- 02/11/2024 00:00
- 01/11/2024 16:51
¡Qué manera de quererte, Panamá!
Aunque corto el tiempo que tuve para deleitarme con
el murmullo de tus rompeolas, el sonido penetró y
fluyó por mis venas para arrullar a distancia tu
recuerdo.
¡Qué manera de quererte, Panamá!
La de aquellos veranos de sol opaco por las quemas...
con salomas... entre los cerros de apamates floridos;
tú en el delicioso jugo de un trozo de caña y en la
melcocha de la paila del trapiche; tú retozando
conmigo en el juego de rayuela... luz de los cocuyitos
y estrellas titilantes que veía entre las hojas de
palma de mi jorón... tú.
¡Qué manera de quererte, Panamá!
Tú en las almejas de la playa que recogía para cocinar
mi arroz, en el raspar del “concolón”, en el bollito con
coco del desayuno, en el pivá, en el chicheme, en el
gusanito del guandú.
¡Qué manera de quererte, Panamá!
Tú presente en mi al soltarme las trenzas para
hundirme en las frescas y cantarinas aguas de tus
ríos... en mi mientras flotaba mirando al sol atrapado
entre las ramas del caimito, la guaba, el algarrobo...
escuchando la desordenada sinfonía del cantar de los
pájaros. Tú...
¡Qué manera de quererte, Panamá!
Cuando te dije adiós en la edad de los ensueños ya sel
levaban mis ojos tu verdor, tus ríos, el recoveco de tus
calles en subidas y bajadas... En mi voz tu cadencia al
hablar... En mi piel el sol y la sal de tus mares.
Pasan los años y esta nostalgia no pasa. Se adhirió a ti
cual la hiedra, cual la ostra en el peñasco, cual la perla
dentro de la concha y cual el canto de tunas dentro del
caracol.
¡Qué manera tengo de quererte, Panamá!
Del libro A veces sabe a limón otras a caramelo