Néstor Torres: La música es contacto humano
- 16/03/2024 00:00
- 15/03/2024 21:40
El flautista puertorriqueño visitó Panamá y ofreció un concierto en el centro cultural de la SGI Panamá. Conversó sobre el poder de la música y su evolución, y cómo la educación puede generar un verdadero cambio Néstor Torres no hace una mayor diferencia entre un músico profesional y un aficionado. Con el hecho de hacer música, ya sea uno cantante o instrumentista, “el objetivo es la satisfacción de poder crear, de poder expresarse y llegar al corazón de las personas”. El reconocido flautista puertorriqueño visitó Panamá recientemente para presentar el concierto ‘Canto triunfal’, conmemorando el 50 aniversario de la primera visita a Panamá del presidente de la Soka Gakkai Internacional (SGI), Daisaku Ikeda, en 1974.
“Tengo la gran fortuna de haber estado en Panamá varias veces y de estar practicando esta filosofía, y fíjense que la palabra no es tanto creer, sino practicar”. Para Torres, practicante de la filosofía budista, mediante la invocación del Nam-myoho-renge-kyo –dedicación a la ley de causa y efecto– a través del sonido y las palabras se activa una condición de vida, con un proceso constante de autorreflexión y autosuperación. Lo que llama ‘revolución humana’.
Y es que el músico está consciente de que palabras como paz, armonía, cultura, se las mira de lejos como utópicas o idealistas y suelen resultar vacías e incluso ‘cursi’ en el contexto del mundo de hoy. Pero entiende que a menos que uno esté comprometido con ese proceso de revolución humana, de transformación interna personal, esas palabras ‘son fatuas’. “El cambio fundamental que nos puede llevar de una cultura de guerra a una cultura de paz es el desarrollo y la transformación interna de cada persona y que haya suficientes personas que estén comprometidos con ese proceso de transformación, esa revolución”, sostiene.
Y el aporte que hace Torres es precisamente con su música. El flautista fue invitado por la SGI Panamá para participar en este evento de conmemoración e inmediatamente dijo presente. “Confieso, que sí tengo ese sentido de misión y responderle a mi mentor, pero también me encanta Panamá y es una gran excusa para poder ver a mi gente”, dice con una sonrisa. Es la segunda vez que Torres ofrece un concierto a través de la SGI. El primero fue en 2003 para la celebración del centenario de la República.
Días antes del concierto, Torres conversó con La Estrella de Panamá sobre los detalles de esta cita musical. “La Orquesta Filarmónica de la Universidad de Panamá, la Orquesta Néstor Castillo, ha sido espectacular: unos músicos de primera, una disposición, espíritu, y es en esa actividad de preparación, los esfuerzos tras bastidores, eso en sí es un ejercicio de paz, un ejercicio de armonía, un ejercicio de crear algo juntos, personas diversas que no se conocen con diferentes intereses, situaciones y retos, pero con una meta común, y en este caso es hacer música juntos con un propósito de crear valor, así que estamos bien entusiasmados con eso”.
Un ejercicio que muestra que la música, como lo afirma Torres, es primordialmente un acto de comunicación y entrega, principios que no cambian pese a la revolución tecnológica que ha tenido la industria del entretenimiento.
Los cambios en la industria de la música se han dado por el avance de la tecnología, y ha sido una cosa tan vertiginosa que ya con lo de la inteligencia artificial asusta, es muy preocupante. La música y la expresión musical es un derecho de todos y yo entiendo que cuando la música empezó, cuando alguien empezó a soplar en una caña o golpear un pedazo de madera y bailaban, no se vendían boletos”, comenta. Esta expresión espontánea, luego de miles de años, se convierte en un negocio hace unos cientos de años y en las últimas décadas se ha visto afectada, sobre todo para el artista, por los cambios tecnológicos. “Pero la música es el contacto humano y lo que yo ofrezco como artista, como flautista, es eso. Llegar a tu corazón, a tu humanidad y eso nadie me lo puede quitar, y aunque hay maneras de imitar, no llega a resultar lo mismo...”.
Sobre los géneros que en la música comercial están en boga actualmente, Torres afirma que es preocupante, alarmante, incluso escandaloso, “pero Elvis Presley era escandaloso, los Beatles eran escandalosos, los Rolling Stones eran escandalosos. Los pioneros del reguetón que no eran de Puerto Rico, sino de Panamá donde empezó, también se consideran un escándalo. Y me dirán, que es diferente, y sí, lo es porque ya no hay sentido de moralidad, de civilidad”, analiza.
Pero hay que considerar ¿de dónde viene esta expresión?, de la música. ¿De dónde viene la música?, de la juventud. ¿De dónde viene la juventud? ¿En qué medio ambiente se ha criado la juventud en esta generación?
Torres confiesa que se sorprende, pero no se escandaliza porque la música es creatividad “y si nosotros tuviésemos sociedades en las cuales el acceso a instrumentos, el acceso a expresión musical con unas sensibilidades que conocemos estuvieran al alcance de todos los niños, esa creatividad se expresaría en una forma muy diferente. Hay una expresión y eso es lo que es. Entonces, nosotros podemos criticar y tomar una actitud, pero en la medida en que haya una mejor educación, esa expresión cambiará. Y ahí ya entonces abres una puerta a la educación”.
Sin embargo, pondera el éxito que han tenido figuras como Bad Bunny. “Lo que ha hecho, ha tenido su éxito, Y sí, parte de ese éxito es manufacturado, pero ese nivel de éxito tan y tan y tan global y tan y tan transformativo no es sostenible si no existe un público que lo apoya”, reconoce.
“Pero lo que él que ha hecho es utilizar su plataforma para crear valor para Puerto Rico, para los puertorriqueños. Esa presentación de los Grammy del año pasado con Vejigantes de Loiza Aldea, con una gran orquesta... eso para mí, como puertorriqueño tiene un gran valor, como lo tiene para todo latinoamericano. ¡Bravo!”.
De vuelta a la educación, esta es una gran prioridad para el SGI que ha establecido incluso centros educativos y universidades en diferentes ciudades. “La educación es supremamente crucial y la música es definitivamente integral para eso”, advierte Torres quien funge como artista de residencia de la Florida Youth Orchestra, un programa que acoge a unos 400 niños que tocan una diversidad de instrumentos musicales.
De esta manera el flautista pone su granito de arena que sea capaz de generar un cambio de actitud en jóvenes que viven en un ambiente y se comportan de una forma que es la que han aprendido y a la que se han acostumbrado.
“Hablan de sexo gráfico, en esa edad las hormonas se activan, y eso es lo que es. De por sí, no hay nada malo. Somos animales, pero somos seres pensantes. Lo que nos hace humanos es el albedrío, la fe, la razón, el entendimiento de que el sexo es para procrear, pero es una expresión de creatividad, una expresión de conexión, de intimidad, que es otra cosa...”.
Música
Néstor Torres tiene 18 producciones en su haber. En sus producciones destaca la fusión de sonidos latinos, clásicos, jazz y pop. La más reciente, Dominican Suite, a la que está dedicando algunos conciertos. El próximo mes viajará a Lituania para presentar esta producción, creada por Corey Allen, una suite de 4 movimientos y algunas piezas más de este músico, incluyendo una participación de Pavel Núñez, Maridalia Hernández y uno de sus estudiantes que se me escapa el nombre en este momento, haciendo una versión de ‘Bailar contigo’ de Juan Luis Guerra. Se trata de un trabajo interesante pues incluye piezas de diversos géneros dominicanos en arreglos para Big Band, con la flauta como solista.
El concierto
Llegó la hora del concierto y el centro cultural de la SGI de Panamá está a plena capacidad. Durante nuestra entrevista, Torres nos había comentado que la presentación incluiría un repertorio muy amplio. “Desde composiciones originales hasta canciones conocidas del repertorio del canon latinoamericano, una combinación de canciones que tienen un mensaje; también canciones personales que me mueven y que me gusta interpretar y música de Panamá, de sus tradiciones. O sea que es una amalgama de estilos desde el jazz hasta lo popular e inevitablemente los latinos y los rítmicos y percusivos, que es lo que nos mueve y que tenemos mucho en común”.
Cinco minutos después de la hora indicada, los músicos de la Orquesta Filarmónica de la Universidad de Panamá tomaban su lugar e iniciaban el programa con un opening muy movido.
Las presentaciones abrieron paso al maestro Néstor Torres, quien empezó el programa con “Café con leche” (Burning Whispers, 1994), “una canción efervescente optimista. Mi música tiene esa intención de elevar, de comunicar, y el café con leche es una apertura con ese tipo de espíritu, de optimismo”, dijo.
Seguidamente nos ofreció una linda versión de “Regálame la silla donde te esperé”, de Alejandro Sanz (Sin palabras, 2004). “Interesantemente ya lleva 20 años en mi repertorio, esa canción es una de las constantes, porque además de ser una canción de un gran artista español, me encanta interpretarla”.
El programa continuó con “Tiger Tales” (Dance of the Phoenix, 1991) que hace referencia a una leyenda de un general chino a quien un tigre mató a su madre, y él, en su pena, en su ira, fue en búsqueda de ese tigre para cazarlo y vengarse. Vio el tigre, lanzó la fecha, y cuando se acercó se dio cuenta de que no se trataba del tigre, sino de una roca. “El mensaje de la leyenda es que cuando uno tiene una determinación fuerte, enfoque absoluto y total, uno puede hasta penetrar una piedra con una flecha”, dijo Torres.
La segunda parte del programa se inspiró en los viajes, las visitas que Daisaku Ikeda realizara por Latinoamérica transmitiendo los ideales de la SGI. Paseo latinoamericano es un medley de temas emblemáticos de países de la región. En arreglo del maestro Juan Cedeño (2003), Torres interpretó temas como Alfonsina y el mar, El cóndor pasa, La piragua, Pájaro chogüí, La bikina, Yo vendo unos ojos negros, Alma llanera y La felicidad.
Haciendo escala en Panamá, el siguiente tema fue Historia de un amor (1955). La canción de Carlos Eleta Almarán fue interpretada por Fred De la Cruz.
Luego del tema melancólico, un homenaje a República Dominicana con ‘El merenguero’ (Dominican Suite, 2022). De Corey Allen pianista, arreglista, y una “composición de jazz en el género de Big Band con ritmos autóctonos dominicanos y la flauta como instrumento solista o melódico”, explicó Torres.
Y para Puerto Rico, la propuesta fue ‘María Cervantes’ (Suite), (Nouveau Latino, 2008) arreglo del tema original Homenaje a María Cervantes, que se ha convertido en un estándar del jazz latino.
La tercera parte del concierto incluyó ‘So in Love’, original de Cole Porter (Jazz Flute Traditions, 2008), balada romántica del cancionero americano, ‘Café cubano’ (This Side of Paradise, 2001) con toda la energía que puede ofrecer una taza y ‘Somewhere over the Rainbow’ (Burning Whispers, 1994). “Cuando hablo de esto, las palabras que utilizo no son mis palabras son las palabras de mi mentor, Ikeda Sensei. Así como el sol siempre está brillando, aunque esté nublado y oscuro y lluvioso, tarde o temprano los rayos penetran las nubes y allí es que vemos el arcoíris. De igual manera todos tenemos un sol dentro y por nubladas y lluviosas y tormentosas que estén nuestras circunstancias, ese sol que llevamos dentro emite sus rayos y vemos así el arcoíris de esperanza”. Así finalizó el concierto.
Luego de una merecida ovación, Torres volvió al escenario para interpretar con la Orquesta Filarmónica de la UP, un medley de tamboreras. Un magnífico cierre que incluyó la participación del Conjunto Folclórico de la SGI Panamá.
Néstor Torres no hace una mayor diferencia entre un músico profesional y un aficionado. Con el hecho de hacer música, ya sea uno cantante o instrumentista, “el objetivo es la satisfacción de poder crear, de poder expresarse y llegar al corazón de las personas”. El reconocido flautista puertorriqueño visitó Panamá recientemente para presentar el concierto ‘Canto triunfal’, conmemorando el 50 aniversario de la primera visita a Panamá del presidente de la Soka Gakkai Internacional (SGI), Daisaku Ikeda, en 1974.
“Tengo la gran fortuna de haber estado en Panamá varias veces y de estar practicando esta filosofía, y fíjense que la palabra no es tanto creer, sino practicar”. Para Torres, practicante de la filosofía budista, mediante la invocación del Nam-myoho-renge-kyo –dedicación a la ley de causa y efecto– a través del sonido y las palabras se activa una condición de vida, con un proceso constante de autorreflexión y autosuperación. Lo que llama ‘revolución humana’.
Y es que el músico está consciente de que palabras como paz, armonía, cultura, se las mira de lejos como utópicas o idealistas y suelen resultar vacías e incluso ‘cursi’ en el contexto del mundo de hoy. Pero entiende que a menos que uno esté comprometido con ese proceso de revolución humana, de transformación interna personal, esas palabras ‘son fatuas’. “El cambio fundamental que nos puede llevar de una cultura de guerra a una cultura de paz es el desarrollo y la transformación interna de cada persona y que haya suficientes personas que estén comprometidos con ese proceso de transformación, esa revolución”, sostiene.
Y el aporte que hace Torres es precisamente con su música. El flautista fue invitado por la SGI Panamá para participar en este evento de conmemoración e inmediatamente dijo presente. “Confieso, que sí tengo ese sentido de misión y responderle a mi mentor, pero también me encanta Panamá y es una gran excusa para poder ver a mi gente”, dice con una sonrisa. Es la segunda vez que Torres ofrece un concierto a través de la SGI. El primero fue en 2003 para la celebración del centenario de la República.
Días antes del concierto, Torres conversó con La Estrella de Panamá sobre los detalles de esta cita musical. “La Orquesta Filarmónica de la Universidad de Panamá, la Orquesta Néstor Castillo, ha sido espectacular: unos músicos de primera, una disposición, espíritu, y es en esa actividad de preparación, los esfuerzos tras bastidores, eso en sí es un ejercicio de paz, un ejercicio de armonía, un ejercicio de crear algo juntos, personas diversas que no se conocen con diferentes intereses, situaciones y retos, pero con una meta común, y en este caso es hacer música juntos con un propósito de crear valor, así que estamos bien entusiasmados con eso”.
Un ejercicio que muestra que la música, como lo afirma Torres, es primordialmente un acto de comunicación y entrega, principios que no cambian pese a la revolución tecnológica que ha tenido la industria del entretenimiento.
Los cambios en la industria de la música se han dado por el avance de la tecnología, y ha sido una cosa tan vertiginosa que ya con lo de la inteligencia artificial asusta, es muy preocupante. La música y la expresión musical es un derecho de todos y yo entiendo que cuando la música empezó, cuando alguien empezó a soplar en una caña o golpear un pedazo de madera y bailaban, no se vendían boletos”, comenta. Esta expresión espontánea, luego de miles de años, se convierte en un negocio hace unos cientos de años y en las últimas décadas se ha visto afectada, sobre todo para el artista, por los cambios tecnológicos. “Pero la música es el contacto humano y lo que yo ofrezco como artista, como flautista, es eso. Llegar a tu corazón, a tu humanidad y eso nadie me lo puede quitar, y aunque hay maneras de imitar, no llega a resultar lo mismo...”.
Sobre los géneros que en la música comercial están en boga actualmente, Torres afirma que es preocupante, alarmante, incluso escandaloso, “pero Elvis Presley era escandaloso, los Beatles eran escandalosos, los Rolling Stones eran escandalosos. Los pioneros del reguetón que no eran de Puerto Rico, sino de Panamá donde empezó, también se consideran un escándalo. Y me dirán, que es diferente, y sí, lo es porque ya no hay sentido de moralidad, de civilidad”, analiza.
Pero hay que considerar ¿de dónde viene esta expresión?, de la música. ¿De dónde viene la música?, de la juventud. ¿De dónde viene la juventud? ¿En qué medio ambiente se ha criado la juventud en esta generación?
Torres confiesa que se sorprende, pero no se escandaliza porque la música es creatividad “y si nosotros tuviésemos sociedades en las cuales el acceso a instrumentos, el acceso a expresión musical con unas sensibilidades que conocemos estuvieran al alcance de todos los niños, esa creatividad se expresaría en una forma muy diferente. Hay una expresión y eso es lo que es. Entonces, nosotros podemos criticar y tomar una actitud, pero en la medida en que haya una mejor educación, esa expresión cambiará. Y ahí ya entonces abres una puerta a la educación”.
Sin embargo, pondera el éxito que han tenido figuras como Bad Bunny. “Lo que ha hecho, ha tenido su éxito, Y sí, parte de ese éxito es manufacturado, pero ese nivel de éxito tan y tan y tan global y tan y tan transformativo no es sostenible si no existe un público que lo apoya”, reconoce.
“Pero lo que él que ha hecho es utilizar su plataforma para crear valor para Puerto Rico, para los puertorriqueños. Esa presentación de los Grammy del año pasado con Vejigantes de Loiza Aldea, con una gran orquesta... eso para mí, como puertorriqueño tiene un gran valor, como lo tiene para todo latinoamericano. ¡Bravo!”.
De vuelta a la educación, esta es una gran prioridad para el SGI que ha establecido incluso centros educativos y universidades en diferentes ciudades. “La educación es supremamente crucial y la música es definitivamente integral para eso”, advierte Torres quien funge como artista de residencia de la Florida Youth Orchestra, un programa que acoge a unos 400 niños que tocan una diversidad de instrumentos musicales.
De esta manera el flautista pone su granito de arena que sea capaz de generar un cambio de actitud en jóvenes que viven en un ambiente y se comportan de una forma que es la que han aprendido y a la que se han acostumbrado.
“Hablan de sexo gráfico, en esa edad las hormonas se activan, y eso es lo que es. De por sí, no hay nada malo. Somos animales, pero somos seres pensantes. Lo que nos hace humanos es el albedrío, la fe, la razón, el entendimiento de que el sexo es para procrear, pero es una expresión de creatividad, una expresión de conexión, de intimidad, que es otra cosa...”.
Música
Néstor Torres tiene 18 producciones en su haber. En sus producciones destaca la fusión de sonidos latinos, clásicos, jazz y pop. La más reciente, Dominican Suite, a la que está dedicando algunos conciertos. El próximo mes viajará a Lituania para presentar esta producción, creada por Corey Allen, una suite de 4 movimientos y algunas piezas más de este músico, incluyendo una participación de Pavel Núñez, Maridalia Hernández y uno de sus estudiantes que se me escapa el nombre en este momento, haciendo una versión de ‘Bailar contigo’ de Juan Luis Guerra. Se trata de un trabajo interesante pues incluye piezas de diversos géneros dominicanos en arreglos para Big Band, con la flauta como solista.
El concierto
Llegó la hora del concierto y el centro cultural de la SGI de Panamá está a plena capacidad. Durante nuestra entrevista, Torres nos había comentado que la presentación incluiría un repertorio muy amplio. “Desde composiciones originales hasta canciones conocidas del repertorio del canon latinoamericano, una combinación de canciones que tienen un mensaje; también canciones personales que me mueven y que me gusta interpretar y música de Panamá, de sus tradiciones. O sea que es una amalgama de estilos desde el jazz hasta lo popular e inevitablemente los latinos y los rítmicos y percusivos, que es lo que nos mueve y que tenemos mucho en común”.
Cinco minutos después de la hora indicada, los músicos de la Orquesta Filarmónica de la Universidad de Panamá tomaban su lugar e iniciaban el programa con un opening muy movido.
Las presentaciones abrieron paso al maestro Néstor Torres, quien empezó el programa con “Café con leche” (Burning Whispers, 1994), “una canción efervescente optimista. Mi música tiene esa intención de elevar, de comunicar, y el café con leche es una apertura con ese tipo de espíritu, de optimismo”, dijo.
Seguidamente nos ofreció una linda versión de “Regálame la silla donde te esperé”, de Alejandro Sanz (Sin palabras, 2004). “Interesantemente ya lleva 20 años en mi repertorio, esa canción es una de las constantes, porque además de ser una canción de un gran artista español, me encanta interpretarla”.
El programa continuó con “Tiger Tales” (Dance of the Phoenix, 1991) que hace referencia a una leyenda de un general chino a quien un tigre mató a su madre, y él, en su pena, en su ira, fue en búsqueda de ese tigre para cazarlo y vengarse. Vio el tigre, lanzó la fecha, y cuando se acercó se dio cuenta de que no se trataba del tigre, sino de una roca. “El mensaje de la leyenda es que cuando uno tiene una determinación fuerte, enfoque absoluto y total, uno puede hasta penetrar una piedra con una flecha”, dijo Torres.
La segunda parte del programa se inspiró en los viajes, las visitas que Daisaku Ikeda realizara por Latinoamérica transmitiendo los ideales de la SGI. Paseo latinoamericano es un medley de temas emblemáticos de países de la región. En arreglo del maestro Juan Cedeño (2003), Torres interpretó temas como Alfonsina y el mar, El cóndor pasa, La piragua, Pájaro chogüí, La bikina, Yo vendo unos ojos negros, Alma llanera y La felicidad.
Haciendo escala en Panamá, el siguiente tema fue Historia de un amor (1955). La canción de Carlos Eleta Almarán fue interpretada por Fred De la Cruz.
Luego del tema melancólico, un homenaje a República Dominicana con ‘El merenguero’ (Dominican Suite, 2022). De Corey Allen pianista, arreglista, y una “composición de jazz en el género de Big Band con ritmos autóctonos dominicanos y la flauta como instrumento solista o melódico”, explicó Torres.
Y para Puerto Rico, la propuesta fue ‘María Cervantes’ (Suite), (Nouveau Latino, 2008) arreglo del tema original Homenaje a María Cervantes, que se ha convertido en un estándar del jazz latino.
La tercera parte del concierto incluyó ‘So in Love’, original de Cole Porter (Jazz Flute Traditions, 2008), balada romántica del cancionero americano, ‘Café cubano’ (This Side of Paradise, 2001) con toda la energía que puede ofrecer una taza y ‘Somewhere over the Rainbow’ (Burning Whispers, 1994). “Cuando hablo de esto, las palabras que utilizo no son mis palabras son las palabras de mi mentor, Ikeda Sensei. Así como el sol siempre está brillando, aunque esté nublado y oscuro y lluvioso, tarde o temprano los rayos penetran las nubes y allí es que vemos el arcoíris. De igual manera todos tenemos un sol dentro y por nubladas y lluviosas y tormentosas que estén nuestras circunstancias, ese sol que llevamos dentro emite sus rayos y vemos así el arcoíris de esperanza”. Así finalizó el concierto.
Luego de una merecida ovación, Torres volvió al escenario para interpretar con la Orquesta Filarmónica de la UP, un medley de tamboreras. Un magnífico cierre que incluyó la participación del Conjunto Folclórico de la SGI Panamá.