Los sistemas de parques urbanos: organización, gestión y mantenimiento de los espacios verdes y de recreación en Panamá
- 20/09/2024 20:36
- 20/09/2024 19:18
No existe un inventario preciso sobre los parques a nivel nacional, ni siquiera distrital. Estos espacios, con características muy variadas a cedes dependen de la filantropía, a falta de apoyo gubernamental Los parques y espacios abiertos urbanos han de ser un componente crítico del patrimonio recreativo y natural de las ciudades. Los parques urbanos de las ciudades del país varían en tamaño y tipo. La ciudad de Panamá cuenta con más de 500 parques distribuidos en diferentes corregimientos. Sin embargo, el número exacto es impreciso, por una parte, debido a la inexistencia de un inventario y catálogo tanto a nivel nacional, provincial e incluso distrital. Por otro lado, caracterizar y describir estos recursos puede llegar a ser complejo, dada su variedad y características.
Un pasado reciente Los parques en Panamá son elementos urbanos que surgieron a fines del siglo XIX. En los entornos urbanos de las ciudades, las plazas urbanas adquirieron un carácter de parque que se evidencia en los núcleos históricos: parque Catedral, parque 5 de noviembre en Colón, parque 8 de diciembre en Penonomé o el parque Simón Bolívar en Isla Colón de Bocas del Toro, etc. Durante el siglo XX, en todo el país, se construyeron muy pocos nuevos, más allá de algunos parques vecinales de urbanizaciones como Bella Vista (Urracá), El Cangrejo (Andrés Bello) u Obarrio (Harry Strunz) en la ciudad de Panamá. El hito más importante fue el cambio de uso del Club de Golf a Parque Municipal en 1973. De las áreas revertidas de la antigua Zona del Canal se heredaron algunos parques y centros de recreación en Clayton, Balboa, Paraíso, Gamboa y su concepto de ‘ciudad jardín”. Durante el siglo XXI se han incorporado otros recientes más hacia el concepto de parque lineal como la cinta costera en sus diferentes etapas (2009-2014) además de la adecuación de la calzada de Amador (2017). Esta iniciativa se ha repetido con el Paseo Marino (2019) en la ciudad de Colón. La explosión en la demanda de servicios urbanos en el interior se está viendo reflejado con la creación del parque Metropolitano (2019) en Santiago y el parque Metropolitano de David (en construcción desde el año 2015).
Actualmente no existe un conjunto de datos sobre la superficie, información demográfica, las instalaciones y las características de los parques en general. Tampoco se recopila información ni se realizan encuestas periódicas o que miden el uso en instalaciones particulares, a excepción de aquellas donde se existe una tarifa o se regule la entrada de visitantes, como es el caso del parque Summit, el parque temático Mi Pueblito o el sitio de Panamá Viejo, que es un parque arqueológico administrado por una fundación. O, por ejemplo, en donde se analice, de acuerdo al último censo, de la relación entre la población de los lugares poblados y el requerimiento de áreas verdes. O la distribución de los parques en la ciudad, pues suele suceder, como en el caso de la ciudad de Panamá, que los principales parques se concentren solo en una determinada área geográfica.
Parques urbanos hoy: tendencias de uso y popularidad Entre los desafíos que enfrentan los parques se encuentra el uso y desarrollo de diversas actividades que se llevan a cabo. Si estas disminuyen, aumentan o son reemplazadas por otras. Es muy común observar parques que nadie utiliza. Estas actividades van desde pícnics/reuniones sociales, caminatas/senderismo, manejar bicicleta/tenis, parques de patinetas, parques para perros, parques infantiles, deportes en equipos organizados, programa de educación ambiental al aire libre, etc. Es evidente que la mayoría de estas actividades en las áreas urbanas están en aumento, pero no existen espacios o instalaciones suficientes o adecuadas para tales fines. La cultura del fitness, en la que es común ver del éxito de gimnasios al aire libre, salir a trotar y caminar, y los espacios donde llevar a las mascotas, están ganando popularidad como forma de recreación al aire libre.
El financiamiento y la tenencia del suelo Otro de los retos de los parques es su fuente de financiación, que proviene del presupuesto de los municipios, que se encargan de su operación y mantenimiento. Algunos muy pocos, en promedio, proviene de tarifas de entrada. Esta dependencia y la percepción de que los parques y servicios de recreación son menos esenciales que otros, a menudo significa que sean afectados en tiempos de recesión y déficit presupuestario. Otras amenazas son la alteración para usos comerciales así como también el estancamiento de la cesión de espacio público de las urbanizaciones a los municipios por parte de los desarrollos inmobiliarios.
Alternativas: el empoderamiento ciudadano y la filantropía En los últimos años, los parques de la ciudad han llegado a depender también de la comunidad sin fines de lucro, fundaciones y de los voluntarios como una forma de aprovechar las finanzas a menudo limitadas del gobierno local, introducir programas nuevos e innovadores e invertir en la infraestructura de los parques. Estas organizaciones van desde pequeños grupos de “amigos del parque”, que a veces solo trabajan con parques individuales, hasta grandes organizaciones de conservación de parques y fundaciones.
Departamento de parques y recreación municipal como fortalecimiento institucional Según la legislación panameña, son los municipios y juntas comunales los encargados de la administración y gestión de los parques; sin embargo, los principales espacios públicos aún hoy están en manos del Gobierno central a través de instituciones como el Despacho de la Primera Dama, el MOP y Pandeportes, aun con los procesos de descentralización de la administración del Estado en marcha. En el distrito de Panamá se encargan las direcciones de Planificación Urbana y Gestión Ambiental, que pueden ser fortalecidos a través de un Departamento de Parques y Recreación Municipal que asuma competencias del mantenimiento, gestión, paisajismo, activación del espacio público, pero que también se encargue de los planes de adquisición de terrenos nuevos e instalaciones donde sean más urgente, el reemplazo de infraestructura envejecida o en desuso y lograr los fondos adecuados para operaciones y mantenimiento. Este modelo podría ser replicado en el resto de los municipios, de acuerdo con su escala y alcance, y así atender de manera eficaz las áreas verdes, los parques, la recreación y el deporte en las comunidades de Panamá.
Los parques y espacios abiertos urbanos han de ser un componente crítico del patrimonio recreativo y natural de las ciudades. Los parques urbanos de las ciudades del país varían en tamaño y tipo. La ciudad de Panamá cuenta con más de 500 parques distribuidos en diferentes corregimientos. Sin embargo, el número exacto es impreciso, por una parte, debido a la inexistencia de un inventario y catálogo tanto a nivel nacional, provincial e incluso distrital. Por otro lado, caracterizar y describir estos recursos puede llegar a ser complejo, dada su variedad y características.
Los parques en Panamá son elementos urbanos que surgieron a fines del siglo XIX. En los entornos urbanos de las ciudades, las plazas urbanas adquirieron un carácter de parque que se evidencia en los núcleos históricos: parque Catedral, parque 5 de noviembre en Colón, parque 8 de diciembre en Penonomé o el parque Simón Bolívar en Isla Colón de Bocas del Toro, etc. Durante el siglo XX, en todo el país, se construyeron muy pocos nuevos, más allá de algunos parques vecinales de urbanizaciones como Bella Vista (Urracá), El Cangrejo (Andrés Bello) u Obarrio (Harry Strunz) en la ciudad de Panamá. El hito más importante fue el cambio de uso del Club de Golf a Parque Municipal en 1973. De las áreas revertidas de la antigua Zona del Canal se heredaron algunos parques y centros de recreación en Clayton, Balboa, Paraíso, Gamboa y su concepto de ‘ciudad jardín”. Durante el siglo XXI se han incorporado otros recientes más hacia el concepto de parque lineal como la cinta costera en sus diferentes etapas (2009-2014) además de la adecuación de la calzada de Amador (2017). Esta iniciativa se ha repetido con el Paseo Marino (2019) en la ciudad de Colón. La explosión en la demanda de servicios urbanos en el interior se está viendo reflejado con la creación del parque Metropolitano (2019) en Santiago y el parque Metropolitano de David (en construcción desde el año 2015).
Actualmente no existe un conjunto de datos sobre la superficie, información demográfica, las instalaciones y las características de los parques en general. Tampoco se recopila información ni se realizan encuestas periódicas o que miden el uso en instalaciones particulares, a excepción de aquellas donde se existe una tarifa o se regule la entrada de visitantes, como es el caso del parque Summit, el parque temático Mi Pueblito o el sitio de Panamá Viejo, que es un parque arqueológico administrado por una fundación. O, por ejemplo, en donde se analice, de acuerdo al último censo, de la relación entre la población de los lugares poblados y el requerimiento de áreas verdes. O la distribución de los parques en la ciudad, pues suele suceder, como en el caso de la ciudad de Panamá, que los principales parques se concentren solo en una determinada área geográfica.
Entre los desafíos que enfrentan los parques se encuentra el uso y desarrollo de diversas actividades que se llevan a cabo. Si estas disminuyen, aumentan o son reemplazadas por otras. Es muy común observar parques que nadie utiliza. Estas actividades van desde pícnics/reuniones sociales, caminatas/senderismo, manejar bicicleta/tenis, parques de patinetas, parques para perros, parques infantiles, deportes en equipos organizados, programa de educación ambiental al aire libre, etc. Es evidente que la mayoría de estas actividades en las áreas urbanas están en aumento, pero no existen espacios o instalaciones suficientes o adecuadas para tales fines. La cultura del fitness, en la que es común ver del éxito de gimnasios al aire libre, salir a trotar y caminar, y los espacios donde llevar a las mascotas, están ganando popularidad como forma de recreación al aire libre.
Otro de los retos de los parques es su fuente de financiación, que proviene del presupuesto de los municipios, que se encargan de su operación y mantenimiento. Algunos muy pocos, en promedio, proviene de tarifas de entrada. Esta dependencia y la percepción de que los parques y servicios de recreación son menos esenciales que otros, a menudo significa que sean afectados en tiempos de recesión y déficit presupuestario. Otras amenazas son la alteración para usos comerciales así como también el estancamiento de la cesión de espacio público de las urbanizaciones a los municipios por parte de los desarrollos inmobiliarios.
En los últimos años, los parques de la ciudad han llegado a depender también de la comunidad sin fines de lucro, fundaciones y de los voluntarios como una forma de aprovechar las finanzas a menudo limitadas del gobierno local, introducir programas nuevos e innovadores e invertir en la infraestructura de los parques. Estas organizaciones van desde pequeños grupos de “amigos del parque”, que a veces solo trabajan con parques individuales, hasta grandes organizaciones de conservación de parques y fundaciones.
Según la legislación panameña, son los municipios y juntas comunales los encargados de la administración y gestión de los parques; sin embargo, los principales espacios públicos aún hoy están en manos del Gobierno central a través de instituciones como el Despacho de la Primera Dama, el MOP y Pandeportes, aun con los procesos de descentralización de la administración del Estado en marcha. En el distrito de Panamá se encargan las direcciones de Planificación Urbana y Gestión Ambiental, que pueden ser fortalecidos a través de un Departamento de Parques y Recreación Municipal que asuma competencias del mantenimiento, gestión, paisajismo, activación del espacio público, pero que también se encargue de los planes de adquisición de terrenos nuevos e instalaciones donde sean más urgente, el reemplazo de infraestructura envejecida o en desuso y lograr los fondos adecuados para operaciones y mantenimiento. Este modelo podría ser replicado en el resto de los municipios, de acuerdo con su escala y alcance, y así atender de manera eficaz las áreas verdes, los parques, la recreación y el deporte en las comunidades de Panamá.