Taboga, 500 años de fervor, historia y tradición
- 30/06/2024 13:46
- 28/06/2024 19:13
¿Conoce estos datos sobre la isla de Taboga? Hoy, 29 de junio, la isla de Taboga celebra 500 años de su fundación. La fecha coincide con la festividad de Pedro y Pablo. Por ello, inicialmente la isla se llamaría San Pedro. Luego, se le conoció como San Pedro de Taboga y más adelante, sencillamente Taboga, aunque sus habitantes nunca olvidarían a su santo patrono.
Estos 500 años se festejarán con todo el fervor y la tradición que caracteriza a los taboganos.
“Los preparativos se iniciaron hace unos 8cho, nueve meses”, dice Joel Boutet, miembro del Consejo Pastoral. “Por parte de la Iglesia se va se va a dar inicio al Año Santo de indulgencia que va a partir del 29 de junio de este año hasta el 29 de junio del próximo año. Entonces por parte de nosotros y la comunidad se ha visto muchísima alegría en esta preparación”, explica Boutet.
La celebración es muy tradicional. “Esa transmisión de costumbres se ve muy ligada en este pueblo por medio de la Iglesia, su fe y principalmente con la religión que nos llegó como herencia de parte de nuestros ancestros que nos han dejado un tesoro que al día de hoy todavía se conserva y se vive de manera grata en el corazón de la comunidad”, afirma.
En horas de la mañana, el santo sale de la iglesia y es llevado por los feligreses a una procesión acuática alrededor de la isla. “Este siempre ha sido un pueblo de pescadores. Se sabe que los primeros pescadores sí tenían esa esa iniciativa de llevar a San Pedro al mar para bendecir su pesca, bendecir el trabajo que realizan cada día”, comenta Boutet.
“Antes había dos San Pedros: San Pedro parrandero y San Pedro el de la Iglesia”, dice Magaly Ricord, alcaldesa de Taboga. Como hija de pescador artesanal y de madre interiorana y habiendo vivido siempre en la isla, las fiestas patronales han tenido un significado muy importante. “El San Pedro parrandero era de los pescadores que hacían su paseo acuático y le cantan cumpleaños a San Pedro ese día pensé que ese día el santo no cumple años. Y la Iglesia pues obviamente con sus reglas, mantienen sus ritos y celebran la fundación de la Iglesia. Pero con el pasó del tiempo hemos logrado unir los dos San Pedro y al final tenemos una gran celebración, en la que la Asociación de Pescadores de Taboga ha tenido un papel muy importante”, destaca Ricord.
“Tenemos una vigilia, que organiza el Municipio de Taboga desde que tuvimos la autorización luego de la pandemia. Se hace después de la misa y la novena, participa la gente de la comunidad, los niños, ahí se le canta a San Pedro se bendicen unas velas y esas velas, se les regala a los pescadores artesanales de la isla como una bendición. El sacerdote baja bendice las velas y se reparte chocolate caliente, emparedaditos”, cuenta la alcaldesa.
De madrugada, los pescadores de la isla comienzan a preparar un sancocho de mariscos para regalarle los lugareños y visitantes. “Lo más importante, es que todo es una colaboración voluntaria de los pescadores”, agrega Ricord.
San Pedro es llevado en andas desde la iglesia hasta una barca, para la procesión acuática que, de haber buen tiempo, dará la vuelta alrededor de la isla y si no, llegará a puntos específicos establecidos. Lo acompañarán los pescadores y sus familias, además de una murga. “Luego de ese recorrido volvemos a la playa San Pedro y ahí se hace un convivio, la gente lleva sus coolers, hay un poco de música, se le canta el cumpleaños a San Pedro con un pastel que se le reparte a todos, principalmente a los niños y la gente va a buscar su sancocho”, afirma Ricord.
“En la tarde, a las 5:00 pm se llevará a cabo la misa solemne que será oficiada por monseñor José Domingo Ulloa y las actividades del día se cierran con la procesión terrestre por las calles de la comunidad, así es que un programa bastante rico, bastante llamativo que permite que las personas y visitantes que estén por acá puedan disfrutar y vivir lo que se expresa en su el corazón,”, detalla Boutet.
Se puede detallar por qué las celebraciones taboganas son únicas. “Las patronales han cambiado un poquito, pero siempre se han mantenido las costumbres. Se hace la procesión acuática, la procesión terrestre, se hace la misa campal, participa toda la comunidad”, dice Dimas Batista, oriundo de Taboga.
De la iglesia, edificio que ya cuenta con 375 años de existencia, se desprenden algunas tradiciones que no se repiten en ningún lugar. “Las campanas las tocan con piedras, pero le cogen el son. Se tocan todos los días que hay misa, tres veces. Y para la fiesta, todo el día están las campanas”, describe Batista. Y, ¿quiénes lo nacen? “Los muchachitos... cómo saben... y hasta las mujeres...”. Esta tradición viene de una ocasión en la que se rompió el badajo de la campana – hace muchos años atrás- y para hacerla sonar una persona debía subir al campanario y golpearla con una piedra. Para diferenciar las actividades, uno de los moradores ideó toques diferentes “para la misa, para bautizo, para entierro, para el rosario, para la misa de novena... se han identificado más de 20 toques diferentes. Esto se ha registrado porque es parte del patrimonio inmaterial de la isla”, explica Mariela Arce, presidenta de la Fundación Pro Patrimonio de Taboga.
La imagen de San Pedro es antigua y su existencia está envuelta en leyendas populares. San Pedro, ubicado en la parte más alta del retablo principal, sobrevivió a un incendio durante un ataque pirata, que afectó a todo el templo. La figura no pudo ser retirada a tiempo, pero para sorpresa de todos, no sufrió ningún daño.
“Para nosotros Taboga es una perla del Pacífico no descubierta, no aprovechada. Es un tesoro patrimonial de todo el país que no ha sido atendido y valorado como se debe. Por eso nuestro propósito es recuperar esa memoria histórica, recuperar ese valor que tiene para la nación todo lo que es el conjunto monumental de Taboga, a la vez, desarrollar una cultura de paz ”, declara Mariela Arce.
Para Arce, los principales retos que tiene la fundación Pro Patrimonio de Taboga es combatir la indolencia de las autoridades nacionales. “Para nosotros este nuevo gobierno tiene un reto muy importante que es ayudar a recuperar y restaurar el templo de la parroquia de San Pedro de Taboga, recuperar los vestigios coloniales que están en el Casco Colonial de la isla, recuperar todo lo que está testimoniando la presencia del Canal Francés, de los Estados Unidos. En el morro hay infinidad de vestigios monumentales aquí incluyendo unos búnkers de la Primera y Segunda Guerra Mundial y podríamos seguir enumerando pero realmente Taboga es toda una joya histórica que hay que recuperar y de la mano de los responsables que son las autoridades porque las inversiones son de tal magnitud y de tan complejidad las restauraciones que por más buena voluntad que tenga un pueblo que ama a su parroquia no puede solo. Patrimonio histórico tiene que estar presente”, sostiene.
En este punto, coincide Ricord. “La historia nos dice que la Iglesia de Taboga es la segunda iglesia más antigua del hemisferio y nosotros consideramos que es así. Y ese es el valor tan importante que tenemos. Lastimosamente pensamos que el Gobierno, el Estado o Patrimonio Histórico debería enfocarse más en la isla de Taboga. Pese de que hemos mandado diferentes tipos de notas, pidiendo esa ayuda y ese reconocimiento, no lo hemos logrado”, lamenta.
La fundación, por su parte, avanza en un estudio estructural del templo, cuyo objetivo es “actualizar los estudios anteriores que no se utilizaron y recuperar la situación para que se dé inicio a un proceso de restauración de manera científica y técnicamente bien dirigida”, resalta Arce. “El estudio fue elaborado por Damaris de Borrero de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Panamá, lo entregamos finalmente el domingo pasado. Contiene muchos datos y detalles de todo lo que implicaría este trabajo de restauración”, agrega.
Magaly Ricord finaliza el día de hoy su gestión alcaldicia. Aun así, “espero como miembro de la comunidad contar con más apoyo del Estado del gobierno de Cultura de Patrimonio Histórico, que puedan mirar la belleza y la Iglesia que nosotros mantenemos tratamos de conservar que necesita esa mano aliada y puedan ayudarnos a repararla para mantenerla en pie. Ella se ha mantenido realmente por las actividades que realiza la propia comunidad, la iglesia con sus grupos de colaboradores”, concluye.
Cinco siglos de historia
El 29 de junio, fiesta de San Pedro y San Pablo, en el año de 1524 el padre Hernando de Luque fundó San Pedro de Taboga, comunidad en una isla muy cercana a la ciudad de Panamá, primera ciudad establecida a orillas del Mar del Sur, cinco años atrás. La isla serviría como puerto para naves de gran tamaño que, debido a las aguas poco profundas en la bahía, no podían llegar hasta la ciudad.
En Taboga se planificaría la conquista del imperio Inca y desde allí, iniciarían los viajes que llevarían a Francisco Pizarro y Diego de Almagro a establecer los territorios que se conocerían más adelante como Perú, Ecuador, Bolivia y Chile.
El poblado se revistió de cierta importancia debido a su posición estratégica frente a la ciudad. Esto también fue aprovechado por piratas que, después de alcanzada la circunnavegación de la tierra por Juan Sebastián Elcano, en 1522, aprovecharon la ruta para dedicarse al pillaje. La historia cuenta que Henry Morgan había puesto sus ojos en Taboga luego de la destrucción de Panamá la Vieja; William Dampier y Richard Hawkins utilizaron la isla como refugio o lugar de abastecimiento.
Durante las guerras de independencia hispanoamericanas la población de Taboga, fiel al imperio español, fue uno de los objetivos del Rosa de los Andes, una corbeta que desde Chile partió con la misión de atacar embarcaciones con la bandera española y en la costa occidental de América, pero también de ser posible, alentar y apoyar militarmente los esfuerzos patriotas en los diversos lugares a los que se presentara. El buque atacó a la guarnición realista que defendía la isla y posteriormente destruyó el poblado como represalia. La iglesia fundada por el padre Luque fue demolida.
A mediados del siglo XIX la isla logró protagonismo por el movimiento naviero que generó la fiebre del Oro. La isla albergó varias empresas dedicadas al negocio del transporte marítimo y llegó a tener incluso un astillero.
Para cuando se estableció la compañía universal del Canal de Panamá, por los franceses, en Taboga se estableció una residencia de descanso en la que se restablecía de accidentes o enfermedades algunos trabajadores. Allí estuvo recluido el pintor Paul Gaughin, antes de dirigirse a Martinica y luego a Tahití, donde finalmente se estableció.
Los padres Isabel Flores Oliva, conocida como Santa Rosa de Lima, vivieron en Taboga y de allí partieron para establecerse en Lima, Perú. Todavía se debate si Santa rosa de Lima nació en Taboga o en Lima, Perú.
Bernardo Domínguez Alba, uno de los más reconocidos escritores panameños, cuyo seudónimo fue Rogelio Sinán, nació en Taboga y plasmó muchos elementos culturales y sociales de la isla en sus obras. En una de las esquinas de la plaza,
El pintor Roberto Lewis plasmó en el Palacio de las garzas un fresco denominado Los Tamarindos, inspirado en los árboles de tamarindo de la isla. Todavía se puede identificar la cabaña que habitaba en la isla.
Hoy, 29 de junio, la isla de Taboga celebra 500 años de su fundación. La fecha coincide con la festividad de Pedro y Pablo. Por ello, inicialmente la isla se llamaría San Pedro. Luego, se le conoció como San Pedro de Taboga y más adelante, sencillamente Taboga, aunque sus habitantes nunca olvidarían a su santo patrono.
Estos 500 años se festejarán con todo el fervor y la tradición que caracteriza a los taboganos.
“Los preparativos se iniciaron hace unos 8cho, nueve meses”, dice Joel Boutet, miembro del Consejo Pastoral. “Por parte de la Iglesia se va se va a dar inicio al Año Santo de indulgencia que va a partir del 29 de junio de este año hasta el 29 de junio del próximo año. Entonces por parte de nosotros y la comunidad se ha visto muchísima alegría en esta preparación”, explica Boutet.
La celebración es muy tradicional. “Esa transmisión de costumbres se ve muy ligada en este pueblo por medio de la Iglesia, su fe y principalmente con la religión que nos llegó como herencia de parte de nuestros ancestros que nos han dejado un tesoro que al día de hoy todavía se conserva y se vive de manera grata en el corazón de la comunidad”, afirma.
En horas de la mañana, el santo sale de la iglesia y es llevado por los feligreses a una procesión acuática alrededor de la isla. “Este siempre ha sido un pueblo de pescadores. Se sabe que los primeros pescadores sí tenían esa esa iniciativa de llevar a San Pedro al mar para bendecir su pesca, bendecir el trabajo que realizan cada día”, comenta Boutet.
“Antes había dos San Pedros: San Pedro parrandero y San Pedro el de la Iglesia”, dice Magaly Ricord, alcaldesa de Taboga. Como hija de pescador artesanal y de madre interiorana y habiendo vivido siempre en la isla, las fiestas patronales han tenido un significado muy importante. “El San Pedro parrandero era de los pescadores que hacían su paseo acuático y le cantan cumpleaños a San Pedro ese día pensé que ese día el santo no cumple años. Y la Iglesia pues obviamente con sus reglas, mantienen sus ritos y celebran la fundación de la Iglesia. Pero con el pasó del tiempo hemos logrado unir los dos San Pedro y al final tenemos una gran celebración, en la que la Asociación de Pescadores de Taboga ha tenido un papel muy importante”, destaca Ricord.
“Tenemos una vigilia, que organiza el Municipio de Taboga desde que tuvimos la autorización luego de la pandemia. Se hace después de la misa y la novena, participa la gente de la comunidad, los niños, ahí se le canta a San Pedro se bendicen unas velas y esas velas, se les regala a los pescadores artesanales de la isla como una bendición. El sacerdote baja bendice las velas y se reparte chocolate caliente, emparedaditos”, cuenta la alcaldesa.
De madrugada, los pescadores de la isla comienzan a preparar un sancocho de mariscos para regalarle los lugareños y visitantes. “Lo más importante, es que todo es una colaboración voluntaria de los pescadores”, agrega Ricord.
San Pedro es llevado en andas desde la iglesia hasta una barca, para la procesión acuática que, de haber buen tiempo, dará la vuelta alrededor de la isla y si no, llegará a puntos específicos establecidos. Lo acompañarán los pescadores y sus familias, además de una murga. “Luego de ese recorrido volvemos a la playa San Pedro y ahí se hace un convivio, la gente lleva sus coolers, hay un poco de música, se le canta el cumpleaños a San Pedro con un pastel que se le reparte a todos, principalmente a los niños y la gente va a buscar su sancocho”, afirma Ricord.
“En la tarde, a las 5:00 pm se llevará a cabo la misa solemne que será oficiada por monseñor José Domingo Ulloa y las actividades del día se cierran con la procesión terrestre por las calles de la comunidad, así es que un programa bastante rico, bastante llamativo que permite que las personas y visitantes que estén por acá puedan disfrutar y vivir lo que se expresa en su el corazón,”, detalla Boutet.
Se puede detallar por qué las celebraciones taboganas son únicas. “Las patronales han cambiado un poquito, pero siempre se han mantenido las costumbres. Se hace la procesión acuática, la procesión terrestre, se hace la misa campal, participa toda la comunidad”, dice Dimas Batista, oriundo de Taboga.
De la iglesia, edificio que ya cuenta con 375 años de existencia, se desprenden algunas tradiciones que no se repiten en ningún lugar. “Las campanas las tocan con piedras, pero le cogen el son. Se tocan todos los días que hay misa, tres veces. Y para la fiesta, todo el día están las campanas”, describe Batista. Y, ¿quiénes lo nacen? “Los muchachitos... cómo saben... y hasta las mujeres...”. Esta tradición viene de una ocasión en la que se rompió el badajo de la campana – hace muchos años atrás- y para hacerla sonar una persona debía subir al campanario y golpearla con una piedra. Para diferenciar las actividades, uno de los moradores ideó toques diferentes “para la misa, para bautizo, para entierro, para el rosario, para la misa de novena... se han identificado más de 20 toques diferentes. Esto se ha registrado porque es parte del patrimonio inmaterial de la isla”, explica Mariela Arce, presidenta de la Fundación Pro Patrimonio de Taboga.
La imagen de San Pedro es antigua y su existencia está envuelta en leyendas populares. San Pedro, ubicado en la parte más alta del retablo principal, sobrevivió a un incendio durante un ataque pirata, que afectó a todo el templo. La figura no pudo ser retirada a tiempo, pero para sorpresa de todos, no sufrió ningún daño.
“Para nosotros Taboga es una perla del Pacífico no descubierta, no aprovechada. Es un tesoro patrimonial de todo el país que no ha sido atendido y valorado como se debe. Por eso nuestro propósito es recuperar esa memoria histórica, recuperar ese valor que tiene para la nación todo lo que es el conjunto monumental de Taboga, a la vez, desarrollar una cultura de paz ”, declara Mariela Arce.
Para Arce, los principales retos que tiene la fundación Pro Patrimonio de Taboga es combatir la indolencia de las autoridades nacionales. “Para nosotros este nuevo gobierno tiene un reto muy importante que es ayudar a recuperar y restaurar el templo de la parroquia de San Pedro de Taboga, recuperar los vestigios coloniales que están en el Casco Colonial de la isla, recuperar todo lo que está testimoniando la presencia del Canal Francés, de los Estados Unidos. En el morro hay infinidad de vestigios monumentales aquí incluyendo unos búnkers de la Primera y Segunda Guerra Mundial y podríamos seguir enumerando pero realmente Taboga es toda una joya histórica que hay que recuperar y de la mano de los responsables que son las autoridades porque las inversiones son de tal magnitud y de tan complejidad las restauraciones que por más buena voluntad que tenga un pueblo que ama a su parroquia no puede solo. Patrimonio histórico tiene que estar presente”, sostiene.
En este punto, coincide Ricord. “La historia nos dice que la Iglesia de Taboga es la segunda iglesia más antigua del hemisferio y nosotros consideramos que es así. Y ese es el valor tan importante que tenemos. Lastimosamente pensamos que el Gobierno, el Estado o Patrimonio Histórico debería enfocarse más en la isla de Taboga. Pese de que hemos mandado diferentes tipos de notas, pidiendo esa ayuda y ese reconocimiento, no lo hemos logrado”, lamenta.
La fundación, por su parte, avanza en un estudio estructural del templo, cuyo objetivo es “actualizar los estudios anteriores que no se utilizaron y recuperar la situación para que se dé inicio a un proceso de restauración de manera científica y técnicamente bien dirigida”, resalta Arce. “El estudio fue elaborado por Damaris de Borrero de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Panamá, lo entregamos finalmente el domingo pasado. Contiene muchos datos y detalles de todo lo que implicaría este trabajo de restauración”, agrega.
Magaly Ricord finaliza el día de hoy su gestión alcaldicia. Aun así, “espero como miembro de la comunidad contar con más apoyo del Estado del gobierno de Cultura de Patrimonio Histórico, que puedan mirar la belleza y la Iglesia que nosotros mantenemos tratamos de conservar que necesita esa mano aliada y puedan ayudarnos a repararla para mantenerla en pie. Ella se ha mantenido realmente por las actividades que realiza la propia comunidad, la iglesia con sus grupos de colaboradores”, concluye.
Cinco siglos de historia
El 29 de junio, fiesta de San Pedro y San Pablo, en el año de 1524 el padre Hernando de Luque fundó San Pedro de Taboga, comunidad en una isla muy cercana a la ciudad de Panamá, primera ciudad establecida a orillas del Mar del Sur, cinco años atrás. La isla serviría como puerto para naves de gran tamaño que, debido a las aguas poco profundas en la bahía, no podían llegar hasta la ciudad.
En Taboga se planificaría la conquista del imperio Inca y desde allí, iniciarían los viajes que llevarían a Francisco Pizarro y Diego de Almagro a establecer los territorios que se conocerían más adelante como Perú, Ecuador, Bolivia y Chile.
El poblado se revistió de cierta importancia debido a su posición estratégica frente a la ciudad. Esto también fue aprovechado por piratas que, después de alcanzada la circunnavegación de la tierra por Juan Sebastián Elcano, en 1522, aprovecharon la ruta para dedicarse al pillaje. La historia cuenta que Henry Morgan había puesto sus ojos en Taboga luego de la destrucción de Panamá la Vieja; William Dampier y Richard Hawkins utilizaron la isla como refugio o lugar de abastecimiento.
Durante las guerras de independencia hispanoamericanas la población de Taboga, fiel al imperio español, fue uno de los objetivos del Rosa de los Andes, una corbeta que desde Chile partió con la misión de atacar embarcaciones con la bandera española y en la costa occidental de América, pero también de ser posible, alentar y apoyar militarmente los esfuerzos patriotas en los diversos lugares a los que se presentara. El buque atacó a la guarnición realista que defendía la isla y posteriormente destruyó el poblado como represalia. La iglesia fundada por el padre Luque fue demolida.
A mediados del siglo XIX la isla logró protagonismo por el movimiento naviero que generó la fiebre del Oro. La isla albergó varias empresas dedicadas al negocio del transporte marítimo y llegó a tener incluso un astillero.
Para cuando se estableció la compañía universal del Canal de Panamá, por los franceses, en Taboga se estableció una residencia de descanso en la que se restablecía de accidentes o enfermedades algunos trabajadores. Allí estuvo recluido el pintor Paul Gaughin, antes de dirigirse a Martinica y luego a Tahití, donde finalmente se estableció.
Los padres Isabel Flores Oliva, conocida como Santa Rosa de Lima, vivieron en Taboga y de allí partieron para establecerse en Lima, Perú. Todavía se debate si Santa rosa de Lima nació en Taboga o en Lima, Perú.
Bernardo Domínguez Alba, uno de los más reconocidos escritores panameños, cuyo seudónimo fue Rogelio Sinán, nació en Taboga y plasmó muchos elementos culturales y sociales de la isla en sus obras. En una de las esquinas de la plaza,
El pintor Roberto Lewis plasmó en el Palacio de las garzas un fresco denominado Los Tamarindos, inspirado en los árboles de tamarindo de la isla. Todavía se puede identificar la cabaña que habitaba en la isla.