Vida y cultura

El discurso como preludio de reflexiones contrapuestas para construir un mejor Panamá

El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, durante su discurso ante la Asamblea Nacional, el pasado 2 de enero.
Actualizado
  • 21/01/2024 00:00
Creado
  • 20/01/2024 15:30

Aunque se traten de sustituciones léxicas, el gobierno nacional, el Estado panameño o jefe del ejecutivo, el sujeto o la figura (visto desde la gramática), quien realiza la acción, puede evadir responsabilidades. No es lo mismo ubicar la responsabilidad en una persona o en una institución

El 2 de enero de 2024, el presidente pronunció un discurso con la intención de informar al país la gestión de su gobierno. Dado en la Asamblea Nacional (AN) y compartido por medios oficiales de comunicación, adquiere un atributo particular, es un “mensaje a la nación y/o informe al país”.

Una breve aproximación al análisis del discurso (en adelante, AD) toma en cuenta su contexto. El AD como parte de las ciencias del lenguaje permite el estudio de objetos tan complejos que requieren atención para el saber general en una sociedad. Por un lado, es “un discurso oficial” y, por otro lado, “político”. Lo “oficial “se acredita al propio sistema que establece sus parámetros: el presidente cumple su deber constitucional, en la AN, ante otras figuras de poder político y se difunde por canales autorizados. Un discurso fuera de este “ambiente” difícilmente sería oficial. Lo “político” corresponde al trabajo de un grupo de actores políticos partidistas que ameritan resaltar sus logros en comparación de otros agentes.

El AD parte de una evidencia: el propio discurso, texto oral o escrito, aplica en su interpretación posiciones teóricas interdisciplinarias, p.ej. la “teoría de la valoración”. Supongamos que no exista un medio de comunicación con signos, formas o gestos, sistemas u otro recurso que permita dar un mensaje. El conocimiento de la sociedad sería muy limitado. Brevemente, comparto, a manera de conocer más esa Panamá expuesta en el discurso del presidente, elementos discursivos que sirven para “administrar un país”. Considero las implicaciones de fondo que se resaltan entre comillas.

Complementos argumentativos

En primer lugar, las referencias internacionales ¿cuáles son las ideas de fondo? “El conflicto de Ucrania” ha sido político y “la pandemia” fue una crisis sanitaria. Esto implica que la labor de gobernar es difícil, enmarca una distinción sobre otros gobiernos, ya que son eventos internacionales. Los logros son referidos con la estima de organismos o entidades internacionales, p. ej.: “BID, Banco Mundial, ONU” (Informe sobre el estado mundial de la salud alimentaria), el “Consejo de las Américas”, entre otros.

También es un país reconocido por su “liderazgo mundial azul, carbono negativo y su combate contra la corrupción”. Esto fortalece los argumentos que consideran una forma de gobierno ejemplar, ya que se gobierna en contextos de crisis sanitarias, políticas y económicas.

En segundo lugar, los datos (cifras, fechas, entre otros) funcionan como complementos vinculantes del actuar político; por lo tanto, persuaden al oyente para validar los hechos, las obras y la gestión administrativa, p. ej.:

7 % del PIB, 54 meses de gestión, 30 días de consultas públicas, 1,382 obras de estructuras mayores, tasa de inflación del 6 %, ocupó el 5.º, el crecimiento económico de 15.8 %, 10.8 % y 7 %.

¿Cuáles son las otras referencias internacionales sobre la “imagen” de Panamá? ¿Qué otros datos se contraponen al crecimiento económico? Las crisis mencionadas parecieran ser las únicas. No obstante, se debe discutir en la administración pública “la corrupción que” impide el desarrollo de políticas de Estado y no de gobierno. Además, contribuir, realmente por medio de acciones, a la crisis climática.

Inclusión y exclusión

¿Alguna vez, estimado lector has percibido la exclusión o la inclusión de un grupo con determinado fin? Comúnmente se construye un discurso que parte, en el primer caso, del yo hacia el “otro”; en el segundo, del “mi” país hasta “nuestro” país.

(...) Para nuestro país, continúa siendo disminuir la brecha (...); nos demuestra (a nosotros) cómo por canales legales (...); nuestra administración; si no hubiéramos trabajado en la salud, lo social y lo económico, (...); este informe muestra los logros alcanzados por nuestro país; (...) nada puede estar por encima del amor de nuestra patria; mi gobierno (...) y mi administración (...)

¿Por qué el uso de “nuestro”, “nos”, “nosotros” o “hubiéramos” incluye en ocasiones las responsabilidades, apropia el amor terruño o asume una conclusión del ciudadano? Coincide el sentido de pertenencia a un país con el ciudadano nuestro país; todos queremos el bien para nuestro país. Ahora bien, las acciones legítimas de ese país corresponden al poder simbólico y políticos (instituciones o personas). No recaen en toda la ciudadanía; por lo tanto, en determinados casos, es una nuestra patria y en otros mi gobierno.

Apreciaciones y atribuciones

Es posible aproximarse a la idea o la realidad que expresa un agente político de poder. Se construye y se comparte las acciones que están a favor de los ciudadanos panameños: la aprobación de contratos, la asignación de un presupuesto o la extensión de programas de asistencia social. Sin embargo, el yo ubica a un agente de poder que refiere una realidad de otro compartida o no.

(...) “con independencia de los beneficios” que garantizaba un nuevo contrato; la aprobación de su presupuesto “sin recorte”; población “organizada”, las elecciones en un ambiente “de tolerancia”, “respeto”, “y derecho a” elegir libremente (...); no “es fácil” para la gestión de gobierno; “ningún otro gobierno enfrentó” tantos desafíos; (...) la justicia “es la columna” de la democracia.

Es indispensable visibilizar cómo el agente de poder trasmite un hecho o idea. Los beneficios de un contrato minero fueron promulgados por este mismo actor. Sin embargo, la cuestión de fondo es en qué condiciones se da el progreso de un país y qué modelo de desarrollo económico (no sostenible) asumen los actores políticos sin tomar en cuenta la opinión y criterios críticos de toda la sociedad panameña. Un presupuesto sin recorte manifiesta quién tiene el poder político para mantener las acciones de una institución; por lo tanto, subyace la idea de obrar según el sistema político y económico.

Desdoblamientos de responsabilidades

El discurso oficial, institucional o político, posibilita los cambios de roles: se es presidente, un ciudadano panameño, una institución, un agente, entre otros. En contraste, los discursos que se oponen (los panameños, la sociedad civil, los líderes), quien está colectivizado, es impersonal, se encuentra difícilmente en el mismo escenario oficial, legítimo e institucional.

[yo] “Tengo el compromiso personal” como jefe del ejecutivo para una transición ordenada (...); “el gobierno nacional” ya informó al país; “para nuestro país” continúa siendo disminuir la brecha digital (...); “el Estado panameño dejó de recibir” ingresos corrientes; “hice” del respeto a la justicia de “mi gobierno” para la independencia (...); nunca “he faltado” al compromiso de informar al país; “comunicó” oportunamente sobre un nuevo contrato.

Aunque se trate de sustituciones léxicas (el gobierno nacional, el Estado panameño o jefe del ejecutivo), el sujeto o la figura (visto desde la gramática), quien realiza la acción, puede evadir responsabilidades. No es lo mismo ubicar la responsabilidad en una persona o en una institución. De la misma manera, esto permite cuestionar el propio verbo que acompaña sus acciones, p. ej.: lo que se hace ¿es un deber, una obligación, el trabajo asignado? o, por el contrario, ¿es un derecho, un favor, una deferencia?

Asumimos diversos roles sociales desde la antigüedad, estos se han mantenido y evidenciado en nuestra capacidad para comunicarnos. Merece especial atención para la sociedad de hoy escuchar detenidamente a los representantes políticos y agentes de poder, ya que implica cómo se construye el bienestar social justo para todos.

El autor es Investigador y profesor asistente en la Universidad de Panamá.

Pensamiento Social (PESOC) está conformado por un grupo de profesionales de las Ciencias Sociales que, a través de sus aportes, buscan impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de estas disciplinas.
Su propósito es presentar a la población temas de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.