Rones con el colorido guatemalteco
- 25/08/2024 00:00
- 24/08/2024 17:11
Una cata de cuatro rones de Casa Botrán fue una de las actividades que agrupó a conocedores y entusiastas en el Panama Rumfest 2024 La oferta de rones, tanto locales como internacionales ha crecido considerablemente en Panamá. Solo basta darse una vuelta por las estanterías de licorerías especializadas y supermercados, ni se diga en actividades como el Panama Rumfest. Esta oferta ofrece nuevos productos así como otros que tienen una larga permanencia en el mercado. Uno de ellos, Ron Botrán, producto que goza de denominación de origen controlada como ron de Guatemala, que tiene una trayectoria de más de 80 años.
Pero la presentación de Botrán no es solemne ni señorial. Apela al color aqua de sus lagos y al colorido de sus flores y sus ricos textiles. Su eslogan, “Captura el color de la vida”, invita a ver el mundo de una forma optimista.
La presentación estuvo a cargo de tres mujeres cuya labor fue reconocida durante el festival y que forman parte de Women Leading Rum, agrupación internacional de la cual la panameña Larissa Arjona es su actual presidenta.
“Hemos ido abriendo nuestro propio camino”, dijo Alexandra Alfaro, Directora de marketing para Licores de Guatemala, al referirse a esta invitación a disfrutar la vida, a ‘tomar las bolas curvas que nos ofrece y convertirlas en algo positivo’. Posteriormente presentó la campaña publicitaria que se ha lanzado este año y que de a poco estará llegando a los 60 países donde Ron Botrán es comercializado.
Isabel Medina, Embajadora de Rones de Guatemala, se refirió a los orígenes de este producto, producido por los hermanos Botrán, que de llegaron desde España, se casaron con guatemaltecas y emprendieron en el negocio del ron aplicando ideas nuevas y diferentes. “Hacen un añejamiento dinámico, usan miel virgen de caña y no melaza”, menciona. La melaza, asegura, no es mala, pero la miel virgen es un elemento diferenciador y que aporta diferentes características organolépticas.
Su añejamiento es una adaptación del sistema solera, heredado de los vinos de Jerez, que implementan los hermanos Botrán a unos 1,300 metros de altura en las montañas de Quetzaltenengo, a un promedio de 14°C.
Recordó además que Botrán es una de las marcas que ostenta denominación de origen protegida como Ron de Guatemala, reconocida en la Unión Europea.
Para finalizar su presentación, informó que “Botrán es el primer ron sustentable”, distinción otorgada por la International Sustainability & Carbon Certification (ISCC) por los procesos y cuidados que han implementado en toda la cadena de producción, desde el cultivo hasta su distribución.
La cata El plato fuerte, la degustación estuvo a manos de la Maestra Ronera Magda Reyes. Sobre la mesa, cuatro copas son servidas y se acompañan de una tabla con quesos y mermeladas. “Un maridaje diferente”, de acuerdo a la maestra. “El queso viene a complementar la caracterización de nuestros rones. Degustando un queso permitimos que el paladar tenga una capa grasosa que al unirlo con el ron hace un maridaje extraordinario”. Sobre la miel y mermeladas, comentó que un estudio realizado a nivel molecular certifica que los elementos que estas contienen potencian las características del ron.
La cata arranca con Botrán 12, elaborado con mezclas de rones con entre 5 y 12 años en tres barricas diferentes: que albergaron whiskey americano, con tostado medio y acabado en barricas de vinos de jerez. A la vista presenta un color caoba con notas doradas. Sus piernas caen lentamente, lo que muestra el cuerpo que ha logrado durante su añejamiento. En nariz se perciben notas de madera tostada, frutos secos, nueces, recuerdos de whiskey notas afrutadas, jerez y vainilla. En boca, una entrada que nos recuerda la caña de azúcar y su miel. También notas dulces y vegetales que luego dan paso a un sabor explosivo de madera, roble tostado, nueces y frutos secos. Un ron con final largo que deja en el posgusto notas de madera de roble tostado.
Se marida con queso parmesano con miel de abeja. La miel y el queso potencian las notas de madera, nueces y vainilla.
Limpiamos el paladar con agua y pasamos al segundo ron: Botrán 18. “Es un ron especial para Casa Botrán, de los primeros añejos que se elaboraron en la empresa. En su botella luce el 1893, año de nacimiento de Venancio Botrán Merino, el mayor de los hermanos Botrán y a quien se hace un homenaje”.
El ron es el resultado de mezclas de rones de 5 a 18 años de añejamiento pasado por cuatro barricas: whisky americano, tostado medio, vinos de Jerez y vinos de Oporto. “Debido a la barrica d e oporto hay un caoba profundo en el color. Se observan destellos rojizos”, destaca López. En nariz, percibimos ron balanceado con notas de miel de maple, cacao, chocolate y frutos rojos. En boca, se percibe una entrada de miel virgen pero inmediatamente invaden al paladar notas de chocolate, madera tostada, vainilla, frutos rojos y frutos maduros como naranja y uvas (aporte de las barrica de jerez) y chocolate y la miel de maple, (de las barricas de Oporto.
Maridamos con queso gouda con mermelada de naranja, para armonizar con las notas de fruta madura. La sensación es de dulzor, se potencia el cacao mientras que la grasa ayuda a complementar el ron. Final persistente de madera y cacao en el posgusto.
El tercer ron es Botrán Guatemalan Oak, uno de una colección limitada de cuatro rones cuyas características es un final en barricas diferentes. En este caso, explica la maestra ronera, luego de pasar por las cuatro barricas que utiliza la casa, la mezcla se finalizó en barrica de roble guatemalteco. “Las maderas nuevas de roble dan una característica robusta en madera tostada. Queríamos que se caracterizara por una nota extra en madera, pero solo la dejamos unos meses para que fuese un toque”, describe. El ron luce un caoba intenso con destellos dorados y rojizos, su cuerpo lo delata unas piernas muy lentas. En nariz, notas de madera y vainilla, caramelo, frutas secas. En boca, es más seco, muy especiado y amaderado. Destacan también notas de caramelo, cereza, notas ahumadas. Las barricas de oporto aportan esas notas a frutos rojos. Es un ron robusto, con mucha persistencia, sobre todo en notas amaderadas. Se Maridó con queso provolone ahumado, para armonizar las notas de madera potencializarlas.
El último ron de la cata es el Botrán Roajú, ron del cual se produce un volumen limitado cada año, con un acabado en barricas especiales. Elaborado con mezclas de rones entre ocho y 20 años de añejamiento. Su nombre es resultado de la mezcla de Roa, población de Ribera del Duero, de donde provienen los hermanos Botrán y Xelajú, (localidad guatemalteca que en legua indígena significa ‘entre 10’ [volcanes y montañas]). “Es la unión de dos culturas, de dos tierras y se produce en honor a los 100 años de la llegada de los hermanos Botrán a Guatemala”, detalla López.
Luego de su paso por las cuatro barricas de la línea, se termina en barricas que albergaron vinos de Ribera del Duero). Presenta un color cobrizo y a contraluz destellos dorados y rojizos, resultado de la combinación de barricas. En nariz es balanceado, con notas afrutadas: uvas, ciruela pasa, también miel de maple chocolate y frutos negros. En boca tiene una entrada dulce, afrutada, vegetal. El posgusto nos presenta notas de tofee. En efecto retronasal detectamos notas de cereza, vainilla, chocolate blanco y café.
Se maridó con queso mozarella y mermelada de frutos rojos para armonizar con las notas de frutos rojos que tiene el ron.
La oferta de rones, tanto locales como internacionales ha crecido considerablemente en Panamá. Solo basta darse una vuelta por las estanterías de licorerías especializadas y supermercados, ni se diga en actividades como el Panama Rumfest. Esta oferta ofrece nuevos productos así como otros que tienen una larga permanencia en el mercado. Uno de ellos, Ron Botrán, producto que goza de denominación de origen controlada como ron de Guatemala, que tiene una trayectoria de más de 80 años.
Pero la presentación de Botrán no es solemne ni señorial. Apela al color aqua de sus lagos y al colorido de sus flores y sus ricos textiles. Su eslogan, “Captura el color de la vida”, invita a ver el mundo de una forma optimista.
La presentación estuvo a cargo de tres mujeres cuya labor fue reconocida durante el festival y que forman parte de Women Leading Rum, agrupación internacional de la cual la panameña Larissa Arjona es su actual presidenta.
“Hemos ido abriendo nuestro propio camino”, dijo Alexandra Alfaro, Directora de marketing para Licores de Guatemala, al referirse a esta invitación a disfrutar la vida, a ‘tomar las bolas curvas que nos ofrece y convertirlas en algo positivo’. Posteriormente presentó la campaña publicitaria que se ha lanzado este año y que de a poco estará llegando a los 60 países donde Ron Botrán es comercializado.
Isabel Medina, Embajadora de Rones de Guatemala, se refirió a los orígenes de este producto, producido por los hermanos Botrán, que de llegaron desde España, se casaron con guatemaltecas y emprendieron en el negocio del ron aplicando ideas nuevas y diferentes. “Hacen un añejamiento dinámico, usan miel virgen de caña y no melaza”, menciona. La melaza, asegura, no es mala, pero la miel virgen es un elemento diferenciador y que aporta diferentes características organolépticas.
Su añejamiento es una adaptación del sistema solera, heredado de los vinos de Jerez, que implementan los hermanos Botrán a unos 1,300 metros de altura en las montañas de Quetzaltenengo, a un promedio de 14°C.
Recordó además que Botrán es una de las marcas que ostenta denominación de origen protegida como Ron de Guatemala, reconocida en la Unión Europea.
Para finalizar su presentación, informó que “Botrán es el primer ron sustentable”, distinción otorgada por la International Sustainability & Carbon Certification (ISCC) por los procesos y cuidados que han implementado en toda la cadena de producción, desde el cultivo hasta su distribución.
El plato fuerte, la degustación estuvo a manos de la Maestra Ronera Magda Reyes. Sobre la mesa, cuatro copas son servidas y se acompañan de una tabla con quesos y mermeladas. “Un maridaje diferente”, de acuerdo a la maestra. “El queso viene a complementar la caracterización de nuestros rones. Degustando un queso permitimos que el paladar tenga una capa grasosa que al unirlo con el ron hace un maridaje extraordinario”. Sobre la miel y mermeladas, comentó que un estudio realizado a nivel molecular certifica que los elementos que estas contienen potencian las características del ron.
La cata arranca con Botrán 12, elaborado con mezclas de rones con entre 5 y 12 años en tres barricas diferentes: que albergaron whiskey americano, con tostado medio y acabado en barricas de vinos de jerez. A la vista presenta un color caoba con notas doradas. Sus piernas caen lentamente, lo que muestra el cuerpo que ha logrado durante su añejamiento. En nariz se perciben notas de madera tostada, frutos secos, nueces, recuerdos de whiskey notas afrutadas, jerez y vainilla. En boca, una entrada que nos recuerda la caña de azúcar y su miel. También notas dulces y vegetales que luego dan paso a un sabor explosivo de madera, roble tostado, nueces y frutos secos. Un ron con final largo que deja en el posgusto notas de madera de roble tostado.
Se marida con queso parmesano con miel de abeja. La miel y el queso potencian las notas de madera, nueces y vainilla.
Limpiamos el paladar con agua y pasamos al segundo ron: Botrán 18. “Es un ron especial para Casa Botrán, de los primeros añejos que se elaboraron en la empresa. En su botella luce el 1893, año de nacimiento de Venancio Botrán Merino, el mayor de los hermanos Botrán y a quien se hace un homenaje”.
El ron es el resultado de mezclas de rones de 5 a 18 años de añejamiento pasado por cuatro barricas: whisky americano, tostado medio, vinos de Jerez y vinos de Oporto. “Debido a la barrica d e oporto hay un caoba profundo en el color. Se observan destellos rojizos”, destaca López. En nariz, percibimos ron balanceado con notas de miel de maple, cacao, chocolate y frutos rojos. En boca, se percibe una entrada de miel virgen pero inmediatamente invaden al paladar notas de chocolate, madera tostada, vainilla, frutos rojos y frutos maduros como naranja y uvas (aporte de las barrica de jerez) y chocolate y la miel de maple, (de las barricas de Oporto.
Maridamos con queso gouda con mermelada de naranja, para armonizar con las notas de fruta madura. La sensación es de dulzor, se potencia el cacao mientras que la grasa ayuda a complementar el ron. Final persistente de madera y cacao en el posgusto.
El tercer ron es Botrán Guatemalan Oak, uno de una colección limitada de cuatro rones cuyas características es un final en barricas diferentes. En este caso, explica la maestra ronera, luego de pasar por las cuatro barricas que utiliza la casa, la mezcla se finalizó en barrica de roble guatemalteco. “Las maderas nuevas de roble dan una característica robusta en madera tostada. Queríamos que se caracterizara por una nota extra en madera, pero solo la dejamos unos meses para que fuese un toque”, describe. El ron luce un caoba intenso con destellos dorados y rojizos, su cuerpo lo delata unas piernas muy lentas. En nariz, notas de madera y vainilla, caramelo, frutas secas. En boca, es más seco, muy especiado y amaderado. Destacan también notas de caramelo, cereza, notas ahumadas. Las barricas de oporto aportan esas notas a frutos rojos. Es un ron robusto, con mucha persistencia, sobre todo en notas amaderadas. Se Maridó con queso provolone ahumado, para armonizar las notas de madera potencializarlas.
El último ron de la cata es el Botrán Roajú, ron del cual se produce un volumen limitado cada año, con un acabado en barricas especiales. Elaborado con mezclas de rones entre ocho y 20 años de añejamiento. Su nombre es resultado de la mezcla de Roa, población de Ribera del Duero, de donde provienen los hermanos Botrán y Xelajú, (localidad guatemalteca que en legua indígena significa ‘entre 10’ [volcanes y montañas]). “Es la unión de dos culturas, de dos tierras y se produce en honor a los 100 años de la llegada de los hermanos Botrán a Guatemala”, detalla López.
Luego de su paso por las cuatro barricas de la línea, se termina en barricas que albergaron vinos de Ribera del Duero). Presenta un color cobrizo y a contraluz destellos dorados y rojizos, resultado de la combinación de barricas. En nariz es balanceado, con notas afrutadas: uvas, ciruela pasa, también miel de maple chocolate y frutos negros. En boca tiene una entrada dulce, afrutada, vegetal. El posgusto nos presenta notas de tofee. En efecto retronasal detectamos notas de cereza, vainilla, chocolate blanco y café.
Se maridó con queso mozarella y mermelada de frutos rojos para armonizar con las notas de frutos rojos que tiene el ron.