza a entender y a atar cabos, y entonces como somos vecinos, para mí era muy fácil verme en ese espejo panameño y entender que al final lo mío también se iba a conectar con todo el mundo urbano porque estaba en los orígenes, y porque entendí, cuando puse las primeras guitarras eléctricas y las baterías en mis discos, que no eran prestadas de ningún rock, sino que apretaban los patrones cumbieros, o sea cualquier hijo de la cumbia... Entendí que eso había pasado en la historia, en nuestras raíces indígenas, después llegaron las guitarras y después llegó el acordeón suplantando de alguna manera cada tiempo y cada instrumento, pero la emoción, el sentimiento, y esa identidad debe ser la manera como cantes.
(Ríe) Sí, siempre. Uno ha crecido con todos los mitos: que si yo hacía esta música no iba a gustar nada, que un artista después de los 30 ya está viejo... Al final hice lo que hice no buscando ser famoso, sino buscando hacer una propuesta original a nuestra música y poner en práctica cosas que iba aprendiendo. Quise probar todo lo que podíamos hacer en Colombia con lo nuestro. Creo que eso, de alguna manera, me ha eximido de los caminos convencionales. Pero escuche esto: empezó a aparecer una nueva generación de artistas, y al final la juventud me empezó a buscar. El primero que me buscó para una colaboración fue Michelle Teló, es curioso porque no estamos en los mismos mercados.
Tienes que hacerlo porque ese es tu camino y tú escogiste ese camino. Yo digo que gracias a Dios el camino que yo escogí se conecta muy bien. A mí no me preocupa el instrumento, yo puedo usar un computador, una guitarra, una gaita indígena muy antigua o los acordeones. Mientras se mantengan mis mensajes, mis líneas melódicas, la manera que tengo de escribir... te pongo un ejemplo: cuando Sebastián Yatra y yo queríamos hacer esto de 'Robarte un beso', y yo cojo esta canción (Canta: 'Dejame robarte un beso que me llegue hasta el alma, como un vallenato de esos viejos que nos gustaban') y le pongo un acordeoncito, una cajita, una guacharaca... la gente va a decir: ¡qué lindo vallenato típico hace Carlos Vives!
No lo hago para atacar ningún género en específico, cada artista se expresa a través de su educación y de su conocimiento. Me preocupa dejar de escuchar estas muchas voces de mucha altura y tesitura elegante, que se pierdan esas corrientes, que Rubén sea el último. Tal vez porque fuimos criados por esa música con adoración por ellos. Soy democrático, bienvenidos todos los géneros, pero es absurdo que se empiece a dejar de escuchar y que haya menos oportunidades para ese tipo de voces de altura, ese tipo de historias.
(Carcajadas y se pone las manos en la cabeza) Creo que son formas de ser. A veces nos ha tocado vivir en la vida. Es por la gente que nos hemos criado, las cosas que te dieron a leer, lo que te decía la abuela, el papá, la mamá, los buenos amigos, el ejemplo, el cine que vio, tantas cosas que lo forman a uno, ¿verdad? Yo valoro más eso. Tal vez tengo esa nostalgia y está en mis canciones siempre, de esos lugares perdidos. Tuve una infancia muy feliz, en un lugar espectacular y con gente muy especial, y de repente la vida me quitó todo eso... y me tocó llevarlo en mi corazón. Para mí es como un referente volver a ciertos lugares de mi vida, con mis papás y con gente clave que conocí... Pero te cuento una cosa, yo comencé a trabajar en teatro y en televisión, tuve un programa para niños durante cuatro años, fui protagonista de telenovelas, trabajé 20 años en mi país como actor, viajé por todo mi país, grababa de un pueblo a otro, y empecé a entender la diversidad de lo que es un país como Colombia, el sueño de todo aquello que fue la Gran Colombia, me enamoré más. Caminando por mi país hice un fuerte nudo con él y a pesar de todas nuestras tragedias, tengo que decirlo, fui privilegiado.
Simplemente espero que el que gane –sea de izquierda, derecha o centro– trate de tejer un vestido político más apropiado a todo lo que somos. Ojalá el próximo gobernante de Colombia tenga en su mente esa dimensión de todo lo que somos, que gobierne para todos, porque esa va a ser la única manera de sacar a nuestro país adelante. ¿Sabes? Esa generación que hemos tratado de hacer cosas con nuestra música, hemos querido llevar ese mensaje: 'unidos en la diversidad' como dice el eslogan de mi nuevo álbum Cumbiana II, y al final yo creo que es el sueño de todos los colombianos y el mío como artista de un barrio de por ahí. Lo vas a encontrar en mi nuevo álbum, tengo muchos mensajes, parecen de esos rock and rolls de protesta.
Sí, sí... Definitivamente. Yo siempre he querido llamar la atención sobre el territorio, de todo lo diverso que somos y eso es lo que yo espero de mi país, ¿sabes? Que podamos conciliar históricamente tantas partes en desunión. Lo canto todo en una canción que tengo que se llama 'Patria' y en otras dos canciones más de mi nuevo disco. Como colombiano tengo esa angustia aquí en mi pecho, de ver que no encontramos ese vestido que nos quede perfecto en ese cuerpo de lo que somos.
La fama es como un invento ahí, y de pronto la gente famosa se siente con la libertad de hacer o decir cualquier cosa; demuestra falta de educación y de ciertos valores.
(Ríe) La soledad no es lo que más me gusta, pero a veces la valoro mucho. La situación me empuja a estar solo y aprecio esos momentos para estimar aquellos que me sacan de la soledad....
Tengo que decirte algo... ¡No quiero irme!
Ustedes son hermosos en todo sentido, en la historia de la música. Cada vez que conozco más de Panamá, conozco su gente, pienso que tenemos tanto que hacer. Soy feliz de trabajar con gente de Panamá, con Alberto, con Los Gaitanes, con Rubén, con todos los músicos, yo me siento en mi casa. Siempre le digo a Rubén, no por nada a tu abuela le gustaba pasar vacaciones en Santa Marta, y el papá de Rubén nació allá, entonces siempre hablo de esas cosas. A mí me gusta un libro que dice 'Panamá siempre fue de Panamá, porque es verdad', y coincido con eso. Y es que la capacidad que tienen ustedes de ser Pacífico y de ser Caribe, como lo digo en mi canción Pa´Maytè... es... Bueno, chapa, no te encarreto más... bye, te quiero. ¡Nos vemos el 28!