Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
- 24/05/2021 00:00
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La primera vez que vi al pintor panameño Carlos Olive, noté que era esquivo y a veces tímido, pero también un repentino cambio cuando en el diplomado sustentó su idea sobre la obra 'Venas Negras'; allí vi a otra persona. En su explicación, su talento brotaba con energía y la pasión por remarcar con fuerza su idea lo hacia diferente al resto de los alumnos. La idea que Carlos quería desarrollar ya estaba plasmada dentro de su memoria, ahora tocaba al equipo de profesores dar los instrumentos para que esa genial intuición tomara vigor, perseverar para que la personalidad artística y la aguda intuición conservara el timbre mágico de este maravilloso artista… para que su talento explote con toda la carga enjaulada dentro de si.
'Venas Negras' es una obra compleja que recoge un delicado tema, abordado por este joven artista de una manera particular y -a decir verdad- nos toma de la mano, para que curioseemos sobre la áspera polémica que nos tiene impactados con respecto a la dignidad de los niños.
La obra hace una yuxtaposición de dos elementos: un trapecio y al fondo, la Senniaf; la institución llamada en causa. El trapecio representa el juego infantil e inocente y tras él, la institución que debería protegerles.
Carlos en su apasionada presentación, nos hablaba como cualquier padre o madre panameña; diciéndonos lo siguiente: “Si la propietaria de una fonda tuviera que regalar toda su comida, para que pare la violencia hacia los niños, ella no dudaría en hacerlo”, y continuaba: “Así mismo yo doy mi talento para dar visibilidad a esta grave situación, con el propósito que eso se acabe ya… de una vez”. Y eso es lo que Carlos ha hecho de manera genial.
Entonces es la edición de este lunes de Café Estrella, la que nos brinda la oportunidad de conocer otra obra de un artista panameño, que ha decidido explorar nuevos territorios y desnudar toda su joven visión sobre lo que puede y logra hacer. Acompáñanos en esta breve tertulia.
Sobre el diplomado, la primera palabra que llega a mi mente es de agradecimiento, al ser seleccionado entre un número de artistas con ganas de aprender. Hoy tengo una percepción del Arte Contemporáneo más concreta, nos adentramos a un mundo diverso de lenguajes y posibilidades; por eso fue importante participar en este.
Es la ruptura con lo que tradicionalmente conocíamos dentro de las expresiones artísticas. En esencia, busca nuevos caminos de expresión e investigación y allí es donde se encuentra su importancia.
No, solo me siento capaz de expresarme con más libertad; mi coquetear de hoy con las artes contemporáneas me apasiona al igual que pintar un lienzo. Siento que el estudio nos dota de ese conocimiento efectivo; un artista debe estar equipado para tener un discurso constante y crítico; se trata más bien de abrirnos a los nuevos horizontes dentro la creatividad.
Desde temprana edad me gustaron el dibujo y la pintura, entrando a mi primera academia de arte que fue el Centro de Arte y Cultura del Ministerio de Educación en 1993. Me gradué de sexto año en el glorioso nido de águilas, el Instituto Nacional de Panamá. Ingresé la Facultad de Bellas Artes, específicamente a la Facultad de Artes Visuales, graduándome de licenciado en Bellas Artes con Especialidad en Artes visuales y Énfasis en Dibujo y Pintura, de la Universidad de Panamá. Estoy a la espera de la acreditación por parte la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Panamá con el título de Profesorado en Docencia Media Diversificada a Nivel de Pre-Media y Media. También tomé el diplomado 'Las Aperturas de los Nuevos Procesos en la Enseñanza del Arte contemporáneo', para la Escuela Internacional de Verano de la Universidad de Panamá, en la cual estuvieron directamente involucrados la Fundación Arístides Ureña Ramos y la Embajada de Italia en Panamá.
Realicé la obra pensando en el abuso en el que se ha visto envuelta nuestra niñez en Panamá en los últimos años. Abusos que se han dado en todas sus modalidades; lo más penoso y triste es que las primeras fallas se den por parte de quienes se supone deben ser los custodios y defensores en los albergues. Causan repudio el hermetismo y la indiferencia del Estado para con este tema sensible.
La obra es una estructura metálica, la cual es fácil de identificar. Se trata de un “columpio” que representa nuestra inocencia. Ahora bien, el columpio en la parte del asiento tendrá clavos de acero agrupados; la dificultad o incomodidad estará en que este asiento tendrá clavos hacia arriba de forma que el espectador se pueda sentar, pero la idea es que sienta incomodidad al sentarse, idealizando lo que un menor o joven puede sentir cuando es abusado. Con la obra pretendo plasmar el sentimiento, el recuerdo, la inocencia, el dolor, la indignación, el luto y el posteriormente debate que genera el solo hecho de mencionar la frase maltrato, en todas sus modalidades.
Sí. De una niña y de un adolescente. Creo que la base una buena convivencia en familia es estar en constante comunicación.
Sí. Creo fielmente que la idea de la obra ha calado y más allá de las conciencias culpables, es un llamado de atención, es un recordatorio de lo que estamos haciendo mal como sociedad.
Cómo es posible -por poner un ejemplo actual- que en un país con tantos recursos y en pleno siglo XXI todavía no se contemple la existencia o construcción de salones para desarrollar las Bellas Artes; salones que deberían ser exclusivos, solo para tales fines y equipados por lo menos con lo básico. La realidad es que existe una total indiferencia de parte de los que dirigen el sistema educativo y no hay agendas de Estado por parte del Ejecutivo.
Sí existen. La realidad es que las comunidades necesitan con urgencia centros culturales donde se puedan materializar el talento y las destrezas de estos aspirantes. Considero que la solución estaría en que cada Municipio cuente con centros integrales para las artes.
Creo prudente hacer verdaderas agendas culturales, que la comunidad trabaje en todas las distintas disciplinas para llevar programas de arte alternativos a los niños, jóvenes y adultos.
Deseo expresar y compartir con el mundo mis conocimientos y talentos. Me considero presto e idóneo para dar luz a las múltiples ideas que rondan mi impronta.
Los cambios estructurales dentro el sistema cultural se hace junto a los jóvenes e interesados en el cambio. Es como la sana política que va hecha con la gente para que perdure. El talento panameño es un patrimonio único e irrepetible, sostenido al dotarlo de instrumentos de alta calidad pedagógica y de excelencia educativa. Para cerrar esa brecha entre las instituciones y las nuevas necesidades de los jóvenes hay que bajar a ensuciarse junto a ellos y para el beneficio de ellos, de otra manera las distancias serán siempre más difíciles de cerrar. La realidad es que estas nuevas generaciones van conduciendo -pese a la indiferencia- los cambios necesarios para un nuevo devenir, y están ya aquí entre nosotros y al atento observador no se le habrá escapado si han pasado por nuestro Café Estrella.